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martes, 1 de octubre de 2013

Las instituciones, garantía de democracia

Por JOSÉ ANTONIO LLORENTE Madrid, 17 septiembre 2013

Elecciones en Latinoamérica: el fortalecimiento de las instituciones como garantía de democracia

La celebración de elecciones en diecisiete países latinoamericanos entre 2013 y 2016 resultará clave para estudiar la deriva política en Latinoamérica.

En 2013, Ecuador, Paraguay, Venezuela, Honduras y Chile celebran sus elecciones presidenciales. Un año después, las presidenciales tendrán lugar en Brasil, Colombia, Bolivia, Uruguay, El Salvador, Panamá y Costa Rica. 2015 será el año de Argentina, Guatemala y Nicaragua. Por último, Perú y República Dominicana cerrarán el ciclo en 2016. México es el país que queda fuera de este periodo de tiempo, ya que los comicios se celebrarán en 2018.

En este último lustro la mejora de la coyuntura económica ha llevado a un incremento de las clases medias y a una inclinación por las tendencias moderadas y de centro. Ejemplos de este “giro al centro” han sido la victoria de Sebastián Piñera en Chile y la de Juan Manuel Santos en Colombia en 2010, o el triunfo del PRI de Enrique Peña Nie­to en México, en 2012. La continuidad en la bonanza económica ha llevado también a un continuismo político. En este periodo, además, ha tenido lugar una ola reeleccionista, con ejemplos como la reelección de Cristina Fer­nández de Kirchner en octubre de 2011 y de Hugo Chávez en octubre de 2012.


Considerando el panorama reciente, la pregunta clave es si se mantendrá la tendencia continuista y reeleccionista en estos próximos tres años.

Por ahora, la reelección de Rafael Correa en Ecuador confirma, inicialmente esta tesis, habiendo comenzado su tercer mandato presidencial, tras las elecciones presidenciales de febrero de 2013.

En 2014, los resultados de las presidenciales en Bolivia, por otra parte, demostrarán si se mantiene esta tendencia, teniendo en cuenta que Evo Morales aspira a la reelección. Lo cierto es que, según apuntan las últimas encuestas, a día de hoy Evo Morales lidera la intención de voto.

Además, la popularidad de Dilma Rousseff en Brasil lleva a pensar que aspirará a la reelec­ción en 2014 y, en el caso de Juan Manuel Santos, que fue electo Presidente de Colombia en 2010, muy probablemente vuelva a ser el candidato del oficialismo en 2014.

Por otro lado, casos como el de Xiomara Castro en Honduras y Sandra Torres en Guatemala confirman la tendencia de una especie de “reeleccionismo conyugal”, esposas que aspiran a suceder a sus maridos en el poder. Ejemplo paradigmático de esta tendencia es el de Cristina Fernández, esposa de Néstor Kirchner, que fue elegida en 2007 en Argentina.

Ante estas perspectivas, cabe plantearse si esta efervescencia reeleccionista es señal de que los ciudadanos están satisfechos con los gobiernos en el poder y confían verdaderamente en sus líderes, o si por el contrario la reelección se perfila como un remedio frente a la escasa credibilidad de los partidos y la desconfianza en las instituciones.

La tendencia reeleccionista conlleva el riesgo de caer en el “hiperpresidencialismo”, potenciando la política personalista al tiempo que merma la institucionalidad. Las democracias con débil institucionalización son más propensas a la corrupción y a la permanencia de los partidos en el poder durante un largo periodo de tiempo.

Por lo tanto, los países latinoamericanos han de enfrentarse a un reto a corto plazo: preservar la democracia en la región fortaleciendo las instituciones políticas.


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