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miércoles, 13 de noviembre de 2013

A la memoria de Leandro, @Mario_Villegas


Por Mario Villegas, 10/11/2013

Era lunes 4 de noviembre y apenas aclaraba la mañana. A través de Ligia, una de sus nietas, supe que en horas de la madrugada había muerto Reinaldo Leandro Mora. La última vez que lo había visto fue el 23 de mayo, justo cuando él cumplía 93 años de existencia.

Era adeco, nada menos que de la ortodoxia betancurista, y había ocupado importantes cargos gubernamentales, uno de ellos el de Ministro de Relaciones Interiores, durante la cruenta década de los 60, en la que la conducta excluyente y represiva del gobierno se daba la mano con la aventura armada de una izquierda empeñada en dilapidar el poderoso caudal de masas del que entonces disponía. Sólo la derrota política y militar de la guerrilla hizo posible el regreso de la izquierda, bastante disminuida y fracturada, a las luchas legales y a los escenarios institucionales de la representación popular.

Desde entonces, en el parlamento nacional, en las asambleas legislativas regionales y en los concejos municipales, coexistían confrontadas, pero recíprocamente respetadas entre sí, las más diversas expresiones políticas de la venezolanidad. Incluso amistades francas e imperecederas llegaron a edificarse en aquel marco de convivencia política y humana.

Testimonios de aquel clima hay por montones. Ahora que ha muerto Leandro Mora quiero evocar sólo uno, sobre el cual ya escribí ocho años atrás y que no olvidaré jamás.

A fines de mayo de 1987, siendo él presidente del Congreso de la República, dispuso y organizó un homenaje nacional de todas las fuerzas políticas a un adversario que el 3 de ese mismo mes acababa de cumplir setenta años de edad. El homenajeado era un aguerrido dirigente nacional del Partido Comunista y presidente de una central obrera claramente enfrentada a las políticas de los gobiernos adecos y copeyanos. Ese hombre era Cruz Villegas, mi querido y recordado padre.

En ese Capitolio Federal que hoy vemos secuestrado por el irrespeto, la burla, el atropello y la descalificación, aquel día dirigentes de todas las tendencias chocaron copas en señal de respeto y admiración a la trayectoria de un líder sindical. Los comunistas Jesús Faría, Pedro Ortega Díaz, Alonso Ojeda Olaechea, Héctor Mujica, Lino Pérez Loyo, Perfecto Abreu, María León, Eumelia Hernández, Oscar Figuera, Ricardo León y Pedro J. Machado, entre otros, brindaron cordialmente con los adecos Leandro Mora, Gonzalo Barrios, Manuel Peñalver y Antonio Ríos, así como con los copeyanos Eduardo Fernández, José Rodríguez Iturbe, Abdón Vivas Terán, Gustavo Tarre Briceño, Dagoberto González, Alexis Navarro y Freddy Delgado Daló, al igual que con los masistas Víctor Hugo De Paola, Eloy Torres y Orlando Fernández, y otra larga lista de asistentes del mundo político y sindical. Nuestro padre, siempre al lado de nuestra madre, Maja Poljak de Villegas, rodeado de sus hijos y sus nietos, recibió complacido y agradecido ese cálido reconocimiento que le llegó muy hondo en el sentimiento.
En estos nuevos tiempos de exacerbada confrontación, de insultos y de agravios por doquier, abro esta ventanita para elevar un sentido y merecido homenaje a ese hombre que fue Reinaldo Leandro Mora. Lo hago en mi nombre, y también en el de mi padre y el de mi madre, ambos ya fallecidos. Paz a sus restos.

FOTOLEYENDA:


Al centro, el recién fallecido Reinaldo Leandro Mora, Maja Poljak de Villegas, Manuel Peñalver y el “Negro” Cruz Villegas, rodeados por Abdón Vivas Terán, Dagoberto González, Jesús Faría, Alonso Ojeda Olaechea, Pedro Ortega Díaz, Mario Villegas, Rafael Rodríguez Acosta y Johnny Díaz, entre otros

ENTREVISTA

Antonio Ledezma, candidato a la reelección en la Alcaldía Metropolitana

“Mientras más subo
en las encuestas
más subo a los cerros”

-¿Cuándo y dónde aprendió a tocar los timbales? ¿Veremos en esta campaña al Ledezma salsero y timbalero que vimos en el cierre de la de Henrique Capriles?
-Es que el país es un timbal que hay que hacerlo sonar. Aunque parezca insólito, en el Guárico, en vez de tocar cuatro o arpa, yo tocaba la tambora zuliana. Y así comenzó mi inclinación por la percusión. Cerca de la casa ensayaba el grupo de salsa "Los boys del ritmo”, con quienes aprendí a darle a los timbales.

-¿La Alcaldía Metropolitana recuperará su Palacio de Gobierno, sus recursos y competencias o no tiene caso insistir en ese propósito?
-Ese mandato lo va a dar el pueblo el 8 de diciembre y Maduro debe acatarlo. Luchar por la legitimidad no tiene plazo de vencimiento.

-¿Satisfecho con la obra realizada? ¿De qué logros se enorgullece a pesar de las adversidades?
-La principal obra ha sido la resistencia y lo que hemos edificado ha sido con la ayuda de dios y trabajando con las uñas. Es la propia gente la que valora el Transmetrópoli, el Plan Estratégico, el Programa de Agua para la Vida, el Plan de Becas Buena Nota, que favorece a más de 3 mil universitarios caraqueños, y las más de 2 mil obras comunitarias realizadas por autoconstrucción.

-¿Le sorprendió la candidatura oficialista de Ernesto Villegas?
-Cualquier candidatura era factible en un partido donde los candidatos se imponen a dedo.

-¿Cómo valora el rol desempeñado por su adversario como periodista, luego ministro de Comunicación e Información y ahora candidato?
-Sesgado como periodista comprometido con un modelo político. Como ministro, vocero de una estrategia que buscó ocultar la verdad sobre la enfermedad del presidente Hugo Chávez. Y, como candidato, tiene el handicap de defender a un bloque que ha querido destruir a la Alcaldía Metropolitana, a la que paradójicamente ahora aspira.

-¿Qué sintió cuando éste lo llamó vampiro y esperpento?
-El mismo sentimiento que experimenté cuando los asesores de Aristóbulo Istúriz desarrollaron una campaña sucia que se les devolvió.

-¿Ha sido un peso muerto para usted su pasado adeco y carlosandresista?
-No, porque yo no pierdo energías en ese forcejeo. La campaña de Istúriz contra mí en el año 1995, fue vincularme a Carlos Andrés Pérez, y en vez de negar esa amistad yo la reconocí, lo cual me trajo mayor reconocimiento de la ciudadanía. La sinceridad termina pagando buenos dividendos.

-¿Aplicó métodos represivos cuando fue gobernador de Caracas, según se le acusa desde el chavismo?
-Fueron tiempos muy convulsionados, en los que para mí la prioridad era dialogar. El despacho de la Gobernación era una sala de diálogo permanente. Ahora, todo gobierno, incluido el de El Vaticano, tiene sus sistemas de seguridad. Pero nunca privilegié la represión frente al diálogo.

-¿Cuánto le afecta la división de la oposición con cuatro candidaturas a alcalde en el municipio Libertador?
-Cada vez más debe uno convertirse en un pulpo para atender y pasarle mano a tanta gente. Afortunadamente, lo que sobresale es el frente de la unidad y dios proveerá agua para apagar algunos focos que quedan prendidos.

-¿Qué ha hecho para lograr que el concejal Andrés Bello decline su aspiración a la alcaldía Metropolitana?
-No dejar de reconocerlo como lo que es: un luchador social que conocí en La Vega como maestro de escuela.

-Fueron dos periodistas quienes le antecedieron en el cargo y un tercero aspira a sucederle. ¿Qué lectura le da a esa coincidencia?
-La sala de redacción de la Alcaldía Metropolitana ya se cerró después de esas dos pésimas experiencias.

-¿Cuál de sus antecesores fue peor: Alfredo Peña o Juan Barreto?
-Tuvimos a un Peña que llegó con Chávez y salió por Chávez y un Barreto que llegó también por Chávez y que malbarató todos los apoyos políticos y materiales que recibió. La gestión de Barreto no tiene parangón.

-¿Capriles es candidato nato de la oposición para las presidenciales del 2019 o usted se propone competir en unas nuevas primarias? ¿Su tiempo ya pasó o está por llegar?
-El tiempo de un político cuando lucha nunca pasa. La política no es como el beisbol. En la política no hay bates quebrados. Capriles es el líder nato de la oposición y él mismo se niega a plantear anticipadamente el tema de las candidaturas presidenciales. La candidatura que ahorita me desvela es la del 8-D.

-¿A la luz de las encuestas que le favorecen, da como un hecho su victoria?
-A mí no me gusta cantar victoria antes de tiempo. En mi trayectoria nunca he visto enemigo pequeño y mis triunfos no dependen sólo de una encuesta. Hay que labrarlos con esfuerzo personal. Mientras más subo en las encuestas más subo a los cerros.


Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com
Twitter: @mario_villegas

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