Por Javier Antonio Vivas
Santana
Hemos entrado al último año
del sexenio más empobrecedor y de mayores violaciones a los derechos
humanos que haya sufrido el pueblo de Venezuela en su contexto político,
económico y social. Durante el 2013, año en que Maduro asumió el
poder por la vía electoral, sólo se apropió de este para aniquilar la
conformación del Estado de acuerdo con la Constitución. El
resultado está a la vista: destrucción de las instituciones, militarismo, corrupción,
impunidad, delincuencia desbordada, pulverización de nuestro signo
monetario, hiperinflación, colapso de los servicios públicos, quiebra de
la industria petrolera, explotación inmisericorde de nuestra biodiversidad (arco
minero), y hasta aparición de enfermedades que habían sido erradicadas hace un
siglo, lo cual ha desembocado en hambre y miseria para el pueblo venezolano.
Ante semejante coctel de
empobrecimiento, tenemos una realidad que concluyó el 2017
con protestas del pueblo por todos los espacios y rincones del país,
debido fundamentalmente al incumplimiento de “promesas” generadas por el propio
presidente de la República, quien no sólo ha engañado de manera permanente a
los venezolanos, sino que jamás ha asumido la responsabilidad por el
nivel de depauperación que azota a la población en general.
Maduro y su claque, es decir,
panegíricos y zascandiles, saben perfectamente que en este año han entrado en
cuenta regresiva, razón por la cual, la propia “constituyente” que
controlan a placer, al ser una asamblea del partido oficialista, tampoco se
atreve a convocar las elecciones presidenciales para el primer
trimestre de 2018, porque ni siquiera cuentan con más de 4 millones de votos
confiables en relación con su candidatura presidencial.
En tal sentido, esto es lo que
posiblemente ocurra en 2018
1) Debido a la negativa
del madurismo por generar un plan sensato, la caída de
la economía continuará su camino hasta el abismo más profundo,
acompañada con una hiperinflación, cuyos precios aumentarán
diariamente, lo que obligará al gobierno, ante la multiplicación de las
protestas, a “decretar” aumentos salariales en primer término cada 30
días, y luego, cada 15 días, pero nada de eso será suficiente, motivado a la escasez,
y, por supuesto, los altos precios de los pocos alimentos y medicinas que
puedan encontrarse en los anaqueles. Las carnes y el
queso, alcanzarán las siete cifras en sus precios por kilogramo, al igual
que el cartón de huevos. Semejantes valores llegarán entre febrero y marzo de
2018.
2) Debido a tal realidad, las
protestas del este se unirán con el oeste, el oriente con el occidente, el
norte con el sur, o sea, habrá una conflictividad social sin
precedentes que Maduro y la cúpula perversa del gobierno ordenará reprimir,
alegando que son “guarimberos”, “terroristas” y “desestabilizadores”, generando
altas probabilidades de que en esta oportunidad el número de heridos y
fallecidos aumente por hechos similares en relación con 2017, porque la
gente al no tener nada que perder ni nada qué comer, saldrá a la calle
espontáneamente a seguir reclamando por sus derechos constitucionales.
3) La división en la
cúpula “roja-rojita” continuará generando grietas en el plano de la
debilitada gobernabilidad. Habrá más deserciones y abandonos de
quienes hace poco apoyaban a Maduro. El hundimiento de la sociedad, la
represión, así como la degradación de la educación, la salud y el nivel de vida
en general, pesará más sobre las conciencias de unos pocos, antes que quedarse
apoyando al régimen neototalitario.
4) Los individuos del gobierno
que están cumpliendo “funciones” o exilios dorados en el exterior no
regresarán, es decir, aunque llegaran a cesarlos en sus actividades
“diplomáticas” o pedirles que retornen por cualquier motivo, estos simplemente
optarán por salvaguardarse fuera del país.
5) La oposición no
tendrá más remedio que escoger una candidatura de consenso, debido a la nula
credibilidad que tienen sus “líderes”, y más aún, lo más probable es que
ese candidato sea alguien ajeno a los partidos políticos.
6) De llegarse a originar lo
anterior, el madurismo intentará por todas las vías, desacreditar esa
candidatura, alegando entre otras cosas que tal individuo sería el
“responsable” de la hiperinflación en Venezuela. Se desatará la más perversa de
las campañas sucias en los términos de lo político, económico, social
y personal.
7) El colapso de los
servicios de agua y electricidad será una constante en las grandes
ciudades del país. Verbigracia, hasta el Metro de Caracas quedarán
técnicamente fuera de servicio no por horas, sino jornadas completas. En el
interior, tal y como ocurrió en con más fuerza hacia finales del año que recién
finaliza, habrá interrupciones de servicios públicos que liquidarán
por completo las pocas acciones del quehacer productivo. No tengan dudas de que
ocurrirá una gran tragedia eléctrica que no podrá ser achacada al “saboteo”
porque llegará hasta las instalaciones militares.
8) El gobierno, ante la
disyuntiva de aumentar o no el precio de la gasolina en pleno año
electoral, intentará “correr la arruga”, originando el caos total de la
industria petrolera. La escasez de combustible será general en todo
el país. Habrá algunos momentos del año en que casi todo estará paralizado en
relación con el transporte en Venezuela.
9) El
llamado “petro” será la última tabla de salvación que buscará el
gobierno, intentando con ello, canjear nuestros espacios petroleros a los
chinos, cuando menos por unos dos años, con el propósito de que entre los 500
mil y 600 mil barriles diarios que envía el madurismo a la nación asiática,
puedan ser colocados en este tiempo en el mercado internacional, o sea,
venderlos en el imperio. Lamentablemente, de llegar a concretarse, eso no será
suficiente para mitigar la crisis económica del país.
10) Nicolás Maduro y su
gobierno saldrán del poder, o bien por la presión social, o en unas elecciones
presidenciales que “por ahora”, intentarán suspender hasta donde sea posible,
más aún, en la medida en que se agrave la situación de Venezuela.
Sin duda, por más que Maduro y
todos quienes integran la cúpula del Partido Stalinista de Venezuela (PSUV)
quieran y pretendan engañar a los venezolanos, el 2018 estará marcado por una
innegable implosión del poder en quienes destruyeron a la patria de
Bolívar. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
Foto: Protesta en Catia
(Caracas) por escasez (EFE)
06-01-18
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