Por Leonardo Morales
Un socio incómodo invade los
distintos espacios internacionales. Hasta hace poco la OEA sirvió de escenario
para el debate sobre los asuntos venezolanos y, a pesar del esfuerzo
propagandístico del gobierno de Maduro y de los pocos publicistas que aún le
quedan en el mundo, no pudo confundir a la opinión pública acerca de la
dramática situación social que viven los venezolanos y, del no menos
importante, déficit democrático que exhibe.
Mal parado salió de la OEA.
En un enjundioso informe Almagró, a pesar de los obstáculos presentados por la
delegación del gobierno, logró presentar la gravedad de la realidad que afecta
a Venezuela. La crisis venezolana fue, nuevamente, una vez más, desnudada ante
los países miembros de esta organización internacional.
De Washington al Sur
No siendo suficiente los
varapalos recibidos por el gobierno en la OEA, la cuestión se traslada para un
escenario en la que alguna vez Chávez posó sus ojos para sentirse a sus anchas:
el Mercosur. Los revolucionarios venezolanos, si acaso los son, escogieron ese
escenario regional como su trinchera de lucha. Allí tendrían socios y amigos
para reforzar sus retrecherías y esconder los efectos devastadores de su
política local.
La vida de los pueblos no es
estática, se mueve, cambian y aparecen nuevos actores, en particular, en los
regímenes democráticos donde existe la alternancia del poder. Los amigotes,
suerte de hipócritas y alcahuetes, ya no están; su fue Lula y de la sra.
Rousseff ya sabemos sus circunstancias, la familia Kirchner también fue
desalojada del poder. La región ya no tiene quien sonría al Socialismo del
Siglo XXI.
Ahora corresponde a
Venezuela ejercer la presidencia Pro Tempore del Mercosur, no por algún mérito
particular, no por una candidatura de extraordinario brillo. Nada de eso, es
mucho más simple, después de la “u” viene la “v”. El ejercicio de tal función
se designa por orden alfabético y nada más.
Paraguay como país miembro
del Mercosur ha sido enfático sobre el asunto al afirmar que tal designación no
debiera ocurrir y en ello trabaja. En esa misma dirección se oyen las voces
desde el Palacio de Itamaraty. .
La designación de Venezuela
en la presidencia Pro Tempore de Mercosur que debía realizarse en una Cumbre de
Presidentes en Uruguay ha quedado suspendida. Los uruguayos tienen el problema
claro. Por un lado, marcan diferencia con el sector de Pepe Mujica al señalar
que lo que corresponde es entregar la presidencia a Venezuela por razones
jurídicas. Lo jurídico priva sobre lo político, en clara alusión al
expresidente uruguayo que antes había dicho lo contrario. En el ínterin del
debate impuesto por Paraguay y Brasil, el canciller uruguayo señaló sobre la
democracia en Venezuela: “yo diría autoritaria, pero no hay una ruptura
institucional”.
Bussines are bussines
Los uruguayos más
interesados en lo suyo, en el mantenimiento de buenas relaciones comerciales
con sus socios cercanos, seguramente entregarán la presidencia a algún
funcionario venezolano sin permitir mayores estridencias a los pocos
incondicionales de Maduro en la región.
Los fundadores del Mercosur
tenían claro sus objetivos y no eran otros que crear un espacio que “generara
oportunidades comerciales y de inversiones a través de la integración
competitiva de las economías nacionales al mercado internacional.” Además,
introdujeron en el Protocolo de Ushuaia la obligatoriedad de la plena vigencia
de las instituciones democráticas como una condición fundamental.
Por lo pronto, valdría la
pena preguntar el estado de los compromisos adquiridos por Venezuela en los
artículos 4to y 5to del Protocolo de Adhesión al Mercosur. Acaso cumple con lo
establecido respecto a la zona de libre comercio, con la unión aduanera…
O incumple con todo.
08-07-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico