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lunes, 6 de noviembre de 2017

¿Socavará la hiperinflación al gobierno? @polis360


Por Piero Trepiccione


Con mucha frecuencia escuchamos decir que la economía terminará sepultando el proyecto político que desde hace 18 años conduce las riendas del Estado en Venezuela. No es para menos esta percepción. Los niveles inflacionarios a los que estamos sometidos los venezolanos son realmente brutales. El costo de todas las cosas sube semanalmente. En alimentos pareciera que es peor la situación.

Cada día el desbalance genera más pobreza en una sociedad que acaba de disfrutar la mejor bonanza petrolera en su historia reciente. Pareciera a todas luces que la economía socavaría el apoyo popular al presidente Maduro y daría al traste con la revolución bolivariana pero, las elecciones del 15 de octubre pasado han arrojado particularmente un resultado totalmente contrario al esperado. El Psuv se ha reposicionado mientras que la oposición perdió el gran capital político que obtuvo en diciembre del 2015 con su ganancia abrumadora de las elecciones parlamentarias.

Y es que debemos tener claro que el cambio político no llegará del cielo o por generación espontánea. El gobierno, en medio de las turbulencias económicas, ha logrado aprender de sus propios errores en política y ha perfeccionado los mecanismos de control político y social a partir de las políticas públicas. A partir de la creación de una fabulosa maquinaria para-estatal potencia su aprobación popular que ronda un tercio de la población hacia niveles que superan el 50 por ciento en muchos estados y así lograr importantes victorias electorales. Si bien en 2015 la crisis económica lo debilitó, en este 2017 con la reingeniería electoral y estratégica, logró surfear exitosamente el temporal.


Con esto queda demostrado que la economía sola no genera cambios políticos. Sin la articulación y direccionalidad estratégica para poder canalizar el descontento social es imposible dirigirnos a una transición anhelada por la población. El problema es que con la implosión de la MUD no parece consolidarse una alternativa distinta a quien ostenta el poder en la actualidad. Hay que tener claro que estamos en presencia de un socavamiento paulatino de nuestro sistema político por el debilitamiento de la economía y el dantesco impacto de la inflación en nuestras vidas, pero está claro que si el liderazgo no se organiza y encauza a la mayoría de la población descontenta difícilmente tendremos cambio político. Tal vez podremos tener reformas económicas a corto plazo. Es un escenario que se han estado planteando en el alto gobierno aunque con ciertas resistencias ideológicas. Si esto es así, la polarizaciónno irá desapareciendo del espectro político venezolano y por, el contrario, servirá para afianzar a quien mejor demuestre organización política.

Foto: Cortesía El Carabobeño.

04-11-17




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