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martes, 13 de enero de 2015

Crisis, incertidumbre y los chinos, por Omar Barboza Gutierrez

Omar Barboza Gutierrez enero de 2015

El Presidente Maduro informó el pasado 30 de diciembre que “después del abrazo de fin de año” se conocerían los detalles de la nueva política cambiaria. Luego el 4 de enero de este año dijo “estamos perfeccionando lo del nuevo régimen cambiario”. A continuación el 7 de enero, Rodolfo Marco Torres, Vicepresidente del Área Económica y Ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, afirmó que cuando Maduro regrese de su gira por China, Irán, Arabia Saudita y Argelia, se anunciarán las modificaciones del sistema cambiario.

Esa manera tan irresponsable de manejar un tema tan delicado, le sigue haciendo daño a la economía del país. Mientras tanto, se anuncian decisiones dirigidas a continuar los errores que han causado la situación en la que estamos. Por ejemplo, se informa que “fueron aprobados 100 millardos de bolívares para el “Fondo Estratégico de Reservas del BCV”, en relación a lo cual es necesario hacer dos (2) observaciones; en primer lugar, el problema del país no es de reservas en bolívares, es de reservas en dólares que no las hay a pesar de que en los últimos 15 años han ingresado sólo por petróleo más de 800.000 millones de dólares; y en segundo lugar, se ratifica la decisión del gobierno, con la complicidad del Banco Central de Venezuela (BCV) de convertir a este ente emisor en una imprenta de billetes sin respaldo lo cual ha elevado la circulación monetaria durante los últimos tres años de 500.000 millones de bolívares a un Billón novecientos mil millones de bolívares, y esa es la razón principal por la cual el llamado “bolívar fuerte” cada día es más débil, porque sobran billetes y faltan productos.

Igualmente publican un Decreto, de acuerdo al cual PDVSA podrá cambiar sus ingresos en dólares por bolívares a cualquiera de los tipos de cambio oficiales, o sea, cuando antes los debía cambiar a 6,30, ahora los puede cambiar a Sicad I, o al Sicad II, lo cual presiona a una mayor impresión de billetes para cancelar a PDVSA hasta 50 bolívares el dólar, o sea, más inflación. Pero además, se pagan y se dan el vuelto, porque PDVSA está muy endeudada en bolívares con el BCV, la cual llegó, en Julio de 2014, a 515.000 millones de bolívares, para ello el BCV violó el Artículo 320 de la Constitución que le prohíbe financiar los déficit de las empresas públicas. En consecuencia ese Decreto autoriza a PDVSA y al BCV a realizar una gran operación de especulación financiera que estamos pagando los venezolanos con más inflación, debido a que mientras 515.000 millones de bolívares a 6,30 que fue el cambio aplicado a ese endeudamiento representaba una deuda en dólares de 81.746 millones de dólares, ahora al cambiar PDVSA sus dólares a 50 bolívares pagará su deuda con sólo 10.300 millones de dólares. Es decir, PDVSA se endeudó en bolívares, y esperó este Decreto para reducir su deuda con el BCV en 70.000 millones de dólares, mientras los 515.000 millones de bolívares que se imprimieron para financiar esta deuda siguen circulando haciéndole daño a la economía nacional, y la gente del pueblo está pagando el costo de la vida al dólar paralelo, y los productores o industriales que puedan seguir produciendo corren la misma suerte.

Ahora, resulta que de acuerdo a la versión del gobierno, los reyes magos vienen de China. Maduro declaró que de acuerdo a sus contactos con empresarios chinos “redondeando” vienen para Venezuela inversiones por la impactante cifra de 20.000 millones de dólares. Sin explicar ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿En qué condiciones?, y que esa cifra es tan importante que reactivará la “economía productiva” en Venezuela. Estamos bajo la impresión de que esa versión del viaje a China buscando endeudarnos más, hace evolucionar el “paquete chileno” al “cuento chino”.

Esto lo decimos porque ya tenemos la experiencia del Fondo Chino. Nosotros creemos que una buena relación con China es importante, es una de las economías más grandes del mundo, pero ese Fondo es la manera más oscura y de falta de transparencia de cómo se han manejado las finanzas públicas en Venezuela. Se trata de un fondo parafiscal, inconstitucional, sin ningún control por la Contraloría General de la República, ni tampoco por ningún otro ente, donde los precios de los bienes y servicios que se le compran a China se fijan en un cuarto oscuro sin que nadie, distinto a los negociadores, pueda evaluar si se trata de “precios justos”, Así lo he denunciado, de manera reiterada en la Asamblea Nacional.

Por cierto, da la casualidad, de que los 20.000 millones de dólares que a Maduro le parece que es una cifra fabulosa como inversión de los chinos, es la misma cantidad de dólares que se robaron en Cadivi con toda impunidad.

Omar Barboza Gutierrez

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