Páginas

martes, 17 de noviembre de 2015

La autonomía universitaria y su desafío, @ffacchinb



Por Fernando Facchin B., 13/11/2015

El artículo 109 de la CRBV establece: “El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía (...) Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y administración de su patrimonio (...)” Ahora bien, una de las características de el régimen instaurado ya hace 18 largos y nefastos años, es su belicoso y despiadado ataque contra las universidades públicas autónomas, sometidas a una injustificada incuria económica.

La inusitada agresividad oficialista contra “La casa que vence las sombras”, es producto del odio y resentimiento propios de complejos irresolutos de un régimen en involución irracional, empecinado en exigir respeto, pero que es incapaz de respetar. Un régimen imbuido en un vergonzoso empecinamiento contra el intelecto y la cultura con el malsano objetivo de eliminar el pensamiento libre y crítico, imponiendo un pensamiento único y retrógrado, fundamentalista.

El régimen autárquico no soporta el contrapeso que implica el pensamiento y ejercicio crítico, por ello la agresión económica contra las universidades para someterlas al oscurantismo, la ineficiencia y la ineficacia gubernamental, por tal razón es necesario y urgente crear espacios de reflexión crítica en defensa de la estructura, el funcionamiento y la proyección social de las universidades, sin un presupuesto cónsono y oportuno es imposible el desarrollo universitario para la formación de profesionales idóneos.

Es lamentable observar a muchos de los funcionarios oficialistas, profesionales graduados en nuestras universidades públicas autónomas fomentar ataques contra las universidades, como lo que son peones del oficialismo, pero quienes están bajo las previsiones del artículo 25 de la CRBV, su cuestionable actuación para perpetrar fechorías sin límites, es un problema de carácter constitucional y moral, humillando la universidad, humillan a la soberanía nacional y a la ciudadanía, es producto de una “obediencia indebida” de la cual son responsables personales.

El comportamiento de peones del régimen contra las universidades viola flagrantemente los “límites de la obediencia”, la cual no puede ser ciega ni indebida para justificar su implicación en la deshonra de su propia formación profesional y quienes deben recordar que: “Peones eran los que, de a pie, ayudaban a subirse al caballo a los señores. Señores eran los que, de a caballo, dominaban personalmente a otros hombres”.


Oscuros empleados públicos sumisos al régimen, quienes pretenden la destrucción de las universidades, demuestran una lealtad perruna con respecto al amo de un poder fáctico y ocasional y deslealtad a la casa que les venció las sombras. El momento de retractarse de sus actos ha caducado. Los tiempos de comprensión y diálogo han terminado. He aquí el desafío, todos a defender la autonomía universitaria.

Edición Impresa del 13/11/2015




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico