Ramón Flores 16 de septiembre de 2018
@liderhumano
“Solo
queremos hablar con el dueño del circo”.
Palabras
más, palabras menos, esa fue la lapidaria respuesta que los inversores chinos
le dieron a la vicepresidenta Delcy Eloína, luego que ésta tratara
infructuosamente de gestionar un préstamo, que según ha revelado la prensa
mundial, se ubica en los cinco mil millones de dólares, con el que el régimen
madurista intenta darle algo de oxígeno a sus menguadas finanzas.
Es por
ello que Nicolás Maduro tuvo que salir de forma súbita y con el sombrero en la
mano a China, a ver qué le daban a cambio de seguir comprometiendo nuestros
activos, la mayoría ya empeñados a capitales extranjeros que han financiado a
un gobierno que busca seguir en el poder a costa del hambre y la falta de
medicinas que mantienen en jaque a nuestro pueblo.
No
obstante, conviene que tanto el jefe de Estado chino, Xi Jinping, al igual que
los inversores de su país que cualquier promesa de pago que hagan “Nicolás y su
combo” choca contra lo establecido en el artículo 150 de nuestra constitución,
esa que ellos mismos inventaron y que violan constantemente: “La celebración de
los contratos de interés público nacional requerirá la aprobación de la
Asamblea Nacional en los casos que determine la ley. No podrá celebrarse
contrato alguno de interés público municipal, estadal o nacional con Estados o
entidades oficiales extranjeras o con sociedades no domiciliadas en Venezuela,
ni traspasarse a ellos sin la aprobación de la Asamblea Nacional”.
Y es
que más allá del supuesto “desacato” –denominación que solo aplica para
personas-, el Parlamento, le guste o no a los que en mala hora usurpan y rigen
los destinos de Venezuela, es el único ente que puede aprobar nuevos
endeudamientos de la República. El parapeto ese llamado Asamblea Nacional
Constituyente, por espurio, no tiene ninguna facultad para autorizar nada en
Venezuela, por ello más de 70 países e instituciones en el mundo no reconocen
esa especie de “institucionalidad paralela” creada por el régimen.
El
llamado es a los “camaradas” chinos para que no pierdan sus reales, y el mismo
mensaje también se lo reiteramos a los rusos y a quien crea que está haciendo
un “negocio redondo” dándole plata a esa cúpula podrida, porque además de que
no tienen garantizados sus pagos, están ayudando a mantener un sistema que ha
sembrado de corrupción y miseria al país con las mayores reservas petroleras
del mundo, de donde huyen millones los venezolanos con destino a otras naciones
para no morir de hambre en el suelo que los vio nacer.
Ramón
Flores
Diputado
a la Asamblea Nacional
Presidente
del Parlamento Amazónico
@liderhumano
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