Omar Barboza Gutiérrez octubre de 2014
La Mesa de Unidad Democrática tiene la
responsabilidad histórica de representar la alternativa, la esperanza del
pueblo venezolano para recuperar el país y ofrecerle a las nuevas generaciones
un futuro seguro dentro de su patria, con la llegada al poder de un gobierno de
Unidad Nacional que conduzca la necesaria reconstrucción de la nación
venezolana, teniendo por norte nuestro desarrollo integral dentro de un marco
de vigencia plena del estado de derecho, creando las condiciones necesarias
para la satisfacción de las necesidades materiales elementales de toda la
población, y haciendo efectivas las libertades que propicien la realización
espiritual de los ciudadanos.
Para lograr esos objetivos
trascendentes, es necesario consolidar alrededor de la Unidad a la mayoría
social y política que quiere un cambio, asumiendo una Estrategia Común, como la
definida por la MUD y que todos cumplamos con el compromiso de respetarla y
ejecutarla como la única vía para darle unidad de mando y coherencia a un
liderazgo colectivo como lo es la Unidad Democrática. Ninguna aspiración
personal ni partidista debe anteponerse a esa necesidad estratégica, una
conducta distinta le haría el juego a quienes pretenden quedarse en el poder.
El fortalecimiento de la Unidad es lo
que mantendrá viva en la mayoría de los venezolanos la esperanza de un cambio,
y la seguridad de que la alegría de una Venezuela distinta y mejor está por
llegar. El actual apoyo de la mayoría social y política es fundamental para que
el cambio que vamos a lograr tenga estabilidad y altas posibilidades de éxito,
y el hecho de que lo logremos por la vía democrática cumplirá con la condición
de la legitimidad de origen para garantizar un cambio estable.
El momento en el cual va a producirse
ese cambio nadie lo puede predecir, pero las que sí están definidas en la
Constitución son las oportunidades previstas para la renovación de los poderes
públicos. Una oportunidad ya prevista son las elecciones parlamentarias del
2015, para las cuales debemos prepararnos desde este momento porque, en nuestro
criterio, debemos fijarnos como objetivo prioritario, sin dejar de luchar en
todos los frentes, triunfar en las parlamentarias nacionales, y controlar así,
para los intereses nacionales el Poder Legislativo Nacional que hoy está al
servicio del Poder Ejecutivo y no del pueblo. A partir de allí nadie detendrá
el cambio político
Es importante tener muy en cuenta que
siendo nuestro propósito central lograr un cambio político con el objetivo de
establecer un gobierno de Unidad para la reconstrucción nacional y la
reconciliación entre los venezolanos, debemos incorporarle a nuestra estrategia
la necesidad de crecer hacia afuera, es decir, buscar apoyos que actualmente
como Unidad no tenemos; para ello, además de conservar el que si tenemos,
debemos estar convencidos que para crecer y consolidarnos como mayoría social y
política, es necesario sumar el apoyo de todos o el de la mayoría del
oficialismo que están desilusionados.
Es por eso que no debemos caer en la
trampa de la provocación por parte del gobierno y de su partido, para llevarnos
al campo de la confrontación política o de la violencia; pues, esos terrenos
solo benefician al gobierno que quiere incomunicarnos con sus seguidores, en
especial con los que tienen una posición crítica a la gestión y pueden ser
atraídos por nuestro mensaje democrático e incluyente, es por eso que nuestro
mensaje de Unidad debe incluir siempre un llamado a la parte del pueblo que es
o ha sido seguidor del oficialismo, sin dejar de hacer oposición contundente a
este gobierno, y señalar de manera principal su fracaso en los aspectos
económicos y sociales.
La estrategia de crecimiento hacia
fuera, como parte de la acumulación de fuerzas en nuestro apoyo, no debe
quedarse en lo teórico, por lo que debe estar acompañado de un Plan Político de
Acción que incluya nuestra presencia en la calle que es el espacio natural de
la política.
Debemos tomar en cuenta la necesidad
urgente que tenemos de llegar a la base del pueblo para concientizarlo,
organizarlo y tenerlo preparado para la lucha política democrática en favor del
cambio político, evitando que la hegemonía comunicacional ejercida por el
gobierno le venda mentiras y le esconda la cruda realidad que estamos viviendo
y la cual debemos cambiar.
Hay que explicarle con la verdad a la
gente, que la guerra económica de la que habla Maduro está dirigida desde
Miraflores y el Banco Central en contra del pueblo venezolano, y que esa es la
causa real de la escasez y del alto costo de la vida. Que son ellos los
responsables de la corrupción, de la inseguridad, de la impunidad, del
irrespeto a los derechos humanos, y que hay que cambiarlos.
omarbarboza1@cantv.net
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