Por Rafael Viloria
“lontananza”: Lejania:
“Lejos, a lo lejos”.
“Hace 17 años, en el inicio
del nuevo milenio; Esto fue el encabezamiento del mensaje 2000.” El
próximo 31 de diciembre de 1999, cuando el reloj esté señalando las doce (12)
de la noche, sus agujas estarán señalando también que el II milenio de la
humanidad ha concluido definitivamente, este será un momento propicio para
reflexionar aunque sea de manera efímera, acerca de cuánto hemos hecho y dejado
de hacer hasta ahora en nuestra vida con nuestra familia y en la sociedad en
que nos ha tocado vivir. Así mismo sería bueno y es necesario preguntarnos:
¿Pensamos en la situación en la que se desenvuelve el mundo actual? ¿Estamos
satisfechos con las cosas que están ocurriendo? ¿Cuál ha sido nuestra contribución
en el destino cierto o incierto de la humanidad?
Hace 17 años ¿Estaban frente
a una “premonición”, una visión del futuro del país? Pareciera que no
solamente estamos igual, sino peor que como estábamos.
Recién los venezolanos nos
abocamos a la “Celebración” de la navidad y el fin de año 2017. Los
medios de comunicación se encargaron de mostrarnos sus fantasía, un ambiente de
aparente paz y deseos de celebrar, lo que no mostraba signo alguno que
mereciera celebrar.
Estar cruzando en vivo y en
directo una de las peores “Crisis sociales, económicas y políticas”; que jamás
imaginamos, no creemos que inspire razones suficientes para desear celebrar
diciendo “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres y
mujeres de buena voluntad.”
No puede haber paz, alegría,
deseos de sonreír, reír, disfrutar del encuentro en la familia en el seno de un
pueblo que vive en carne propia la ausencia de sus hijos, padres, hermanos,
amigos y ciudadanos en general hacia otros con fines mas allá de las fronteras
patrias.
No puede haber paz en el
seno de la sociedad venezolana donde su principal patrimonio social humano está
mostrando signos de “Subsistencia, con el desarrollo incresendo de una
salvaje Inflación que dio paso a una peor situación con la presencia,
también incontenible de una “Hiperinflación con rumbo cercano o una
estanflación”.
¿Quién en estos momentos se
está planteando revisar las causas, efectos y consecuencias del origen de la
situación presente? Pareciera que nadie. Ni por la izquierda, ni por la
derecha.
Frente a la situación
existente donde no aparecen signos reales de mostrar interés de quererlos
resolver; una pregunta obligada: ¿Quién la resolverá? Especialmente en
momentos en que la capacidad de tolerancia cruzó las líneas de la intolerancia;
se perciben vientos contrarios a la paz, la concordia, la tranquilidad que ni
siquiera en la navidad y el año nuevo pudimos mostrar.
Creo que aquello de que
“Solo el pueblo salva al pueblo”, se convierte en obligación impostergable,
indelegable que tenemos que hacer. Frente a ello hay que plantear la necesaria
convocatoria de la unión de voluntades, hacia una causa común: la patria en
pleno. Sin otra intermediación que la democracia social revolucionaria.
En lontananza se perfila la
esperanza. Ello solo será posible en la unión de voluntades, para rescatarla
fe, la confianza para construir un mundo mejor. Esa debe ser la “Misión”
que el pueblo que tiene que salvar al pueblo; deberá cumplir en una causa que
al margen de los intereses políticos y religiosos, en el marco la democracia
social revolucionaria verdadera.
En lontananza se perfila la
esperanza. Ello solo será posible en la unión de voluntades, para rescatarla
fe, la confianza para construir un mundo mejor.
Los venezolanos, no pedimos;
exigimos el derecho a vivir y compartir la “Paz social, económica y política”dentro
del marco del Artículo 2º y 3º de nuestra constitución bolivariana de
Venezuela.
La esperanza aunque se
perfila en “lontananza”, habrá que salirle por travesía (Como dicen
los llaneros) a los fines de acortar con nuestra voluntad y disposición;
acompañados de fe y confianza en la construcción de un orden social, económico
y político capaz de producir los cambios, las innovaciones y transformaciones
necesaria de la sociedad venezolana. Entonces solo el pueblo salvara al pueblo…
formado y capacitado dentro del orden de los Artículos 70º, 118º, 184º y 308º
de la Carta Magna.
Ex Presidente de Ceconave
19-01-18
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