Por Emma Sánchez Álvarez
El diputado opina que lo
primero que hay que hay que hacer es "un llamado a los liderazgos de la
oposición para que le bajen dos a los egos y a los intereses personales y
entiendan al monstruo al que nos estamos enfrentando"
El actual Jefe de la
fracción de la Unidad Democrática (MUD) es un joven que pertenece a la
organización política Voluntad Popular, el parlamentario Juan Guaidó. Tiene 32
años de edad, es diputado por el estado Vargas, fue vicepresidente de la
Comisión de Política Interior en el 2016, ocupó la Presidencia de la Comisión
de Contraloría de la Asamblea Nacional en el 2017 y, en la actualidad, también
es Director General de Voluntad Popular (VP).
Se inició en la política en
el Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad Católica Andrés Bello
(UCAB). “Para aquel momento -afirma Guaidó- no nos vinculábamos con partidos
políticos. Yo tenía unos 20 años de edad. Me involucré en la política por el
deseo de cambiar mi entorno ayudando a mi universidad, a mis amigos, a mi
familia, porque soy de la vieja creencia de que si mi seres más allegados están
bien, el país estará bien y yo también”.
A propósito de su nueva
responsabilidad en la Asamblea Nacional, presidida para el actual período por
el parlamentario y político Omar Barboza, Contrapunto conversó con
Guaidó acerca de la realidad parlamentaria y las expectativas políticas que él y
las organizaciones que representa tienen para este año.
–¿Cuáles son las prioridades
de la oposición para la agenda parlamentaria en el 2018?
–Sin duda alguna es el
cambio político que redunde en mejoras en lo social y en el bienestar de la
gente, que es una deuda que tenemos, no solamente es un compromiso de la
Asamblea Nacional sino también de la oposición desde hace tiempo. Es momento de
materializar esa deuda y, sobre todo, de cara a una potencial elección
presidencial este año.
–¿De qué forma y con cuáles
estrategias piensa usted que la AN materializará ese cambio político?
–Hay que presionar y
denunciar política y legislativamente hablando. Es momento de montar desde la
AN, el andamiaje necesario para una transición gubernamental, no únicamente a
través de una ley que venimos trabajando, que es la Ley de Recuperación de
Activos, producto de la corrupción. También tiene que ver con lo que han sido
las denuncias. Este régimen no puede hacer contrataciones, por ejemplo, sin el
aval de la Asamblea Nacional. Tiene que ver igualmente con una cantidad de
leyes importantes en materia de restablecimiento del orden jurídico, del Estado
de Derecho y de la independencia de los Poderes Públicos.
–¿Esto pasa por cambiar
también a los rectores del Consejo nacional Electoral (CNE) y a los magistrados
del Tribunal Supremo e Justicia?
–Hoy el CNE y TSJ no son
legales, porque son producto de imposición por la fuerza de este régimen de
carácter totalitario. Recordemos que los miembros del TSJ seleccionados por la
AN están en el exilio. Aún más, inclusive, que la necesidad de cambiar los
actores de estos organismos públicos, que debemos hacerlo sin duda, hay que
trabajar en la articulación unitaria para tener la fuerza suficiente y lograr
el cambio en Venezuela.
–El año pasado la AN aprobó
acuerdos y no leyes. ¿Este año aprobarán leyes?
–Acuerdos y leyes.
Trabajaremos las leyes de cara a la transición. Haremos todo para ayudar a la
recuperación socioeconómica del país en el marco de las funciones de la AN, así
como de parte de los dineros que han sido robados a la nación producto de la
corrupción. Esa es la labor que estamos adelantando. Creo que hay que avanzar
en paralelo. Acuerdos que son denuncias e informes de hechos de corrupción, y
el andamiaje legal para soportar una transición que nos lleve a recuperar la
gobernabilidad y la prosperidad en Venezuela.
–¿Cuáles son las leyes por
aprobar y por qué precisamente esas?
–Está la Ley de Activos
producto de la corrupción. Vamos a necesitar esos recursos que se han robado
para recuperar al país y modernizarlo. Hay que rescatar la Ley de Amnistía que
servirá a la transición. La Ley de Emergencia Humanitaria y la posible apertura
de un corredor o canal humanitario, entre otras leyes urgentes.
–El Gobierno insiste en que
la AN sigue en desacato ¿Cuál es el procedimiento para salir del desacato?
¿Está dispuesto a hacerlo como líder de la bancada de la Unidad?
–Esa es una instrucción casi
filosófica que ha planteado el régimen, y lo califico así, porque ellos argumentan
una supuesta compra de votos de unos diputados en Amazonas, que no existió. Dos
años después, el TSJ ni siquiera ha sentenciado sobre esta circunstancia en
cuanto a si hay que repetir o no las elecciones en esta región; o si es nula y
no procede la incorporación de los parlamentarios. Y lo único que ha hecho el
TSJ es bloquear una cantidad de leyes. El desacato está en una zona política.
La AN seguirá enfrentando a un piquete pseudo institucional, a un suprapoder
impuesto por la fuerza como lo es la Asamblea Nacional Constituyente. No hay
voluntad política de parte de este régimen de reconocer una instancia electa
por el pueblo.
–¿Continuará ese paralelismo
y coexistencia de la ANC y AN?
–Todo esto pasa por el
cambio político. Está muy clara la intención totalitaria de este régimen. Hay
que empezar de raíz por cambiar el poder ejecutivo para reconstruir el resto de
los poderes. Hoy la Asamblea Nacional está operativa pero institucionalmente
debilitada producto del cerco político. Se mantiene hasta ahora por el respaldo
de la gran mayoría de los venezolanos y del mundo. Hace poco recibimos al
canciller de Portugal, que reconoce a la Asamblea Nacional como la institución
parlamentaria legítima de Venezuela. Por eso debemos continuar con nuestro
trabajo. Esa bicefalia o paralelismo cesará cuando se acabe con la dictadura en
Venezuela.
–¿Cómo vislumbra que serán,
en 2018, las relaciones entre Gobierno y AN?
–Ya vimos como empezaron:
Maduro, insultando al presidente de la Asamblea Nacional, Omar Barboza;
haciendo referencia a su edad y a otros elementos. Lamentablemente ese es el
manejo que le ha dado Maduro no solo a la AN, sino a otros personajes y
presidentes del mundo. Esta actitud pareciera que no cambiará. Trabajaremos en
base a lo que tenemos y con lo que contamos: al potencial de mayoría electoral
que somos, para poder exigir y conducir a Venezuela hacia una salida pronta y
democrática.
–¿Busca la AN un nuevo
"Pacto de Punto Fijo" con el Gobierno?
–Con el gobierno es difícil.
No creo que este sea el caso. Este es un régimen que viola los derechos
humanos, que está lleno de corruptos y que ha sido ineficiente e irresponsable
en el manejo de los dineros públicos. Lo que busca la AN es un gran pacto entre
los factores que adversan este fallido sistema para reconstruir el país.
–¿De qué forma la AN puede
contribuir a galvanizar a la oposición que se encuentra tan desintegrada?
–En la oposición siempre ha
habido divergencias en las opiniones, pero luego se muestra concreta a la hora
de enfrentar a este régimen. Y yo creo que de cara a unas elecciones
presidenciales y a la tragedia que ocasiona la crisis social, ética y económica
que vivimos los venezolanos, está muy claro que el factor aglutinador para la
oposición es el cambio, la gente y encontrar el camino para salir de esta
tragedia. Hay otros dos factores que debemos tomar en consideración, no
solamente aglutinar, sino también, el movilizar y moralizar. Esto puede
lograrse si seleccionamos a una figura que nos represente en los comicios
presidenciales, u organizando acciones políticas por el cese del hambre. En la
AN aprobamos una ley por la solidaridad y la alianza humanitaria para atender
la crisis que estamos viviendo. Son muchos los elementos adicionales que
propicia el ponernos de acuerdo urgente y obligatoriamente.
–Pero aún así, dentro de la
oposición, se está acusando con afirmaciones de colaboracionistas y hasta de
enchufados. ¿Usted cree que con este ventilador prendido se pueda rescatar esa
unidad de los líderes que necesita Venezuela?
–Muy sencillo, y voy a
insistir en esto, lo hicimos en el 2015 y el 16 de julio del 2017: un
mensaje poderoso, una causa común y un accionar conjunto. El gobierno se
radicalizó asesinando a la gente, especialmente a los jóvenes. Ahora debemos
nosotros aglutinarnos de nuevo, recrear esas condiciones con un incentivo mucho
más poderoso: cambiar de una vez por todas la situación del país.
–Suenan bien todos esos
enunciados, pero ¿de qué forma lo piensan hacer, ejecutar?, porque la
apreciación de analistas y de muchos venezolanos a pie, es que a la oposición
no se le ven las metas claras y, por el contrario, muestra posiciones múltiples
sobre la solución a la crisis. ¿Usted cree que podrán enfocarse en esos
enunciados o metas y que el país pueda recibir los mensajes claramente?
–Las metas son las mismas
para toda la oposición. Pero cada quien tiene su manera de matar el burro, como
dice el refrán popular. Unos a pellizcos, otros arriándolo o sacándole los
piojos. Hay un piso mínimo de acuerdo, y son las primarias para escoger al
candidato que nos representará en los comicios presidenciales. Este es el
elemento más sencillo para galvanizarnos en el corto plazo. Hay muchas
diferencias, pero son muchos más los factores que nos van a unir en los
próximos días. Las primarias para el candidato es sin duda uno de los elementos
que nos va ayudar a aglutinarnos, no solamente a los partidos políticos, sino a
toda la sociedad que hoy se debate entre protestar, votar, dialogar o negociar.
Hay que unir todos estos mecanismos para poder salir adelante.
–¿Cree que la oposición
debería primero dialogar ella misma antes de sentarse a dialogar con el
Gobierno para así negociar soluciones y salidas coherentes?
–Eso se hizo y se comunicó.
Hay unos factores de la oposición que decidieron no participar y ahora critican
el diálogo, y han puesto en tela de juicio a quienes participan. Se invitó a
este grupo, además se sumó la participación de los cancilleres de México y
Chile. Los que no quisieron involucrarse están en su legítimo derecho de
expresar su desacuerdo porque este proceso puede o no dar resultado.
Pero es importante agotar
esta etapa, y seguir en paralelo con otros elementos y acciones políticas.
Dentro de la oposición están participando muchos partidos políticos, en el
diálogo, así como la sociedad en general a través de gremios, sindicatos,
organismos empresariales y profesionales. Entiendo las dudas legítimas de esa
parte de la oposición que decidió no participar, pero quiero aclarar que no fue
porque no se le invitara a debatir sobre el tema.
–¿Qué mensaje le da usted a
esa oposición radicalizada para que se una a la búsqueda de soluciones?
–Sencillo: aquí todos somos
necesarios para enfrentarnos a un régimen de estas características. No
lograremos esto simplemente con declaraciones, sino con acciones contundentes,
armonizadas y articuladas. Hay que reconstruir la unidad entre todos los
factores.
Creo que un punto inicial
para ese acuerdo, es la selección del abanderado para las elecciones
presidenciales. Creo que hay cosas adicionales que hay que discutir: la
gobernabilidad, la justicia en tiempo de transición, un plan mínimo para el
rescate del país, la atención de la emergencia humanitaria, la reactivación del
aparato productivo, entre otros elementos en los que tenemos que ponernos de
acuerdo.
Pero esto será difícil si se
hace desde una política de micrófono. Lo primero que hay que hacer es un
llamado a los liderazgos de la oposicion para que le bajen dos a los egos y a
los intereses personales y entiendan al monstruo al que nos estamos
enfrentando. No hay unos más valiosos que otros. Todos somos necesarios para
aportar en este camino hacia la salida y la transformación de Venezuela.
18-01-18
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