Mesa de la Unidad Democrática
Comisión de Política Internacional
Durante los años de vida democrática,
nuestro país adelantó una política exterior de Estado que contemplaba la
cooperación e integración con sus vecinos latinoamericanos como uno de los ejes
de su agenda internacional.
Si bien dicha estrategia implicaba
solidaridad y ayuda a países menos desarrollados de la región (Pacto de San
José), no significaba que tales iniciativas se adelantaran para crear áreas de
influencia sometidas a los designios de nuestro gobierno. Mucho menos que ellas
comportaran perjuicios económicos para los venezolanos.
La Alternativa Bolivariana para las
Américas, en sus 10 años de vida, sólo ha
tenido como contrapartida para nuestro país los apoyos al gobierno venezolano
en los organismos internacionales.
Esta organización ha sido una vía de
un solo sentido. Acuerdos bilaterales entre Venezuela y cada uno de sus
miembros, les han reportado ganancias a éstos, pero a Venezuela ninguna. Las
cifras comerciales son concluyentes.
El balance de los
resultados comerciales de la ALBA es desalentador para Venezuela. Las propias
cifras del Instituto Nacional de Estadísticas así lo demuestra, cuando señala
que nuestras exportaciones no petroleras a los países de la ALBA (Bolivia,
Cuba, Ecuador y Nicaragua) durante el lapso 2005- 2013 cayeron de 408 millones
de dólares a apenas 21, mientras que nuestras importaciones crecieron de 417 a
1.889 millones de dólares durante el mismo período, lo que significa que
pasamos a venderles 20 veces menos, mientras que importamos 4,5 veces más desde
dichos países.
La Alternativa Bolivariana
para las Américas han sido 10 años de pérdidas para Venezuela.
Las fuerzas que
integramos la Mesa de la Unidad Democrática ratificamos que el cambio que
promovemos implicará dotar a Venezuela de una política exterior de Estado, no
“de gobierno” ni mucho menos “de partido” o “de grupo”. Esta política exterior
de Estado estará orientada a servir los intereses estratégicos de la Nación, no
los de un “líder” o un proyecto ideológico.
Venezuela reclama hoy
una política exterior que jamás vuelva a confundir “solidaridad” con
entreguismo. Episodios de despilfarro y
lesión a los legítimos intereses del pueblo venezolano, como estos 10 años de
ALBA, no se repetirán con un gobierno democrático, que será solidario con todos
los pueblos, pero que lo será primero con el nuestro.
Caracas, 12 de diciembre
de 2014
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