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domingo, 12 de diciembre de 2021

Venezuela: descifrando el algoritmo por @polis360

Por Piero Trepiccione

Hemos tenido un 2021 lleno de particularidades en Venezuela, incluyendo un proceso comicial que, pese a determinadas circunstancias, ha significado un moderado retorno a la participación política como vía para activar la convivencia democrática y los cambios necesarios en el país. En paralelo, han confluido dos crisis en el ámbito económico, la primera de ellas, ocasionada por el modelo de políticas públicas que se soportó en la estatización de empresas y centros de producción que se hizo aguas con la reducción abrupta del ingreso petrolero, y la segunda, provocada sin duda, por las consecuencias de la pandemia. Estas dos crisis más el añadido del desamor originado por el alejamiento del liderazgo político venezolano de los verdaderos problemas y necesidades de la población, abrieron el camino hacia la despolarización que nos caracterizó durante las últimas dos décadas.

Hoy la opinión pública venezolana luce unas características muy distintas. Ya los enfrentamientos ideológicos o partidarios en el campo político han ido cediendo para dar paso a entendimientos o desentendimientos sobre la base de temáticas particulares que afectan directa o indirectamente a las personas, especialmente a las más vulnerables. El pasado 21 de noviembre nos ha mostrado ciertos deslizamientos electorales en diferentes regiones del país que dan cuenta de esta realidad. El comportamiento electoral en Los llanos, en el centro y oriente del territorio nacional nos reflejan claramente que la gente se está enganchando a nuevas narrativas de comunicación política que se asocien más con su cotidianidad, que aquellas que insisten en la polarización de antaño.

También es una realidad que en este momento no tenemos “partidos-franquicia” ni siquiera el Psuv es capaz de garantizar victorias en cualquier lugar del país, hoy por hoy, las personalidades de los líderes significan mucho en la captación de apoyo popular. Sus narrativas, su fuerza discursiva, su irreverencia y sus lógicas de actuación en la gestión, tienen un peso muy significativo para el elector. Estos elementos son esenciales para ir descifrando un algoritmo que ha sido esquivo para la búsqueda de soluciones a la situación de emergencia humanitaria compleja que estamos padeciendo y que ha potenciado nuevamente el tema migratorio en los últimos meses con enormes problemas para la región.

Adicionalmente, la comunidad internacional cada vez está más dividida con relación a Venezuela y otros casos de geopolítica global. Ucrania, Bielorrusia, Siria, Centroamérica, Haití, Irán, Irak, Líbano, Israel, Palestina, Chile, entre muchos otros, muestran un mundo muy complicado en los formatos de procesamiento de diferencias y eso redunda muy fuertemente en el largo conflicto venezolano.

Todos estos elementos apuntan a que cada vez más el peso de la solución a la crisis en Venezuela pasa por la reestructuración del liderazgo interno y la búsqueda de vías para conciliar posiciones y soluciones. México debería ganar más peso en 2022 para acercar posturas que nos lleven a atender la economía desde una perspectiva muy diferente con la que se ha manejado hasta ahora. Para ello el algoritmo debe dirigirse hacia el interés de la República y no hacia intereses personales o grupales muy reducidos. Al algoritmo hay que deslastrarlo de ambiciones personales exageradas, mitomanías, egos, aferramiento al poder, entre otros elementos que reducen o minimizan la capacidad de activar soluciones para el país. Los líderes que comprendan y potencien el algoritmo ocuparán los grandes espacios en el afecto de la gente, los que no, serán apartados del camino y ocuparán un lugar en el ostracismo. Descifrar el algoritmo será clave para el relanzamiento de Venezuela.

12-12-21

https://efectococuyo.com/opinion/venezuela-descifrando-el-algoritmo/

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