Por Jesús Elorza
Desde el mes de diciembre
del año pasado, todas las personas que asisten los fines de semana a los
partidos de fútbol, que se celebran en el Polideportivo “Misael Delgado”,
cuando ven llegar al gobernador en su carro, comienzan a gritar “Gol de
Drácula”. Esta conducta de los fanáticos, está motivada por los hechos
acaecidos alrededor del equipo de segunda división “Gran Valencia Futbol Club”
que perdió su ascenso a la primera división.
En el sector deportivo, todo
el mundo se preguntaba ¿Qué había pasado? y llamaba la atención que ninguna de
las autoridades deportivas informara sobre las razones que motivaron la pérdida
del ascenso a la primera división. Hasta que, los medios de comunicación
destaparon la olla al publicar que el 14 de diciembre miembros de la junta
directiva y del cuerpo técnico del equipo carabobeño fueron detenidos por el
Cicpc cuando llegaban a casa, luego de un compromiso en Puerto Ordaz contra
Angostura.
Según la información
suministrada por el ente policial, la medida fue “por estar presuntamente
involucrados en los delitos de legitimación de capitales, extorsión y lavado de
dinero”.
Luego de los
interrogatorios, quedaron privados de libertad: la presidenta de la institución
Yanybis Alvarado, el director técnico Bladimir Morales, el preparador físico
Jovanny Irribaren, Luis Durán, gerente de comunicaciones y Luis Padrón y César
Partiño, quienes fungían como asesores del club. Se supo que la investigación
está en curso y se encuentra en manos de la fiscalía.
La noticia circuló como
reguero de pólvora en todo el país y en particular en la entidad carabobeña.
Los delitos señalados en la acusación policial son de extrema gravedad.
Legitimar capitales o lavar dinero es un delito grave, propio de los grupos de
la delincuencia organizada, para esconder o disfrazar el origen, movimiento y
destino del dinero obtenido de delitos como el tráfico de drogas, la clonación
de tarjetas de crédito y débito, el secuestro, la venta ilegal de armas, el
tráfico de órganos, la trata de personas y la corrupción, entre muchos otros.
Esperemos que las investigaciones de rigor determinen la procedencia del dinero
implicado en estos hechos y el modus operandi de legitimación o lavado.
¿Narcotráfico? ¿Malversación de dineros público? son interrogantes a resolver.
Es importante señalar que la gran mayoría de los equipos profesionales de
futbol en Venezuela son financiados por entes gubernamentales (Gobernaciones y
Alcaldías).
En lo que respecta al delito
de extorsión o amañamiento de partidos, debemos suponer que esta acusación está
referida a la compra de árbitros o jugadores de equipos contrarios para
asegurar los resultados en los juegos programados. Hecho este que tiene
suficientes elementos probatorios por cuanto la Federación
Venezolana de Futbol (FVF) dictaminó el ascenso a primera de Academia
Puerto Cabello por “amaño demostrado” del Gran Valencia FC en el Torneo de
Ascenso de la segunda.
La Federación se quedó
corta en su decisión, al no exponer a la luz pública la totalidad del sistema
de extorsión empleado en este caso. Como fue la compra de resultados ¿con pago
en moneda extranjera ¿Dólares? ¿Cuál o cuáles equipos estuvieron involucrados
en esta trama delincuencial?……. Si la sanción solo se limitó a no permitir el
ascenso a la primera división y se dejaron de lado otros elementos
incriminatorias, la Federación puede estar incurriendo en un delito por
complicidad.
La operación policial que
desmontó esta red delictiva bien pudiera recibir el nombre de “Lava gol” y el
gobernador del estado, continuar con su show-populista-demagógico “El Carro de
Drácula” y anotar un gol a su favor.
14-02-18
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