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lunes, 1 de diciembre de 2014

Sonará Caracas @stalin_gonzalez

Stalin González noviembre 2014

Las ciudades siempre han sido escenario de celebración de festivales culturales; estos, con el tiempo, han jugado un papel importante en el desarrollo del turismo, así como también de una forma de consumo cultural local.

Es innegable que estas propuestas, presentes en muchos lugares del mundo, son dirigidas a dar respuesta a la crisis urbana con su falta de espacios para satisfacer nuestras necesidades de recreación, por lo que existe un gran consenso sobre la pertinencia de estas iniciativas para el desarrollo de las ciudades, para la calidad de vida de sus habitantes y para el atractivo de sus potenciales visitantes.

Sin embargo, la existencia de estos festivales no basta por sí sola para cumplir tales objetivos. Para el desarrollo cabal de una ciudad deben cumplirse al menos algunos elementos básicos, como por ejemplo la seguridad ciudadana y la calidad de sus servicios básicos.

Una ciudad con calles ahuecadas y basura acumulada poco puede tener de desarrollo local. Una ciudad que figura entre las más peligrosas del mundo poco puede garantizar a ciudadanos, visitantes e incluso artistas. Si bien la recreación en espacios públicos favorece la convivencia ciudadana, esta, sin políticas públicas que la enmarquen, pierde eficacia.

Caracas y los caraqueños necesitan espacios de recreación, no hay duda, pero necesita de forma fundamental y urgente la mejora de sus condiciones de vida, y es allí a donde deben ir dirigidos de momento los esfuerzos gubernamentales.

De momento tendremos un festival al que acudirán caraqueños y visitantes, pero al salir de allí su seguridad no puede ser garantizada; al llegar a sus casas seguirán sin agua y en sus calles seguirá la basura. De momento sonará Caracas pero no sonará a ciudad.

Venezuela y Caracas están agotadas de sonidos estruendosos y fugaces, exigimos voces constantes que nos cumplan con la ciudad que queremos vivir. Necesitamos el sonido de la paz, el sonido de la convivencia, el sonido de las cosas bien hechas. La prioridad gubernamental debe estar en nuestra calidad de vida y no en nuestra diversión, un festival en medio de la anarquía no reivindica nuestro derecho a la recreación, intenta distraernos de nuestro derecho a exigir una mejor ciudad.

Stalin González

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