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domingo, 5 de mayo de 2019

Dios nos mira con Amor. Nos perdona y nos da la misión, por @Pontifex_es




Papa Francisco 05 de mayo de 2019

Evangelio del día: Juan 21,1-19

Evangelio de hoy (Jesús confirma a Pedro en su misión): "En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". Él les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!" Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres?", porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?" Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme" Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco
 
Jesús resucitado prepara de comer a sus discípulos y, tras haber comido, inicia un intenso diálogo entre el Señor y Pedro. En este, hay tres miradas diferentes: de elección, de arrepentimiento y de misión.

Primera mirada. el entusiasmo

Al inicio del Evangelio de Juan cuando Andrés va a ver a su hermano Pedro y le dice: "¡Hemos encontrado al Mesías!", hay una mirada de entusiasmo. Jesús fija su mirada sobre él y le dice:

"Tú eres Simón, hijo de Jonás. Serás llamado Pedro".

Es la primera mirada, la mirada de la misión. Por tanto, hay una primera mirada: la vocación y un primer anuncio de la misión. Y ¿cómo es el alma de Pedro en aquella primera mirada? Es entusiasta. El primer tiempo de ir con el Señor.

Segunda mirada: el arrepentimiento

Después, en la noche dramática del Jueves Santo, cuando Pedro reniega de Jesús tres veces. El Evangelio de Lucas dice: "Y Pedro lloró amargamente". Aquel entusiasmo de seguir a Jesús se convirtió en llanto, porque él ha pecado, él ha renegado a Jesús.

Aquella mirada cambia el corazón de Pedro, más que antes. El primer cambio es el cambio de nombre y también de vocación. Esta segunda mirada es una mirada que cambia el corazón y es un cambio de conversión al amor...

Tercera mirada: la misión

Ahora, en el Evangelio del día, está una tercera mirada: la mirada es la confirmación de la misión, pero también la mirada en la que Jesús pide a Pedro que le confirme su amor. Y tres veces el Señor pide a Pedro la manifestación de su amor y lo exhorta a apacentar a sus ovejas. A la tercera pregunta, Pedro permanece entristecido, casi llora...

[...] Pero no termina ahí. Jesús va más allá y le dice a Pedro: "Tú haces todo esto por amor, ¿y después? ¿Serás coronado rey? No". Jesús predice a Pedro que también él deberá seguirlo por el camino de la Cruz.

También nosotros podemos pensar: ¿cuál es hoy la mirada de Jesús sobre mí? ¿Cómo me mira Jesús? ¿Con una llamada? ¿Con un perdón? ¿Con una misión? Pero, por el camino que Él ha hecho, todos nosotros estamos bajo la mirada de Jesús. Él nos mira siempre con amor. Nos pide algo, nos perdona algo y nos da una misión... (Homilía en Santa Marta, 22 de mayo de 2015)

Oración de sanación

Señor mío, gracias por todo el amor que has derramado en mi vida con tu resurrección.

Me has dado inteligencia y fuerza para que, junto a tu poder, pueda yo librarme de aquellos que conmigo no tienen las mejores intenciones. Sopla siempre sobre mí esa fortaleza de tu Espíritu Santo para vencer toda dificultad.

Quiero sentir tu presencia confiado en que has venido a mi vida para sanarme y convertirme así en fiel colaborador de tu reino que es toda alegría y gozo.

Mis esfuerzos, mis rutinas, mis logros y fracasos, todo cobra sentido en tu sacrificio de cruz. ¡Eres el Señor! y siempre estarás cuando más te necesito.

Como Pedro, al conocer tu presencia, quiero lanzarme al agua de la vida e ir hacia Ti donde me esperas con los brazos abiertos para saciar todas mis necesidades.

Yo también quiero seguirte, adorarte, cumplir con la misión que me has encomendado.

Ven e ilumina mi vida para ser coherente con tu Palabra y para entender que con tu resurrección, puedo vencer todos los miedos y angustias del camino, porque Contigo voy, Contigo soy y Contigo vivo.

Amén

Propósito para hoy

En cualquier momento del día dedicaré 10 minutos para rezar por los que están enfermos

Frase de reflexión

"Demos siempre gracias a Dios, sobre todo por su paciencia y misericordia". Papa Francisco.


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