Por José Guerra
Siempre he creído que la
Fuerza Armada Nacional juega un papel fundamental en el desarrollo del país.
Tanto cualitativa como cuantitativamente en los integrantes de la institución
armada hay reservas para contribuir a sacar a la nación de la actual crisis.
También considero que la FAN no puede ser el brazo armado de un partido
político, cualquiera sea la ideología de ese partido y aquellos oficiales que
opten por ser miembros de una agrupación partidista debe dejar a la institución
y dedicarse entonces al activismo político en la calle. Para nadie es un
secreto que desde el punto de vista de laopinión pública la FAN no vive un buen
momento: de acuerdo con el más reciente estudio de la firma Datanálisis
finalizada el 26 de mayo de 2016, el 60,0% de los entrevistados tiene una
valoración negativa de la FAN mientras que el 34,0% tiene una opinión positiva
acerca de la FAN. Ello debería ser motivo de preocupación.
Tal vez ello tenga que ver
con conductas inapropiadas de ciertos integrantes de la intuición en cargos
fundamentales de la Administración Pública y que en muchas circunstancias
aparecen como caras visibles de la FAN. El General Carlos Osorio, quien ha
estado enmúltiples cargos, especialmente en el área de la alimentación ha sido
cuestionado por manejos irregulares en la importación de alimentos, hecho éste
que explica en buena parte la escasez que hoy sufre el pueblo. Cuando se le
citó a la Asamblea Nacional para que explicara las compras realizadas en su
gestión, se escudó diciendo que él era un hijo de Chávez. El General Rodolfo
Marco Torres quien hasta 2015 fue ministro de Finanzas y director del BCV, tuvo
un record terrible como encargado de administrar la hacienda pública y como
partícipe de la política monetaria. Ni siquiera las cifras fiscales fue capaz
de publicar. Sale de ese misterio y lo nombran ministro de Alimentación en
sustitución del General Osorio pero conserva la presidencia del Banco de
Venezuela, el que otorga más créditos en el país. La lógica indica que no se
debería ser presidente de un banco y al mismo tiempo ministro de Alimentación y
General activo.
No es fácil el control del
orden público cuando las protestas se generalizan. La tarea de la Guardia
Nacional Bolivariana siempre será difícil en estas circunstancias. Una
multiplicad de hechos notorios exponen a sus efectivos. Cuando se realizó la
protesta ante el CNE, el 9 de junio, exigiendo la validación de la firmas del
referendo revocatorio, habiéndose acordado con el rector Luis Emilio Rondón que
acudiría una comisión de diez diputados al CNE, el General Fabio Zavarse,
micrófono en mano, ordenó que nos empujaran fuera de la entrada del CNE donde
un grupo de colectivos armados esperara para agredir, con el saldo de cuatro
parlamentarios heridos, entre ellos Julio Borges a quien golpearon con
crueldad. Igualmente es público el maridaje de ciertos oficiales de la GNB con
los colectivos violentos.
El 6 de junio fueron
cerrados los accesos a la urbanización 23 de enero y a la Avenida Sucre, en
Caracas por parte de colectivos violentos, identificados como Lar Tres Raíces.
Proliferaron fotos de gente civil armada, en una especie de milicia no
institucional. Exigían esos grupos la destitución del General Eduardo Serrano,
jefe de operaciones del PNB, quien había detenido a varios sujetos implicados
en delitos. Acusaron al general de ser un fascista, tal vez sin saber el
significado exacto de este término. El resultado fue que los jefes de los
colectivos fueron recibidos por el Vicepresidente Istúriz y el pleito concluyó,
según se informó, con la destitución del General Serrano.
18-06-16
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