Páginas

lunes, 15 de mayo de 2017

Ernesto Alvarenga: Intentan avanzar hacia el modelo cubano y si no hay elecciones esto es una dictadura por @contrapuntovzla


Por José Luis Carrillo


Exconstituyente y hoy profesor universitario, Ernesto Alvarenga sostiene que la Constituyente planteada por el Presidente es ilegal. De las protestas dice: "La represión es condenable y Nicolás Maduro tiene las manos manchadas de sangre"

A pesar de los golpes encajados en su trayectoria política, Ernesto Alvarenga no ha perdido su disposición a expresar claramente lo que piensa ni a hacer su diagnóstico sobre la realidad nacional y endilgar, a la más alta magistratura del Estado, la responsabilidad por los hechos ocurridos a partir de las manifestaciones convocadas por la oposición.

Historiador, exprofesor de la Escuela de Economía de la UCV y exconstituyente de 1999, sostiene que la propuesta del presidente Nicolás Maduro para convocar de nuevo al poder originario, se inscribe dentro de un modelo de extrema derecha. Señala que dentro del chavismo hay divisiones y expresa su dolor por la separación de las familias venezolanas.

Aunque siendo políticamente activo de la izquierda venezolana en los convulsos años de la década de los 60, Ernesto Alvarenga no participó en la lucha armada. Sin embargo, físicamente cuenta con heridas, que aunque no oficialmente de guerra, son las marcas de la extrema polarización política en que ha estado atrapado el país durante los últimos 18 años. En 2005, siendo diputado, fue herido de bala durante una agresión a la sede administrativa de la Asamblea Nacional, a partir de lo cual comenzó a sufrir de hipertensión arterial, que le afectó un aneurisma cerebral y provocó un Accidente Cerebro Vascular, del que afortunadamente, por estar al momento en una clínica, sobrevivió. Su hablar, aunque más pausado que cuando fue constituyente, no ha perdido el sentido crítico y continúa salpicado de cierto humor negro como cuando hace referencia al de la distribución “democrática” de los locos en el país.

Desde su residencia en Caracas, Alvarenga conversó en entrevista exclusiva con Contrapunto y por supuesto el tema de la Constituyente planteado por el Gobierno del presidente Maduro abre la charla.


–Cuando usted se incorporó al proceso constituyente ¿qué pensaba que podía aportar a Venezuela?

–Hay varias aspectos. Las estructuras políticas tradicionales estaban debilitadas. A Acción Democrática (AD) la había dividido Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato (1989-1992); a Copei lo había dividido Caldera, y luego había un estigma según el cual todos los políticos eran unos ladrones. Era la antipolítica. Por allí llega a Chávez.

“En honor a la verdad, yo conocía a Chávez mucho antes del 4 de Febrero y nunca se habló de un proyecto procubano, comunista, y en la Constitución de 1999, eso no aparecía. De hecho, cuando luego del referendo aprobatorio, acompaño a Luis Miquilena a La Casona, la respuesta de Chávez hacia Miquilena fue: ‘aprobaron la Constitución que tú querías’..., es decir, no era la que él (Chávez) quería.


–¿Entonces Chávez no estaba contento con el texto de 1999?

–No lo estaba, y entonces en 2007, con la propuesta de reforma constitucional, logró unir a quienes aprobaron la Constitución y a quienes se opusieron a ella en su momento. La Constitución de hoy es un pacto de los venezolanos.

–Luego Usted fue el jefe de la fracción del Movimiento Quinta República (MVR) en la Asamblea Nacional. En esa oportunidad ¿los diputados de la fracción discutían los proyectos o se imponían líneas?

–Se discutía. Ningún diputado de ese entonces puede decirte que las cosas eran impuestas. Al contrario, nosotros nos reuníamos en un salón del Hotel El Conde, todos los lunes me reunía con ellos y no para imponer líneas.

“Tengo muchos amigos en el Gobierno, entre ellos Nicolás Maduro y Elías Jaua, y yo dirigía mis reuniones. No me estoy vanagloriando, sino que yo soy democrático. Lo puedes corroborar con la gente del hotel. Estábamos allí creo que desde las tres o cuatro de la tarde y discutíamos. Te pongo como ejemplo la ley de Educación, propuesta por el diputado José Luis Farías, historiador del pedagógico, fue aprobada por unanimidad.

–¿En qué momento se le activó esa conciencia de que el proyecto político no era lo que usted pensaba?

–En ocasión de la Ley Habilitante (2001). En agosto de ese año, cuando se aprueba la Habilitación hablé con Luis Miquilena (entonces ministro de Interior y Justicia) y con Alejandro Armas (diputado) y en diciembre renuncié.

–¿En qué cree que se equivocó el presidente Maduro al iniciar su gestión?

–Yo conozco a Maduro desde que era muchacho. Es de la generación de Vladimir Villegas, Juan Arias (actual ministro de Industrias Básicas), Juan Barreto y otros, que, con excepción de Villegas eran de la Liga Socialista, y siempre fue un negociador. Por eso no entiendo por qué hoy… Bueno, debo decirte que siendo yo de la Liga Socialista y él un muchacho, hubo un grupo que fue enviado a Cuba, uno fue Nicolás Maduro y otro Eduardo Piñate, ahora prácticamente jefe del Psuv… Te digo que era negociador porque (siendo diputado), en algunos de los puntos difíciles me llamaba y me decía ayúdame a resolver este problema.

“Creo que todo en la vida tiene solución si se negocia. Creo que es el camino que (Maduro) debería retomar. Elías Jaua creía en la concordia. Uno de mis pecados fue tal vez haberlo incorporado al MVR. Pero ellos creían en el diálogo, el entendimiento, la negociación.

–18 años después de elaborada la Constitución actual, el presidente Maduro llama a una Constituyente. ¿Cree que con la situación actual del país la ANC pueda resolver los problemas?

–Primero, esa convocatoria es ilegal. La Constitución (dice que) puede ser una propuesta presidencial, como la que hizo Chávez, pero él consultó si la gente quería. No fue un acto ejecutivo. Tú y yo estamos hablando acá y podemos firmar un documento. ¿Cuánto tiempo podemos demorar para que ese documento quede definitivo? Uno, dos, tres, quince días, un mes. Además, esa Constituyente es corporativa.

“El autor Poulsen estudió el modelo de Mussolini, y ese es el modelo que están aplicando acá, que es corporativo. Los sindicatos, que estaban vinculados a Mussolini, eran los que elegían. ¿Sabes con cuántos puntos ganó las elecciones? Con 98%. Eso es lo que se está haciendo aquí.

–¿Cree que se está aplicando un modelo de extrema derecha?

–Yo creo que sí. Es fascismo.


–¿Ha tenido contacto con el presidente Maduro?

–Hace dos años dijo públicamente que quería hablar conmigo y me mandó como intermediario a David De Lima, con quien me reuní con testigos, porque tú sabes que vas a esas reuniones, que fue en un restaurante y luego dicen ‘salió con una bolsa’. Así que me cuidé. Con todas mis dificultades fui con diputados; pero al final la reunión con Maduro no se dio. De Lima me dijo ‘Nicolás quiere reunirse contigo’ y yo le pregunté ¿El presidente Maduro? Me respondió ‘pero él no es amigo tuyo, cómo le vas a decir así’ y le dije, bueno porque el Nicolás Maduro que conocí no era presidente y ahora lo es, es una “pequeña” diferencia.

–¿Qué es lo que le preocupa de todo este proceso?

–El país. Por la escasez de alimentos, de medicinas, la inseguridad. Yo tengo tratamiento de por vida y me cuesta conseguir los medicamentos. Me duele la fractura de la familia, tengo dos hijos, Ernesto que vive en Caracas y María Gabriela vive en Toronto (Canadá), con quien tengo tres nietos y conozco a dos. Se ha dividido a la familia en general. Todo el que se puede ir se va.

–¿Cuál es su evaluación de lo que está ocurriendo?

–Esto va a tener un fin. No creas que las Fuerzas Armadas son un espacio distinto al país. Si eres mayor general tal vez puedas tener en tu casa todo lo que quieras tener, pero si eres sargento no. Es una fractura. Hace dos meses conversé con Clíver Alcalá Cordones (excomandante de la Cuarta División Blindada de Maracay) y me dijo “profesor, esto no es sostenible”.


–¿Cuál es su postura frente a la represión de las manifestaciones por parte de los cuerpos de seguridad?

–Para mí la represión es condenable y Nicolás Maduro tiene las manos manchadas de sangre. No justifico que haya 39 muertos, la mayoría jóvenes.
–El Estado alega que los organismos han actuado ante actos de violencia. ¿Qué hace el Gobierno en estos casos?

–No son movilizaciones violentas. Tú eres más joven que yo. Recuerdo que uno marchaba de la UCV a la Plaza San Jacinto y no pasaba nada. Había alguno que otro encapuchado que rompía un vidrio u otras cosas, pero esta cantidad de muertos no ocurría.

–Funcionarios gubernamentales dicen que si la oposición llega al centro de Caracas, entonces ocurren destrozos como el que hubo en la sede de la Fiscalía General de la República en 2014. ¿Se justifica entonces que no entren?

–¿Sabes que allí mataron a un señor que trabajaba en la Alcaldía de Caracas y había sido policía? Ese fue el que dijo que había que matarme. Cuando renunció a la Quinta República, en 2002, uno de los del grupo Carapaica dice que hay que matarme, que es cuando mi mamá tuvo que pasar 72 horas en cura de sueño. Esa persona estaba allí como civil y lo mataron, porque ellos a veces no se conocen. ¿Quién te dice a ti que los que están marchando son todos de la oposición? ¿Cuántos infiltrados? Este país es democrático y los locos están democráticamente distribuidos en todas partes.

–¿Cree que la Constitución de 1999 tenga algo que deba ser cambiado?

–Pueden haber enmiendas y reformas. Ahora, lo que quieren hacer es una nueva Constitución para evitar las elecciones de gobernadores, alcaldes y presidenciales y sacar el tema de los muertos, el hambre, la inseguridad. Pero no hay acuerdo entre ellos. Afortunadamente me llegan informaciones de eso. Hay intenciones de avanzar hacia el modelo cubano y si no hay elecciones esto una dictadura. ¿Cómo están inhabilitando a Guarulla (al gobernador del estado Amazonas, Liborio Guarulla)?; le están abriendo un juicio a Alfredo Ramos (el alcalde de Barquisimeto, estado Lara); tienen preso a Antonio Ledezma (el exalcalde metropolitano de Caracas); a Leopoldo López; inhabilitan a Henrique Capriles por unos 15 años. Es una cuestión ridícula. Por eso hay que continuar con la protesta y buscar un entendimiento con los factores democráticos que existen en el Gobierno. El país no es de unos y de otros.

–¿Cree que corremos el riesgo de ir a una guerra interna?

–Pueden haber enfrentamientos, pero una guerra civil no. La última confrontación militar que hubo en Venezuela fue en 1903 cuando Gómez derrotó a Nicolás Rolando en Ciudad Bolívar. Lo demás son escaramuzas.

14-05-17




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico