San Josemaría 03 de abril de 2021
@sJosemaria
El
día del triunfo del Señor, de su Resurrección es definitivo. ¿Dónde están los
soldados que había puesto la autoridad? ¿Dónde están los sellos, que habían
colocado sobre la piedra del sepulcro? ¿Dónde están los que condenaron al
Maestro? ¿Dónde están los que crucificaron a Jesús?... Ante su victoria, se
produce la gran huida de los pobres miserables. Llénate de esperanza:
Jesucristo vence siempre. (Forja, 660)
Al caer la tarde del sábado, María Magdalena y María,
madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar el cuerpo
muerto de Jesús. –Muy de mañana, al otro día, llegan al sepulcro, salido ya el
sol. (Marc., XVI, 1 y 2.) Y entrando, se quedan consternadas porque no hallan
el cuerpo del Señor. –Un mancebo, cubierto de vestidura blanca, les dice: No
temáis: sé que buscáis a Jesús Nazareno: non est hic, surrexit enim sicut dixit
–no esta aquí, porque ha resucitado, según predijo. (Math., XXVIII, 5.)
¡Ha resucitado! –Jesús ha resucitado. No está en el
sepulcro. –La Vida pudo más que la muerte.
Se apareció a su Madre Santísima. –Se apareció a María
de Magdala, que está loca de amor. –Y a Pedro y a los demás Apóstoles. –Y a ti
y a mí, que somos sus discípulos y más locos que la Magdalena: ¡qué cosas le
hemos dicho!
Que nunca muramos por el pecado; que sea eterna
nuestra resurrección espiritual. –Y, antes de terminar la decena, has besado tú
las llagas de sus pies..., y yo más atrevido –por más niño– he puesto mis
labios sobre su costado abierto (Santo Rosario. 1º misterio glorioso).
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/el-dia-del-triunfo-del-senor/
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