Leonardo Fernández 20 de septiembre de 2016
La
semana pasada se desarrolló la cumbre del Movimiento de países No Alineados, en
la isla de Margarita. Mientras el pueblo de Venezuela sufre de hambre y
carestía, el gobierno se da el lujo de ser anfitrión de un foro internacional,
derrochando recursos que no invierte en su pueblo.
El
Movimiento de países No Alineados fue un foro para reafirmar la libertad de
acción de los países que no se identificaban con ninguno de los polos en
conflicto en la guerra fría (capitalismo y comunismo). Terminada la guerra
fría, la vigencia de este organismo está en duda, y su influencia en el mundo
es prácticamente nula. A pesar de ello Maduro se ha gastado 160 millones de
dólares organizando esta cumbre, con la finalidad de romper el aislamiento
internacional al que está sometido.
La
cumbre fue un fracaso diplomático y político, de los 120 países que integran el
grupo solo asistieron 15 presidentes y menos de una tercera parte envío
representación. Maduro se muestra tan aislado como antes, incluso haciendo ese
derroche de recursos. Los eventos internacionales no son malos per se, si de
ellos derivan acuerdos concretos que fijen metas y deriven en beneficio para
las naciones, merecen el despliegue logístico que ameritan, pero si para lo
único que sirven es para denunciar el imperialismo y hacer declaraciones vacías
y pronunciamientos estériles entonces se convierten en contraproducentes.
Además
del fracaso diplomático, las imágenes que nos dejó la cumbre demuestran la
debilidad del gobierno y manera particular de tratar a sus ciudadanos. La foto
con las carpas fuera de los hoteles lujosos donde se hospedaban los dignatarios
y altos jerarcas del PSUV, demuestran en primer lugar que el gobierno se ha
quedado sin manifestaciones de apoyo popular, y necesita trasladar a los que
consigue reunir a fuerza de amenazas, para llevarlos para aparentar muestras de
simpatía que no despiertan.
En
segundo lugar las carpas en los linderos de hoteles 5 estrellas son una imagen
vivida de la realidad venezolana, unos ciudadanos que padecemos las carencias
más apremiantes y unos enchufados que viven en una burbuja llena de lujos y
celebraciones.
Podemos
concluir que quienes dicen representar el ¨legado de Chávez¨ reviven esa frase
de su comandante que ¨los presidentes viven de cumbre en cumbre mientras los
pueblos viven de abismo en abismo¨. Ante semejante muestra de desprecio por las
necesidades de los venezolanos seguimos con mayor convicción la lucha por el
cambio.
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