Por Froilán Barrios Nieves
Lo que está a la vista no se
pregunta, decía el famoso cantor mexicano recién fallecido Alberto Aguilera, y
es que hoy en día para cada venezolano lucen como el tamaño de una catedral las
piruetas del régimen madurista para evadir todo género de consulta electoral,
desde el revocatorio presidencial, la elección de gobernadores, incluso hasta
la de los sindicatos, al reconocer el sentimiento nacional de repudio a su
gestión.
Lo paradójico del asunto es
que el poder electoral a través de su máximo organismo el CNE, ha cavado en la
esquina de Pajaritos una guerra de trincheras, a todo el que ose exigir lo que
la CRBV establece como derecho ciudadano, convirtiendo la exigencia en una
blasfemia al Poder Ejecutivo cuando se trata de promover la democracia participativa.
Si se trata de elecciones
sindicales reglamentadas por este organismo electoral según el artículo 293,
numeral 6 de la Constitución, se las ingenia para postergarlas según la
conveniencia del Ejecutivo nacional y su brazo sindical la Central Socialista
de Trabajadores, de tal manera que las elecciones de Sutiss, el otrora poderoso
sindicato siderúrgico de Guayana, las engavetó el TSJ tras un recurso de amparo
fantasma, al saberse perdedores luego de la huelga en 2013, igualmente las
elecciones de la Futpv, federación petrolera nacional, cuyo lapso de gestión
venció en 2014, para 2016 han sido suspendidas en múltiples oportunidades hasta
nuevo aviso. A sabiendas de que de realizarse sufrirán una estruendosa derrota,
ya que los trabajadores petroleros, para poder comer, venden sus overoles,
botas, guantes, ya que sus salarios devaluados como el de todos los
trabajadores venezolanos no les permiten acceder a la canasta alimentaria. Y
así pare de contar, decenas de sindicatos incapacitados por la mora electoral
al impedirles el CNE realizar sus procesos entre ellos la CTV, central sindical
nacional, desconocida desde 2005.
En el caso de las elecciones
a gobernadores cuyo lapso constitucional vence en diciembre 2016, a sabiendas
según las encuestadoras que el oficialismo perdería las 24 gobernaciones, ha
puesto pies en polvorosa, para justificar su suspensión mediante el argumento
fraudulento de la guerra económica, sin convocatoria firme siquiera para 2017.
Lo que ha disparado las alarmas en la comunidad internacional, que ha
manifestado que de saltarse estos comicios Venezuela será oficialmente un
Estado autoritario (diario El País, 10-10-2016).
Finalmente lo del referendo
revocatorio presidencial no tiene parangón universal, ni en el apartheid
sudafricano, donde el voto de un blanco valía por dos de color, se identifican
los atropellos y las alcabalas del CNE, huellas a cuatro dedos, manejo
discrecional, reducido número de mesas, en un ambiente de saboteo y de
operación morrocoy, como lo denuncia la MUD, para de esta forma espantar al
elector, quien desmoralizado, defraudado abandone la consulta.
Para colofón de todas las
argucias, ha desatado una feroz represión de centenas de presos políticos que
lo evidencia a escala internacional como un régimen en crisis en agonía y
estado terminal, sostenido por militares y los intereses transnacionales del
petróleo de nuestro subsuelo.
12-10-16
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