Escrito por Freddy Lepage
(ingeniero) Viernes, 13 de Septiembre de 2013
@Freddy_Lepage
Maduro, al igual que su predecesor, es
aficionado a hablar con suma ligereza de magnicidios, sabotajes, conspiraciones
y golpes de todo tipo y pelaje. Hace reiteradas referencias a planes
desestabilizadores del imperio, de la “derecha apátrida”, de la oposición (que
según él es lo mismo), y pare usted de contar. La forma precaria y engañosa en
que obtuvo el triunfo lo mantiene en constante zozobra, por decir lo menos, no
lo deja ni pestañear. Sin embargo, no es bueno estar invocando los demonios de
forma permanente ya que estos se pueden desatar y recogerlos después no es nada
fácil. Por lo demás, las brujas de que vuelan vuelan…
Sin duda, el factor tiempo juega
contra él. Pero, lo más grave no es eso, al fin y al cabo, esa es una variable
que con propuestas y acciones adecuadas se puede administrar y ponerlo a su
favor, como lo hizo el comandante supremo cuando el referendo revocatorio (lo
postergó hasta que se dieron las condiciones propicias para realizarlo). Claro,
Maduro, no tiene esa flexibilidad para actuar a discreción, aun cuando cuenta
con el apoyo y sumisión de todas las instituciones del Estado, lo que le da
algunas posibilidades de manejo de los plazos que, con el correr de los días,
se le encogen peligrosamente.
El régimen está paralizado, sin capacidad
de reacción ante los grandes e ingentes problemas nacionales que se agravan y
se tornan insolubles. La herencia económica envenenada que le dejó su mentor,
pesa más que un collar de bolas criollas. Es un fardo al que no se le han
aplicado los correctivos necesarios. Sencillamente, Maduro no puede gobernar
con palabras, el país sin Chávez es otra cosa, exige respuestas inmediatas al
desmoronamiento reinante. Algunos ejemplos, tomados al voleo, dan cuenta de lo
que está sucediendo ante las propias narices de quienes (des) gobiernan y no
atienden las necesidades de la gente.
Las divisas escasean, a tal punto que,
el desabastecimiento y escases de bienes e insumos importados de consumo diario
siguen tan campantes, como si nada estuviera ocurriendo. Me atrevo a aseverar
que los que están al frente de la función púbica son autistas o están muy cerca
de serlo, amén de la estulticia que han demostrado en sus actuaciones y
desempeño. La regularización del suministro de algo tan doméstico como el papel
tualé, a estas alturas, incomprensiblemente, ni siquiera ha sido resuelta;
entonces, que podemos esperar los venezolanos con respecto a la ausencia de
otros productos necesarios para que la vida cotidiana se normalice.
Ni hablar de los frecuentes apagones,
de la inseguridad, del alto costo de la vida, de la corrupción que carcome las
entrañas de la revolución; en fin, del caos reinante que, a pesar de los
anuncios y promesas repetidas, sigue vivito y coleando. Lo único que hace
Maduro y sus validos es culpar a los demás de lo que ellos son incapaces de
solucionar. Ya suenan a lugar común las nuevas versiones de “guerra económica”,
“golpe eléctrico”, “plan Tic-Tac”, plan “colapso total”, que agentes del
imperialismo promueven desde el norte. Nadie les cree.
El auténtico “tic, tac”, o bomba de
tiempo, es el desmadre de la economía, el clima de descontento, la olla de
presión (o de grillos, no se) en que se ha convertido nuestra tierra. Los
verdaderos enemigos de Maduro están en su lado, son los funcionarios incompetentes.
Maduro está de manos atadas, o vive en otro planeta, ¿no se da cuanta de lo
delicado de la situación? ¿Será que en su entorno hay quienes apuestan al
fracaso? De esto depende todo, no basta con postergar lo inevitable… Dicen que
guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado. Las municipales
serán la expresión del voto castigo, sin duda.
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