Por CONTRAPUNTO
El ex hombre fuerte de Pdvsa,
del Gobierno y del chavismo, sostiene que más allá de la gran falla eléctrica
“las empresas venezolanas se han apagado”, incluyendo Pdvsa. La crisis proviene
de colocar gente que no conoce la materia que le toca gerenciar. “La Oposición
se equivoca al creer que solo es cambiar a unos por otros”, asegura. Propone
una Junta Patriótica de Transición
Rafael Ramírez pidió la
palabra para hablar sobre la coyuntura que vive el país a raíz de las fallas en
el sistema eléctrico, las cuales vincula a “incapacidad e indolencia” en la
administración del Estado.
Como era de esperarse, está
en desacuerdo con la tesis del sabotaje y sostiene que no se atendieron las
señales de crisis que estaba emitiendo el sistema eléctrico. Esta desatención
produce el “black out” que hizo colapsar el sistema.
Desde un lugar de Europa que
no identificó, también habló del tema político lanzando la propuesta de una
“Junta Patriótica” que lidere un proceso de transición y que llame a un proceso
electoral después de estabilizar el país.
A manera de contexto
Ramírez fue responsable,
desde el Ministerio de Energía y Minas, del sector eléctrico hasta que en 2009
se creo el Ministerio para el sector. Por ello le consultamos acerca de las
similitudes y diferencias de las coyunturas.
-En 2008 comenzaron a darse
fallas en el sistema y luego estuvo el fenómeno del Niño, hasta la creación del
nuevo ministerio y Corpoelec.
-Aunque existía el
Ministerio de Energía y Minas las empresas operadoras no dependían del
Ministerio. Cadafe estaba adscrita al Fondo de Inversiones de Venezuela porque
se iba a privatizar, Edelca estaba adscrita a la CVG y el Ministerio no tenía
capacidad operativa. Las administradoras del servicio eran fundamentalmente
privadas. Electricidad de Caracas, Electricidad de Carabobo, Enelbar y Enelven,
que era pública y funcionaba bien en Zulia.
-Por qué el ministerio y una
empresa paraguas para todas. ¿Centralismo? ¿Control?
-Nos dimos cuenta de que
empezaba un problema de generación y transmisión eléctrica porque existía un
aumento importante de la demanda que tenía que ver con el crecimiento
económico. Se incrementó la demanda 20% en el periodo. Estamos hablando del
2008. Teníamos una demanda nacional 18.500 a 19.500 megavatios. Comenzamos un
plan para introducir generación termoeléctrica. Hasta ese momento no se había
introducido un solo megavatio nuevo.
-¿Cuál era la estrategia?
-La idea estratégica era
independizar regiones y sobre todo a la cola del sistema eléctrico es decir
Zulia, fortalecerlo. Fortalecer Caracas, fortalecer la región Central. Viene la
idea de unificar y crear Corpoelec.
-¿Por qué una sola empresa?
-Edelca, que era la que
tenía mejor desempeño solo atendía a los grandes cliente, es decir, los
industriales. La distribución doméstica estaba en manos de Cadafe con las filiales.
No había una visión de la política eléctrica unificada y el servicio era muy de
mala calidad. Eso no se sentía en Caracas porque estaba la Electricidad de
Caracas, en Valencia Electricidad de Carabobo y Enelven en el Zulia que siempre
tuvo un buen desempeño. Cuando se crea Corpoelec las empresas privadas no
fueron nacionalizadas, se adquirieron y se pagaron para poder unificar el
sistema eléctrico nacional. La idea era que las fortalezas de la industria
eléctrica en algunas regiones pudieran aprovecharse en todo el país. Pero
comenzó un manejo inadecuado a mi parecer y se adoptó una organización distinta
en el tema operacional: se introdujo el control obrero y la cogestión. Desde
Pdvsa veíamos con preocupación porque las empresas operacionales necesitan
respuestas rápidas, efectivas y oportunas.
-¿Qué pasa cuando llega la
crisis de El Niño?
Se creó el Estado Mayor
Eléctrico dirigido por Elías Jaua. En ese momento a Pdvsa y a las empresas
grandes se le dio la instrucción de meter termoeléctrica como una emergencia.
Se decretó la Emergencia Eléctrica y se salió comprar termoeléctricas por el
mundo y se hicieron grandes obras termoeléctricas. En mi gestión metimos al
sistema 5.000 megavatios de termoeléctricas y entregué esas máquinas en actos
públicos.
-¿A quien entregaban las
obras?
-A Corpoelec. Termozulia I y
II, Josefa Camejo, las plantas en Barinas y en Oriente. Eran máquinas de ciclo
combinado que era lo mejor en eficiencia energética y funcionaban con diésel y
gas. Con el tema del gas se trabajó mucho porque se hicieron gasoductos para
llevar gas a donde Corpoelec lo necesitaba. Consumió mucho esfuerzo y talento,
pero al final se logró. Caracas llegó decretarse independiente en el tema
termoeléctrico. Se hicieron grandes avances.
-¿Qué cambió? Ahora se va la
luz
-La diferencia con este
momento es que los cuadros que estaban allí eran gente del sector que conocían
del tema y, aparte de eso, Pdvsa estaba respaldando muy de cerca de Corpoelec.
No solo porque le suministrábamos todos los volúmenes de diésel que
necesitaban, que era un gran esfuerzo, también nuestros equipos técnicos
estaban allí a su disponibilidad para atenderlos y darle apoyo. Eso creó una
dependencia de Pdvsa que no era sana. Sin embargo, funcionaba porque nuestros
técnicos eran de un alto nivel. Cuando salgo a Naciones Unidas y me entero que
Motta sería el hombre en el Ministerio de la Energía Eléctrica ya sabía que iba
a estar mal.
-¿Por qué?
-Porque no es un hombre del
sector. Es un hombre que no sabía nada de electricidad.
-Alí Rodríguez no era un
técnico y pudo ser ministro de Energía Eléctrica, Presidente de
Pdvsa, ministro de Finanzas.
-Alí Rodríguez sabía de
política petrolera y se hizo acompañar en la junta directiva de Pdvsa por
técnicos expertos en cada uno de los temas de la industria. Eso es distinto
-¿Qué pasa cuándo no se es
del sector?
-Por desconocimiento se
postergan decisiones y no se toman las acciones necesarias. En el caso del tema
eléctrico en un sector muy complejo
-¿Decisiones cómo cuáles?
-Como hacer los
mantenimientos de rigor. El sistema viene avisando desde hace tiempo que hay
problemas. Desde el 2015 ha sido golpeada la cola del sistema y vemos los
graves problemas de Zulia y los estados andinos. No se puede hablar de sabotaje
cuando las señales te va diciendo que el sistema esta mal.
-El Gobierno habla de
sabotaje, al igual que en el caso de la industria petrolera. ¿Por qué antes fue
evidente y ahora no?
-Las pruebas sobran y los
protagonistas quedaron registrados en todos los medios de comunicación. Tuvimos
un sabotaje al corazón de la industria y el ataque fue implacable y lo
vencimos. Aquí, en el caso eléctrico, no es así.
Fuera de control
-¿Entonces qué pasó?
-El 7 de marzo lo que hubo
fue un black out. Pero no porque se fuera la luz. Es la definición que se
vincula con que todo se sale de control. Todo se sale de control a pesar de que
hay una caída sostenida del Producto Interno Interno que ya suma 63% y tenemos
un consumo que cayó de 19.000 megavatios a 14.000 megavatios. Allí no hay
sabotaje posible. Lo que ha habido es la postergación de decisiones en el
mantenimiento que ha originado una falla estrepitosa en Guri. Hay falta de
mantenimiento en las líneas de transmisión y en otras áreas medulares del
sistema y los trabajadores lo vienen advirtiendo. El problema está en que
cuando alertan, los ponen presos.
-Hay gente que critica la
afirmación del jefe del Estado cuando habla de un ataque electromagnético, pero
el Presidente Trump, levanta las alarmas ante eventuales agresiones a los
Estados Unidos con pulsos electromagnéticos.
-Si fuera un sabotaje a
Guri… ¿por qué no funcionó Tacoa para atender a Caracas y las termoeléctricas
de Barinas y de Margarita? No es un ataque es un problema de todo el sistema.
-¿Qué piensa del nuevo
ministro Igor Gavidia?
-Es un buen técnico y mi
consejo es que le meta el ojo a las termoeléctricas y al mantenimiento, aunque
el es del sector y sabe lo que tiene que hacer y ojalá lo dejen trabajar como
es.
-Pdvsa debería tener su
propia autogeneración
-Esas plantas tampoco
funcionan. Ni las plantas de los hospitales. Ni las termoeléctricas.
-¿Por qué no funcionaron las
termoeléctricas?
-Porque no hay diésel.
Porque no han hecho mantenimiento y las canibalizaron. Hay mucha incapacidad y
mucha indolencia. A la gente se le veía sola y no había una autoridad a la que
acudir para resolver el problema.
-¿Esas plantas no deberían
tener una capacidad de reserva para la contingencia?
-A eso voy. Tampoco hay
razón para que falte el agua, porque existen plantas de bombeo de emergencia
que deberían tener autonomía para varios días, así como las termoeléctricas
deberían tener para por lo menos 10 días. Así era cuando Pdvsa apoyaba a
Corpoelec, cuando tomamos la iniciativa de cambiar 60 millones de bombillos
ahorradoras y ahorrarnos consumo por 2.000 megavatios. Venezuela vive un apagón
que no se ve.
-¿A qué se refiere con un
apagón que no se ve?
Las empresas están apagadas.
Pdvsa tiene una producción muy baja son 400 mil barriles en la faja, 150.000 en
el Zulia. El sistema eléctrico no funciona por solo nombrar dos nada más. Todo
eso perjudica al país. Hay un millón de barriles diferidos que requieren un
esfuerzo mínimo.
-Para eso se necesita dinero
y todos los analistas coinciden en que Pdvsa no lo tiene ni lo puede generar.
-No se gana confianza
teniendo a los militares manejándola. Yo respeto a los militares, pero ellos no
saben de petróleo ni de electricidad y por eso las empresas están como están.
Insisto, hay mucha incapacidad e indolencia. A la gente se le obliga a ir a la
marcha a la fuerza. Les pasan lista. Los convocan al trabajo y luego los
llevan.
-Hay quienes afirman que esa
no es una práctica nueva. Usted mismo dijo en 2006 que Pdvsa “era roja,
rojita”.
-Es cierto. Y es posible que
no fuera una frase muy afortunada. No estuvo bien. Pero hay que ver la
coyuntura, veníamos de un sabotaje petrolero. Nos pararon la industria. Nos
sometieron a una prueba de fuego y con los trabajadores pudimos recuperar la
empresa. Con los trabajadores movilizados lo hicimos. En esa Pdvsa no se
obligaba a nadie a marchar. Ahora es distinto. Hay 89 gerentes presos y sin
juicio a quienes se les violan los derechos humanos.
Lo político
-¿Entonces el problema no es
técnico sino político?
-De esta situación no
salimos, sino salimos de Maduro.
-¿Y cómo se resuelve esa
ecuación?
-Se resuelve volviendo a la
política. Que hable la política elevada. Debemos darle la palabra a la
política. El espíritu de revancha nos está dejando ciegos a todos. Miremos los
casos de Nelson Martínez en la Dgcim y de Fernando Albán en el Sebin. Hay que
darle la palabra a la gente que está hablando de la verdadera política, pero se
les fusila desde los extremos de ambas partes. La oposición se equivoca en su
estrategia. Aquí no se trata de sacar a uno para poner otro.
-Entonces… ¿cómo se
resuelve el problema?
-Tiene que ser de forma
inclusiva. Esta ecuación no se resuelve sin los militares. No nos hace falta
una guerra para que consigamos una solución política. Algunos sectores
perdieron la razón pidiendo la intervención militar. Debemos ir a una Juan
Patriótica que canalice la transición de esta situación.
-Una Junta Patriótica..
¿definida por quién? ¿Quién tendrá el poder omnímodo para conformarla?
-Me remito a nuestra
experiencia histórica del 23 de enero de 1958. Tiene que ser una figura en la
que participen todos los sectores de la vida democrática del país y que estén
interesados en conseguir una vía pacífica para el conflicto político y por eso
deben estar los militares. La Fanb no va a salir a reprimir y por eso lo hacen
los grupos Parapoliciales que existen.
-¿Una Junta por cuanto
tiempo? Eso no es algo que se puede dejar al libre albedrío de los integrantes
de ese equipo.
-Habría que establecer una
agenda, con un tiempo establecido para el llamado a elecciones en donde se
determinen acciones específicas para su funcionamiento.
-Además del tiempo..
¿qué cosas?
-Cosas como no privatizar
Pdvsa, porque vamos a necesitar todos los recursos del petróleo para salir
adelante. Retomar la legalidad y liberar a los presos políticos y dejar claros
los casos de corrupción. Disolver la Asamblea Nacional Constituyente que debe
estar hecha es para construir una nueva Constitución.
-Pero la ANC le dio la paz
al país, según sostiene un sector de la sociedad venezolana que no puede ser
desestimado.
-Eso fue una negociación con
un sector de la oposición que por desgaste pactó. Ahora lo que se necesita es
crear una base para acuerdos que beneficien al país y así reconstruirlo.
Rafael Ramírez se despide
desde el Skype indicando que sigue conectado a la situación venezolana. Ante la
pregunta del por qué no está aquí en el país reitera que “si tuviera las
garantías, lo haría y se que derrotaría a Maduro en cualquier escenario. Esto
que hacen no tiene que ver con Chávez ni nada por el estilo”.
08-04-19
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