Pacífico
Ente o persona pacífica es aquella a la que le gusta hacer la paz, según la unión de las palabras latinas pax y ficus. Sus premisas son tranquilidad interior y armonía social.
Las fuerzas de cambio, en sociedades donde existe violencia por obra del Estado o de acciones bélicas de la población, están ideal y moralmente obligadas a encarnar la lucha por la paz en base a la realización de justicia y democracia. Estos dos valores constituyen razón para ser una opción diferente y por tanto, alternativa.
Pacto
Del latín pactum, convenio.
Acción para asegurar un acuerdo en el que los participantes persiguen un beneficio común, a la vez que cada uno considera que obtiene una ganancia particular.
El pacto de Punto Fijo, pese a sus imperfecciones, constituyó el marco para un período histórico estable y positivo para el país. El acuerdo, suscrito por tres de los cuatro partidos que habían mantenido diversos niveles de resistencia a la dictadura de Pérez Jiménez, se estructuró sobre un modelo de país, un programa de gobierno y una coalición de fuerzas cívicas para su realización y militares para su sostenimiento institucional. El partido excluido, de persistente oposición a la dictadura y búsqueda de unidad en un frente democrático, fue el P.C.V.
Paciencia
La raíz latina de esta palabra, pati, contiene la idea de soportar un sufrimiento. Es capacidad para echarse encima un peso ajeno o realizar con detenimiento una acción. Se transforma en alegría cuando se encuentran las maneras de superar tal carga y se logra el propósito fijado.
Paz
Un ex presidente mexicano de finales del siglo XIX, Benito Juárez, legó dos frases sobre la paz a las generaciones posteriores: «…entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz». En la segunda sostenía que es más fácil ganar una guerra que organizar la paz.
Tenemos un déficit de cultura de paz. La tradición de mandonería del caudillo aún cabalga entre nosotros.
Una condición esencial para la construcción de una fuerza de cambio político, cívico y cultural es actuar como factor de aseguramiento de paz entre los ciudadanos y entre el Estado y la sociedad para lograr mayor calidad civilizatoria, perfeccionamiento de la equidad social y bienestar de la gente.
Pajeo
Un paje, en particular el de cámara, tenía entre sus funciones informar a su señor de las habladurías contra él. Esta misión indeseable y degradante se ha filtrado hacia la élite política, que despotrica ácidamente para descalificarse entre sí.
Palanca
Herramienta populista usada para conseguir objetivos por caminos ajenos a los requisitos que establece la ley.
Parlamento
Rama del poder público que se conforma mediante el voto universal, libre y secreto. Su función es controlar al poder ejecutivo, designar algunos altos funcionarios y hacer las leyes.
En 2025 vence el periodo de la vigente Asamblea Nacional. Existe una indefinición acerca de la participación y una inclinación a preparar el terreno para una nueva abstención entre dirigentes de la principal vanguardia opositora.
Funcionarios del alto gobierno han anunciado requisitos de participación que no están en la Constitución Nacional. Algunos analistas vinculan las acciones represivas que se han llevado a cabo con el objetivo de evitar que se produzca en el 2025 una avalancha de votos castigo similar a la de julio del 2024.
Es evidente que un objetivo del gobierno es crear un clima de temor y desaliento que disminuya la participación de los ciudadanos, como estrategia para mantener la actual mayoría oficialista en el parlamento.
Partido
Asociación entre ciudadanos para lograr unos mismos fines políticos. En tanto que organización intermedia entre el poder y la sociedad civil, los partidos necesitan volver a articularse en torno a proyectos de país, intereses sociales definidos y programas de gobierno a presentar a una coalición plural de fuerzas. Pero el pragmatismo, la reducción electoralista y la compulsión inmediatista los devora.
Hoy sufren una profunda crisis de relación social, representación de intereses y densidad programática. Sus formas de trabajo están determinadas por el marketin político, el manejo de redes digitales y la formulación de mensajes atrapa todo, aunque segmentados, la emoción ofusca los indispensables procesos racionales que deben estar presente en la formación de las opiniones y decisiones políticas.
Las élites políticas ya no son las portadoras exclusivas de proyectos de país a futuro, ni las mejor preparadas culturalmente para asumir la revolución de las ideas y del conocimiento. Están ancladas a modelos explicativos propios de las crisis que debilitan y derrumban a las democracias.