Por Fernando Pereira
El 20 de noviembre se celebran
28 años de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño por
parte de la Organización de las Naciones Unidas. Es un tratado
internacional que garantiza los derechos humanos de los niños y
adolescentes (menores de 18 años).
Aunque la noción de derechos
del niño no se inicia con la Convención, pues ya desde el año 1958 contamos con
la Declaración de los Derechos del Niño, este tópico no adquiere una real
significación hasta que la Convención genera en 1989, un “antes y después”
tanto en lo relativo al rol del niño, y adolescente en la sociedad, como en su
relación con las personas adultas significantes (padres, madres,
familias, maestros, comunidad).
Tal como lo expresa
Geidenmark, de Save the Children, la Convención es el primer tratado sobre los
derechos humanos que hace valer, explícitamente, los derechos civiles de todos
los niños en todo momento. No solo en determinados eventos o acontecimientos.
Motivos para celebrar
Carlos González lo resume en
un documento de Cecodap: “La Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño y la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (LOPNNA)
conteniendo la doctrina de la Protección Integral han puesto en el imaginario
social y en la práctica social -iniciando por sus postulados jurídicos- nuevas
formas de considerar y relacionarse con las niñas, niños y adolescentes,
lo cual confronta miles de años de desarrollo social adulto-centrista y
andro-centrista”.
Motivos para reaccionar
A pesar de los avances
normativos y algunas realizaciones, los progresos no son los esperados por las
organizaciones que luchamos para que este instrumento legal fuera aprobado hace
casi 3 décadas.
El Comité sobre los Derechos
del Niño (órgano oficial para su seguimiento) manifestó, en el caso de
Venezuela, preocupación por la falta de supervisión y apoyo por parte del Instituto
Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (IDENNA) a
todos los centros de cuidado alternativo; los retrocesos legislativos en
materia de responsabilidad penal; la alta tasa de mortalidad materna, el
estancamiento en la reducción de la mortalidad infantil y el elevado número
de embarazos de adolescentes; y la escasez de medicamentos (esenciales y
de alto costo como los antirretrovirales), así como la inexistencia de
suficientes servicios médicos y medicamentos en hospitales, y de políticas
y centros de salud mental para la atención de los niños y adolescentes.
Igualmente insistió en la
necesidad de conceder más importancia a la protección de los niños como grupos
vulnerables y adoptar medidas adicionales para: (a) luchar contra la trata
de mujeres y de niños; (b) alcanzar la enseñanza primaria universal y la igualdad
de género en la educación; (c) reducir la mortalidad infantil; (d)
proteger y garantizar educación a niños que carecen de hogar; y (e) aumentar la
matriculación en todos los niveles de enseñanza y considerar garantías de
educación a todos los niños con discapacidad.
El impacto de la crisis
humanitaria ha incidido, sin duda, en el agravamiento de las situaciones
planteadas por el Comité y la amenaza y violación de los derechos de la niñez y
adolescencia del país.
El mejor regalo
Esta fecha es propicia para la
realización de actos, conciertos por parte de las autoridades. Desde Cecodap
hemos insistido en que el Estado como garante de los derechos humanos debería:
1.Publicar en lo inmediato los boletines
epidemiológicos, de mortalidad, violencia y todos aquellos datos
oficiales que permitan identificar avances y obstáculos en el cumplimiento de
los derechos de los niños y adolescentes. 2. Fortalecer la institucionalidad
pública y el Estado de Derecho que garantice la protección
efectiva de los niños, adolescentes y sus familias, especialmente en el actual
contexto de crisis y conflictividad social. 3. Desarrollar e implementar en lo
inmediato un plan especial con recursos financieros extraordinarios para la
atención de los problemas inmediatos de alimentación y salud a los
niños y adolescentes, contando incluso con la cooperación internacional.
28 años después seguimos en
deuda.
Foto: Unicef
15-11-17
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