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miércoles, 6 de septiembre de 2017

España promete más presión de la UE sobre Maduro para forzarle a negociar, por @luisayllon ‏



LUIS AYLLÓN 05 de septiembre de 2017

El Gobierno español se comprometió hoy ante el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, a impulsar la presión internacional sobre el régimen de Nicolás Maduro para forzarle a buscar una solución pacífica y negociada a la crisis que vive el país.

Borges estuvo en Madrid, dentro de una gira que le llevó el lunes a París; que seguirá mañana, en Berlín, y pasado mañana, en Londres, para reunirse con los principales mandatarios europeos; y en la que no ha podido estar acompañado por Lilian Tintori, la esposa del opositor privado de libertad Leopoldo López, a quien le fue impedido abandonar Venezuela.

El presidente de la Asamblea, junto al vicepresidente, Freddy Guevara, comenzó una intensa jornada de contactos a primeras de la mañana, con un encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, antes de acudir al Palacio de la Moncloa, donde fueron recibidos por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy. A lo largo del día, mantuvieron contactos con la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; con los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar; y con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Rajoy, según informó ayer el Gobierno en un comunicado, transmitió a Borges el pleno compromiso de España con la democracia en Venezuela, y le reiteró que «no reconoce la asunción de competencias legislativas por la Asamblea Constituyente, sino que considera a la Asamblea Nacional, la única elegida democráticamente, como la depositaria exclusiva del poder legislativo».

El presidente del Gobierno insistió en que apoya una solución pacífica, democrática y negociada, que incluya la liberación de todos los presos políticos, «el respeto por la independencia e integridad de los poderes públicos y la celebración de elecciones justas y transparentes, devolviendo la palabra al pueblo venezolano».

Así, le garantizó que España seguirá trabajando, de forma bilateral y en colaboración con sus socios europeos e iberoamericanos, para ayudar a lograr este objetivo y, en concreto que «continuará promoviendo la adopción por la UE de medidas restrictivas, individuales y selectivas, contra los responsables de la actual represión» en Venezuela.

En términos similares se pronunció el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, en relación con el intento de lograr que la UE acuerde adoptar ese tipo de medidas «que no perjudiquen a la población venezolana y que sean efectivas para promover una restauración del orden constitucional», algo que no está resultando fácil por la resistencia de algunos socios comunitarios como se constató en la última reunión celebrada en julio por los titulares de Exteriores.

Apoyo europeo

Pese a todo, Borges, en declaraciones a los periodistas, tras agradecer la receptividad y el respaldo «decidido y permanente» de las autoridades españolas, dijo que «toda Europa tiene una visión muy clara» de la situación y que todos los países han rechazado la «Asamblea fraudulenta Constituyente». Además, consideró muy importante que la oposición esté siendo recibida por «países que antes estaban lejanos, como Francia», en alusión al encuentro que mantuvo el lunes en París con el presidente francés, Emmanuel Macron.

El presidente de la Asamblea Nacional venezolana estima que aún no se dan las condiciones para una solución dialogada, por lo que considera necesario aumentar la presión interna y externa sobe Maduro para obligar a su Gobierno a negociar, «no para quedarse en el poder como quieren ellos sino para que haya una transición democrática», dijo. Y, en cualquier caso, indicó que el proceso que se pudiera abrir debería ser serio «con garantías, con participación de gobiernos, con la ONU» y con mecanismos que aseguren «que no se repita lo que sucedió el año pasado, cuando el Gobierno se comprometió y después no ejecutó nada».

Para animar a que se ejerza esa presión internacional, señaló que Europa tiene que pensar qué significaría «una segunda Cuba» con el petróleo, el gas y las riquezas que tiene Venezuela, un país en el que denunció que, a pesar de ser quizás el más rico del mundo «la gente está comiendo basura en la calle». «No podemos permitir –añadió– que Venezuela se convierta en una franquicia cubana, sin democracia, sin dignidad, sin derechos humanos».

La reunión mantenida por miembros del Gobierno español con Borges y Guevara provocó la reacción del canciller venezolano, Jorge Arreaza, quien arremetió contra Mariano Rajoy acusándole de agredir la «dignidad venezolana» y de apoyar los «crímenes de sus protegidos políticos de la derecha extremista venezolana».

«Presidente @marianorajoy agrede la dignidad venezolana, representando el peor pasado colonial, derrotado y expulsado por nuestros Libertadores», dijo Arreaza en su cuenta de Twitter.

Para el ministro de Exteriores venezolano el Gobierno español está reincidiendo «en su política de agresión» contra su país. «Con récord de desempleo y desahucios, Gobierno que más daño ha hecho al pueblo español, pretende dar lecciones de democracia a la Patria De Bolívar», agregó.


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