Por Claudio Nazoa
Somos afortunados por tener
una vida lujosa. Para comenzar, somos propietarios de nuestras vidas y eso, por
sí mismo, es un lujo que no notamos porque nos hemos acostumbrado a estar
vivos.
Dicen que cuando vamos a morir
vemos la película de nuestra vida. Es allí, aunque un poco tarde, cuando nos
percatamos de lo increíble que fue haber vivido. Por eso la gente muere, para
que en el último segundo de su existencia pueda darse cuenta del lujo que tuvo.
Para tener una vida lujosa no
es necesario estar rodeado de grandes riquezas. Es suficiente con descubrir, a
temprana edad, qué nos gusta hacer y lograr que nos paguen por ello.
Aléjese de personas tóxicas,
malasuertosas, pedigüeñas, fastidiosas, de los brutos y los tiranos. La gente
maluca y ladrona no lo dejará tener una vida de lujo. Ellos tienen una
necesidad patológica de destruir y hacer daño. Es imposible ser bestia, mala
gente y lujoso.
El peor castigo de un maluco
es precisamente ser maluco. Sentir que nadie lo quiere y partir de este mundo
sin descubrir cuál es el sentido de la vida. Sin darse cuenta de que no hay
mayor lujo que un beso, una sonrisa, un café, una arepa o un pan tostadito con mantequilla,
no con margarina.
Ahora que muchos se ven
obligados a huir, recordemos que con Venezuela ocurre como con el lujo de la
vida: siempre estará allí aunque algunos no valoren el privilegio de nacer y
vivir en ella. Es importante tener claro que por ahora nos atormentan y
arruinan los malucos y los feos. Qué feo es cuando los lujosos mal habidos
dicen que vivir de lujo o ser rico es malo.
Para terminar, lo más lejano
del lujo es el dinero. El lujo es vida integral y simple, pero es
imprescindible que esté lleno de amor y honestidad.
En el lujo caben una casa y
una familia, un yate y un peñero, dinero con o sin ceros pero que tenga valor,
un rico y un pobre, un buen amigo y una gran fiesta.
Las cosas son lujosas o no de
acuerdo con la forma como enfrentemos la vida. El lujo es un concepto al que
solo pueden acceder seres buenos y felices.
Y la bondad y la felicidad,
¿qué son? Algo que no tiene explicación. Que se siente igual solo si tenemos
paz y amor en nuestra alma lujosa, ya que una es la clave de la otra.
No permitamos, por duras que
sean las circunstancias, que ningún gobierno sabotee nuestra felicidad y acabe
con la bondad del venezolano. Necesitamos eso y más para rescatar y entregar a
nuestros hijos esta tierra de gracia. Nosotros merecemos vivir libres y de
lujo.
FIN
06-08-18
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