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miércoles, 3 de agosto de 2016

Antonio Ecarri: “Los bachaqueros levantaron los controles de precios”


Por Vanessa Davies


Venezuela necesita ahora el modelo “que sirvió a los países que quedaron absolutamente destruidos luego de la Segunda Guerra Mundial”, que es el de la economía social de mercado, subraya el presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri

Hasta lo que parece más sólido se viene abajo en segundos, y si no, basta preguntárselo a los alemanes que creyeron que el muro que separaba dos Alemanias, dos realidades, sería eterno. Antonio Ecarri, presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri (FAUP), dotado con las virtudes de la oratoria de los líderes políticos de antes, describe la realidad venezolana como un tsunami que se puede llevar todo por delante. Y asegura que los controles de precios aplicados en Venezuela han sido derrotados por la vida real.


Ecarri, convencido de que la nación se encuentra como los países de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial (es decir, arrasado), defiende el modelo de la economía social de mercado. Tal como lo manifestó a Contrapunto, se necesita una economía libre y un Estado que se encargue de que la educación dé igualdad de oportunidades.

-¿Se pueden levantar los controles de precios de sopetón?

-Los bachaqueros levantaron los controles de precios. ¿Por qué la gente se va a Cúcuta o a Santa Elena? Nosotros estamos a la vuelta del libre mercado. Ya la ley de la oferta y la demanda hace que los bachaqueros te vendan más caro que los precios del libre mercado. Un cartón de huevos te cuesta más caro en Caracas que en Miami. Todo eso es por la alteración de la ley de la oferta y la demanda, porque mientras un bien es escaso siempre será más caro. Eso no lo pudo cambiar Diosdado Cabello cuando estuvo al frente de la Asamblea Nacional.

“Estamos cambiando de época”

-Vivimos una racha petrolera muy importante con el expresidente Chávez. ¿Ese petróleo se sembró?

-Venezuela en algún momento debe dejar de ser el país de las oportunidades perdidas. En 17 años de bonanza petrolera perdimos una gran oportunidad. Hoy, 80 años después de la tarea inconclusa de sembrar el petróleo, nos sale una profunda reflexión. Nosotros no queremos hacer fiestas ni conmemoraciones. Lo que nos hace falta es una profunda reflexión: ¿Hacia dónde debe ir el país? Hoy estamos en condiciones muy parecidas a las de 1936.

-¿En qué se parecen?

-Estamos cambiando de época. Este es un ciclo económico que duró 80 años, que son los 80 años de la dependencia del petróleo. Esta es una gran oportunidad para que Venezuela se reinvente. Esta crisis tiene algo beneficioso dentro de la gran desgracia nacional que vivimos: es la oportunidad para reinventarnos, porque todo está deshecho, las instituciones están deshechas.

-¿Cómo hacer esa reinvención?

-Esa reinvención debe venir de la mano de la realidad económica que rodea a nuestro negocio petrolero mundial. Venezuela es el país con el peor desempeño económico de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). No solamente la crisis de hoy se debe a la caída de los ingresos petroleros, sino que hay un problema más serio: es un modelo económico absolutamente fracasado.

El socialismo del siglo XXI no sirvió, y hoy trae esta suerte de drama de hambre que vive la sociedad venezolana, que está originando un tsunami que nos puede llevar a todos por delante.


Se abusó de un modelo que ya había fracasado

Sus visitas a las zonas populares de Caracas le han permitido confirmar, como presidente de la FAUP, que la dieta de la población es “plátano y yuca”, que además se comen “una sola vez al día”. Antonio Ecarri señala que hay “problemas de desnutrición infantil severa” en la capital del país, que pueden ser aliviados -pero no solucionados- con ayudas puntuales. Lo que más lo inquieta es “el profundo daño que se le está ocasionando a toda una generación de venezolanos”.

-¿Qué hizo que el modelo económico, en su opinión, fracasara?

-Es el abuso de un modelo económico que ya venía fracasando. Arturo Uslar Pietri nos dijo que tener una sociedad que dependiera del Estado tarde o temprano iba a originar un desastre social, porque el Estado copa toda la actividad y tiene a la sociedad de rodillas. Es un problema económico y social por la ineficiencia y la ineficacia del Estado comprobadas manejando los factores de producción y, más aún, la distribución de alimentos.

Hoy tenemos la obligación de voltear esa fórmula y hacer un Estado que dependa de su sociedad. Ahora tenemos un Estado monstruoso, que acaba con la iniciativa del venezolano a cualquier nivel. Está quebrado el barrio y está quebrado el gran industrial. Este modelo económico fracasó y no tiene beneficiarios. El socialismo del siglo XXI no tiene beneficiarios. Hoy todo el mundo está mal.

Viraje hacia la economía social de mercado

-¿Igual hubiésemos llegado a este desenlace sin el modelo económico que impulsó el expresidente Chávez?

-Definitivamente no. Él tuvo la oportunidad, con todo el poder que tuvo en sus manos, de haber planteado un modelo económico abierto, no anclado en viejas ideologías sin sentido. Chávez no tomó el Estado de Bienestar del socialismo europeo, ni la economía social de mercado. Pero ya los venezolanos sabemos qué cosas no sirven.

-¿Qué no sirve?

-No podemos seguir dependiendo de la renta petrolera, además por las condiciones mundiales. No podemos seguir dependiendo de un solo ingreso. Acabaron con la producción nacional y con la posibilidad de diversificación. Este modelo ha generado hambruna y miseria, y además nos deja un pasivo moral terrible: queda un grado de discrecionalidad y de arbitrariedad política que termina en una profunda discriminación. Tenemos un deterioro social, económico, político y social. Cuando se profanan las tumbas de los expresidentes Isaías Medina Angarita y Rómulo Gallegos y no pasa nada es la punta del iceberg de un desastre moral.

-En su opinión debe haber un viraje.

-Se debe hacer un viraje en materia política, económica y social. Reinventar a Venezuela para por la construcción de un nuevo modelo económico, político y social. En la Fundación Arturo Uslar Pietri hemos estudiado diversos modelos.

-¿Cuáles?

-Hemos evaluado la economía social de mercado, modelo que sirvió a los países que quedaron absolutamente destruidos luego de la Segunda Guerra Mundial. Una economía que esté centrada en el ser humano, una economía que le abra las puertas al emprendimiento y que considere al ser humano es una economía importante.

Yo no soy partidario del libre mercado absoluto. La economía social de mercado te plantea libertades económicas pero con un rol eficiente del Estado en áreas sociales clave. El Estado no puede estarse metiendo como actor económico, porque cada vez que lo hace crea distorsiones y todo un desastre. El problema no es de hombres, sino de modelos.


Antonio Ecarri intervino en el foro "Sembrar el petróleo", realizado en la sede de Fedecámaras

El "Muro de Berlín" de la frontera se cayó

-¿Es viable la economía social de mercado para Venezuela? ¿El país lo aceptaría?

-El país lo aceptaría perfectamente. La gente que salió a Cúcuta para comprar bienes se encontró con el libre mercado. El muro de Berlín de Ureña se cayó, y lo tumbó la ley de la oferta y la demanda. Es una realidad del tamaño de un templo. En la economía social de mercado, como es un modelo de centro, pueden coincidir distintas ideologías, porque en Venezuela tenemos que construir un modelo económico de consenso. El modelo de la economía social de mercado permite las libertades económicas pero con un Estado que interviene en áreas como la educación.

-¿En qué áreas debe intervenir el Estado?

-Educación, fundamentalmente, porque nadie puede salir a competir a un libre mercado en desigualdad. La igualdad debe estar en las oportunidades; de un Estado que interviene e invierte en educación y que garantiza que un niño de Carapita tenga las mismas oportunidades que un niño de Chacao pero hacia arriba, no hacia abajo. El Estado debe ser muy eficiente en esto y hacer las reformas políticas y económicas.

-¿Qué reformas habría que hacer?

-Tiene que haber democratización del país mucho más allá. Eso significa un profundo proceso de descentralización en el país, que el poder esté mucho más cerca del ciudadano. También es muy importante la reforma del sistema de justicia, e igualmente, las reformas económicas y sociales que el país está esperando. La economía social de mercado significa emprendimiento, y permite que alguien que tiene una bodega en Catia pueda crecer. El Estado tiene que estar para evitar las distorsiones del mercado, pero no para generar distorsiones. Necesitamos libertad económica con igualdad de oportunidades.

02-08-16




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