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sábado, 13 de agosto de 2016

¿Darán los tiempos? Por @Daniel_Santolo




La política venezolana ha caído en una espiral, la espiral de los tiempos, donde el problema político y su estrategia se miden por días, no por la intensidad o por su importancia. Hemos sido testigos de los debates que se han dado ante la opinión pública, por más de dos décadas, en los cuales lo urgente dio al traste con lo importante, debate que gira alrededor de los tiempos electorales, y no de las soluciones a los graves problemas que nos aquejan; corremos detrás de elección en elección.

Pareciera que una trampa del destino ha convertido el tiempo en el enemigo a vencer, un enemigo nada fácil de manipular, y mucho menos detener. Vemos como la teoría de Einstein se vuelve sobre nosotros, ese tiempo que se dilata y nos da a cada uno una sensación diferente del paso del tiempo. Algunos vemos pasar el tiempo aceleradamente, y para otros el tiempo no pasa. Pareciera que cada uno de los actores políticos tuviese un reloj diferente, cada reloj marca su propio tiempo, unos más acelerados que otros, algunos a su vez dicen que se nos acabó el tiempo, como si esto fuere posible, como si detener el tiempo fuera una opción.


Detenernos a debatir si los tiempos en política son medibles o cuantificables es un debate con un alto ingrediente filosófico, más que político. La acción política nos lleva a la elaboración de estrategias que nos ayuden a utilizar el tiempo lo más efectivamente posible, el debate no debe ser el ¿cuándo? sino el ¿por qué?, y el ¿cómo? Debatir los tiempos con un gobierno que se ha guardado para sí el reloj del revocatorio tal vez sea un debate atractivo frente a los estridentes, aquellos que dicen que ya no hay tiempo, que es ahora o nunca, frase que por cierto tiene más de 15 años, y no ha logrado agotar el tiempo, y mucho menos detenerlo.

El objetivo, si es cambiar al gobierno, no puede tener un tiempo fijo, o delimitado por las urgencias de algunos. Salir de quienes nos gobiernan nos llevará tiempo, y ese tiempo debe ser utilizado lo mejor posible, ya que el tiempo perdido es irrecuperable, lo ideal sería procurar acelerar los tiempos con las estrategias adecuadas, por eso le digo a los amigos que pierden su tiempo debatiendo los tiempos del revocatorio, que lo político y lo eficaz es que se logre el objetivo, que no es otro que el de un cambio de gobierno, y eso nos llevará tiempo. Tiempo que se tiene que administrar muy bien, recordando el refrán popular, de que “el tiempo es oro”,  por lo que no hay que desperdiciarlo en discusiones inútiles, y utilizando bien el tiempo debemos enfocar toda la acción política en un objetivo que es compartido en la actualidad por una gran mayoría de venezolanos, el cambio de gobierno.

Si el revocatorio, las elecciones de gobernadores, las municipales y hasta las presidenciales son en este año, el próximo o más lejos aún, no se pierde el objetivo, que no es otro que impulsar un cambio de gobierno, un gobierno que más temprano que tarde dejará el poder, un gobierno que sabe que su tiempo se acaba, y lo que hace es tratar de alargar el poco tiempo que le queda, un tiempo que siempre será relativo, para algunos será mucho tiempo, para otros, será poco tiempo.

A estos que creen que el tiempo se agota, o que esperan a que los tiempos se cumplan de acuerdo a sus expectativas, les digo que pierden su tiempo, y peor aún, nos hacen perder nuestro tiempo, y recordando la canción del amigo Pablo Milanés: “el tiempo el implacable, el que pasó, siempre una huella triste nos dejó…”, no seamos artífices de esa huella triste, seamos constructores de mejores tiempos, de la Venezuela que le esperan tiempos mejores.

13-08-16




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