AFP 11 de septiembre de 2017
El
Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió este lunes una
investigación internacional sobre el uso excesivo de la fuerza por las
autoridades de Venezuela, estimando que puede tratarse de “crímenes contra la
humanidad”
“Mi
investigación sugiere la posibilidad de que se hayan cometido crímenes contra
la humanidad (…) Exhorto al Consejo (de Derechos Humanos de la ONU) a lanzar
una investigación internacional sobre las violaciones de los derechos humanos
en Venezuela”, afirmó Zeid Ra’ad Al Hussein, en la apertura en Ginebra de la 36ª
sesión de esta institución.
El
canciller venezolano, Jorge Arreaza, presente en la sala, rechazó esas
críticas, y acusó durante su intervención al Alto Comisionado de tener un
“comportamiento selectivo, parcializado y politizado” y pidió que cesara la “agresión”
contra su país.
En su
intervención previa, Zeid aseguró que existe un “real peligro” de que haya una
“escalada de tensiones” y acciones del gobierno venezolano “contra
instituciones democráticas y voces críticas”, mediante “procedimientos
judiciales contra líderes de la oposición, el recurso a detenciones
arbitrarias, el excesivo uso de la fuerza y malos tratos a los detenidos,” lo
que “en algunos casos se asemeja a la tortura”.
“El
mes pasado –prosiguió Zeid– mi oficina divulgó un informe sobre Venezuela,
subrayando el excesivo uso de la fuerza por parte de oficiales de seguridad,
así como otras múltiples violaciones de derechos humanos en el contexto de las
protestas antigubernamentales”.
En ese
informe, el Alto Comisionado había asegurado que existe en Venezuela “una
erosión de la vida democrática”, que “apenas sigue viva, si es que todavía está
viva”.
El
canciller venezolano replicó rechazando este informe “plagado de mentiras” y
“ofensas a nuestro país”, que “parece responder a directrices de Estados
Unidos, principal violador de derechos humanos en el mundo”.
Por su
parte, Zair Mundaray, exfuncionario de la fiscalía general venezolana, avaló
este informe en un encuentro con la prensa organizado por la oenegé UN Watch,
que monitorea a la ONU, aunque afirmó que la situación es aún peor que la
descrita.
“Los
resultados que allí se exponen son bastante similares a los obtenidos por el
ministerio público venezolano en el transcurso de las investigaciones que hemos
adelantado en esta materia, por lo que los avalamos plenamente”, dijo.
Para
añadir, “sin embargo me atrevo a afirmar que a pesar de lo dramático el
panorama allí escrito, el material recopilado en el ejercicio de nuestras
funciones nos permite sostener con fundamento probatorio que la situación es
aún peor”.
Apostillando,
“no es posible la obtención de justicia en Venezuela y debemos acudir a otros
mecanismos para procurar obtenerla”.
– Brazo del poder –
– Brazo del poder –
Asimismo,
Hillel Neuer, director general de UN Watch, sentenció: “ya es hora de que
Venezuela sea suspendida del Consejo de Derechos Humanos. Es esto lo que
estamos pidiendo”.
Venezuela
está sumida en una grave crisis política, económica e institucional. Los
enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes
antigubernamentales han dejado 125 muertos, entre abril y julio.
El
Alto Comisionado subrayó que Venezuela es actualmente uno de los 47 Estados
miembros del Consejo de Derechos Humanos, y tiene por tanto el deber de
defender y promover los derechos humanos.
Las
autoridades venezolanas habían rehusado la entrada al país de los
investigadores de la ONU, por lo que Zeid encargó a un equipo de especialistas
de derechos humanos que entrevistara a distancia a 135 víctimas y a sus
familias, así como a testigos, periodistas, abogados, médicos y miembros de la
oficina de la fiscalía general.
En un
comunicado divulgado por la ONG Human Rights Watch (HRW) en nombre de 116
organizaciones, en su mayoría latinoamericanas, los defensores de los derechos
humanos explican que la “crisis en Venezuela debería ser una prioridad del
Consejo” de derechos humanos de la ONU.
Por
otro lado, la Comisión internacional de juristas, una organización basada en
Ginebra, aseguró en un comunicado que el Tribunal supremo de justicia de
Venezuela “ha dejado de actuar como tribunal independiente” y “se ha convertido
en el brazo de un dirigente autoritario”.
En su
intervención, el canciller venezolano atribuyó “la mayoría” de las muertes
producidas en recientes los disturbios en su país “al accionar violento de los
grupos antigubernamentales”.
Denunció
asimismo una “agresión multiforme contra la economía” venezolana, tras la cual
se halla el “desespero imperial” de Estados Unidos “por destruir la paz (…) y
las instituciones de Venezuela y con ello controlar las mayores reservas de
petróleo del planeta (…)”.
AFP
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