Por Beatriz Pantin
El experto dice, que era
predecible que “sin inversiones en mantenimiento, profesionales calificados,
planificación y administración óptima de cargas hidro-termo y sin
infraestructura de expansión”, Caracas viva también el colapso del sistema
En vista de la disparidad de
explicaciones sobre los cortes, fallas eléctricas y apagones vividos en el país
durante los últimos meses, que el Gobierno Nacional califica como “actos de
sabotaje”, mientras otros sectores señalan fallas técnico-administrativas,
falta de inversión o de mantenimiento en la industria, éxodo de ingenieros y
técnicos, entre otras causas, Contrapunto le consultó a Víctor Poleo, experto
en materia energética y petrolera, además de ingeniero, profesor universitario,
conocedor del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y exviceministro del entonces
Ministerio de Energía y Minas (MEM) entre los años 1999 y 2001, cuando Alí
Rodríguez Araque, actual embajador de Venezuela –y por segunda vez– en Cuba, se
desempeñó como ministro del sector.
Al preguntarle su opinión
sobre las declaraciones de las autoridades estatales acerca de las múltiples
fallas eléctricas, Poleo considera que la situación actual del SEN debe
intentar comprenderse “desde el punto de vista político”. Explica que “no es el
caso ahora de focalizarse en la ingeniería del sistema: un cable cortado por
saboteadores, un transformador que explota, la presencia de iguanas, el
‘derroche eléctrico’ de los usuarios residenciales, etc.”, sino de “avizorar un
acelerado colapso del sistema nacional, y estando en progreso el de Caracas, ya
transcurridos 20 años de falta de genuina inversión y derruida su
infraestructura”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
Poleo no duda en sostener
que “la crisis del SEN es adrede, producto de una intencionalidad política
inducida por actores específicos –autores materiales e intelectuales– en contra
de sus connacionales y de la propia nación”.
¿Crisis inducida producto de
una intencionalidad política? Esta es una tesis que puede sonar descabellada,
pero que Poleo asegura que debe ser evaluada. Tal como lo explica, no solo hay
un sector en problemas (el eléctrico), sino que se suma el declive de Petróleos
de Venezuela y del resto de las industrias nacionales y la productividad.
Foto: Jonathan Lanza –
Contrapunto
Al mencionarle el caso del
año 2016, cuando se creó la comisión presidencial del Estado Mayor Eléctrico
(Decreto N° 2.241 del 18/2/2016) y se argumentó que, debido al fenómeno de El
Niño (y, en consecuencia, de la sequía y afectación de la represa del Guri) se
entraría en emergencia energética, activándose finalmente un plan de
racionamiento por 40 días –exceptuando la Gran Caracas–, subraya Poleo que “en
70 años de registros históricos del Caroní hubo 14 años de estiajes, pero solo
durante los del siglo XXI hubo racionamientos”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
Usted dice que la crisis
eléctrica hay que intentar abordarla, sobre todo en este momento, desde el
punto de vista político, que “privilegia una explicación política”. ¿Qué habría
detrás de la intencionalidad de destruir las empresas nacionales? ¿En este
caso, la industria eléctrica?
—Hace 10 años, en efecto, no
era creíble que una cierta clase política en funciones de gobierno agrediera a
sus nacionales, que progresivamente asfixiara el bienestar de la sociedad y que
intencionalmente desmantelara la actividad económica ya que, en principio,
decir que un gobierno destruye a su propia nación no parece creíble por ser
esto contra natura. Pero lo es en el atípico caso venezolano. Y lo es porque,
justamente, en las carencias de electricidad es donde descansa una buena parte
de los mecanismos para magnificar el dominio político de la sociedad y de la
economía. La intención entonces es establecer un dominio de la población,
propiciar la desmovilización política y destruir al enemigo que, para esta
clase política, somos todos. No sé si conoces el término “guaraliar”: es como
un toma y dame. En la actividad pesquera, una vez que tú anzuelas un pez
grande, lo cansas, y la cuerda que lleva el anzuelo, la sueltas, y amarras el
pez. Asimismo, se va cazando a la persona. Estamos en la fase del guaral.
En Caracas por ejemplo y los
estados Miranda y Vargas se han registrado tres largos apagones entre diciembre
de 2017 y marzo de 2018. El más reciente se suscitó el 5 de marzo. Sin embargo,
“a diferencia de las grandes fallas eléctricas ocurridas durante los años
2009-2010 y los estiajes en el río Caroní en 2009-2010 y 2014-2015, estas
últimas no obedecieron a medidas de racionamiento”, expone el experto.
Foto: Jonathan Lanza –
Contrapunto
Poleo además confirma que
“crecientes fallas y racionamientos no programados ocurren en distintos estados
y regiones”. En las Navidades de 2017, el Zulia se quedó sin luz, asimismo le
sucedió al centro y occidente del país, el 22 de febrero de 2018, fecha en la
que se registraron zonas con intervalos de 12 horas de interrupción del
servicio, o a los estados Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo y Barinas, en los
que se reportaron caídas en el suministro de energía eléctrica el día 27 de
febrero, y en medio de “equívocas e inverosímiles explicaciones por parte del
gobierno”, comenta.
El ingeniero asevera que el
SEN “fue destruido en apenas 15 años (2003-2018). No hay electricidad, no hay
gasolina. No hay alimentos, no hay medicinas. No presenciamos entonces la sola
destrucción de la centenaria industria eléctrica: presenciamos la entera
destrucción de la también centenaria industria del petróleo, de las industrias
agrícola y pecuaria, de las industrias farmacéuticas”.
Dicho de otra forma, agrega,
“la Venezuela etiquetada como revolución socialista del siglo XXI nos transita
a la barbarie. No hay educación ni universidades: el socialismo del siglo XXI
no quiere el conocimiento. El tránsito a la barbarie ocurre con intencionalidad
política; lo que fuera conjetura en 2005 es hoy una afirmación con base en
evidencias fácticas”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
¿Cuáles serían las
evidencias fácticas implicadas en esa intencionalidad de destruir el país y
conducirnos a la barbarie, como Usted señala?
—En el inicio de la
“administración Chávez” fue Alí Rodríguez Araque el ministro de Energía y
Minas; lo fue durante 1999 y 2000 (debió serlo Luis Vallenilla). Nos ocupó
dirigir el sector eléctrico venezolano y, ante ineficiencias corporativas en
Cadafe y la necesidad de justipreciar las tarifas eléctricas, formulamos la
primera ley eléctrica en 100 años. De capitales e iniciativas privadas fueron
las tres primeras empresas eléctricas: Maracaibo (1887), Valencia (1890) y
Caracas (1897). Durante la segunda mitad del siglo XX, el Estado construyó los
desarrollos hidroeléctricos del río Caroní y el robusto sistema de interconexión
nacional. Cadafe electrificó un 95% del territorio habitado. Coexistieron así,
durante el siglo pasado, empresas eléctricas privadas y públicas, arbitradas en
su funcionamiento por la Opsis (Oficina de Planificación y Operación de
Sistemas Interconectados). No obstante, la Electricidad de Caracas (EDC) fue
desnacionalizada a comienzos del año 2000 cuando, argumentando que “era un
negocio entre privados”, Rodríguez Araque y Miraflores propiciaron el cambio de
propiedad de la EDC a manos de AES (Applied Energy Services), una turbia
empresa norteamericana.
Para Víctor Poleo, “ya
entonces subyacía la intencionalidad de golpear a capitales privados; en este
caso, a la familia Zuloaga, seguramente ignorantes de ser ella accionista de
apenas un 13% de la EDC, porque el resto estaba diluido entre usuarios,
trabajadores y otros dos grupos nacionales. Rechazamos esto desde el MEM, e
impugnamos en 2002 ante el TSJ, tal compra-venta expresamente vetada en la
recién aprobada ley eléctrica (septiembre 1999), amén de ilegal por mandato
constitucional siendo Caracas sede de los poderes públicos y requiriendo
autorización del Congreso la compra-venta de la EDC”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
El analista cuestiona el
comportamiento de Rodríguez Araque durante el golpe de Estado y el paro de
2002: “Luego de los hechos sucedidos entre abril y diciembre de 2002, Rodríguez
Araque trepó a la presidencia de Pdvsa (julio 2002). A inicios de 2003, son despedidos
por Miraflores 18.000 profesionales y trabajadores de Pdvsa, decisión ejecutada
por Rodríguez Araque. Es probabilísticamente imposible que toda la clase
profesional de Petróleos de Venezuela hubiese respaldado el tal paro petrolero.
Alí Rodríguez ordenó cerrar refinerías, Cied, Intevep, sedes regionales. De
allí que un significativo número de trabajadores y profesionales fuesen
acusados de “abandono del trabajo”. En ello hubo intencionalidad en “dominar” a
la industria petrolera, apropiársela por el Ejecutivo y “derrotar a la clase
tecnocrática”.
“Entre 2004 y 2014 ocurrió
la inusual renta petrolera por venta internacional de crudos y productos. Sin
embargo, la renta fue utilizada intencionalmente para destruirnos –inédito en
la historia republicana–, y asignada para expropiar industrias privadas,
fabular el hoy fallido ‘Estado socialista’ y, como es público y notorio,
despilfarrar tan colosal riqueza y robarla a nosotros los nacionales. Para
mayor insulto a la soberanía nacional, el foro de São Paulo, los Kirchner y
Lula, rusos y bielorrusos, etc., y la parásita cubanería, alentaron la
intencionalidad de destruir Venezuela”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
Rodríguez Araque ha ocupado
cargos estratégicos durante el periodo Chávez-Maduro: ministro de Energía y
Minas, Electricidad y Economía, secretario de la OPEP y UNASUR, presidente de
PDVSA, canciller y embajador dos veces en Cuba… pero su accionar se ha
mantenido bajo perfil desde el punto de vista gubernamental y mediático. ¿Qué
pudiera decir de la gestión de Rodríguez Araque en Pdvsa?
—La Pdvsa que a la vista
está en ruinas –produciendo 1 millón de barriles/día menos que en 2003,
Amuay-Cardón refinando apenas un 30% de su capacidad– es hechura de Rodríguez
Araque. Predecible: aun si British Petroleum o Shell, descapitalizadas de
conocimientos y oficios durante 15 años continuos (herida incurable luego de
100 años de continuidad corporativa), hubiesen sido arruinadas por igual. Aquí,
en este preciso punto, es válido distinguir entre la intención de destruir y el
ejecutor de la destrucción. El primero calificaría de “autor intelectual”; el
segundo de “capataz” de la destrucción. Rodríguez Araque, tenido por “serio y
estudioso” y “que de petróleo sabe mucho”, es pieza “intelectual” de la destrucción
intencional de Pdvsa. Mientras Rafael Ramírez es apenas el capataz-ejecutor, el
cajero bancario de Miraflores, un ingeniero mediocre al decir de directivos de
Inelectra, donde trabajó como dibujante de tuberías.
Poleo sostiene que Pdvsa
comenzó a ser afectada hace ya casi dos décadas: “La ruina de Pdvsa no empieza
al morir el comandante-supremo-eterno (2012), empieza en 2003, Rodríguez Araque
y La Habana intencionan, Ramírez ejecuta. El argumento no reside en si son o no
ineptos; el quid radica en su elección, in eligendo por el gran timonel, por
demás un teniente coronel de pobre formación militar e intelectual, y todo en
aras de una ideología socialistoide coincidente con la alta renta petrolera”.
En la industria eléctrica
del año 2010, ya azotada por siete grandes fallas nacionales, “encontramos de
nuevo a Rodríguez Araque ‘que de petróleo sabe mucho’, pero no de electricidad
como nos fue develado al colegiado eléctrico en 1999, no obstante se les
brindara un intenso y extenso programa de educación para él y para el entonces
viceministro Álvaro Silva Calderón. Ahora bien, “el Sector Eléctrico estuvo
adscrito hasta 2010 al Ministerio de Energía y Petróleo en manos de Ramírez y
cuando, ante una creciente ‘emergencia eléctrica’ inducida, se crea el Ministerio
de Electricidad es su primer ministro Rodríguez Araque, el mismo de la atávica
intencionalidad habanera en destruir el bienestar de la sociedad y de la
producción de bienes”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
¿No podría pensarse que no
hubo intencionalidad directa de destruir desde un primer momento, sino que
falló el plan de poder avanzar solo con sus militantes, militares, gente de
confianza, aliados, o según la concepción de la lucha de clases, a partir del
relativo desplazamiento de una burguesía que, en el contexto venezolano,
incluye a una parte de la llamada “clase media” profesional, y a lo que se
sumaría también la corrupción interna?
—Ciertamente, el
batiburrillo ideológico de este socialismo-lumpen aún cree que, con órdenes cuartelarias
y sin conocimientos, es posible “comandar” las industrias del petróleo y de la
electricidad. Hay intencionalidad cuando se descoyunta uno de los mejores
sistemas eléctricos del mundo occidental. ¿No sabían acaso lo que ocurriría? La
destrucción está asegurada si usted coloca al teniente Jesse o a Motta al
frente del sector. Motta es repudiado por los trabajadores eléctricos y por el
colegiado profesional. Pero Motta –y por igual su par de la Guardia Nacional,
el general Quevedo– mal entienden su “honestidad” al asumir roles para los
cuales no califican. Ellos son los ejecutores, los capataces de la destrucción.
Al igual que en la Cuba sometida, pues que los venezolanos se las arreglen con
cuatro bombillos. No por azar es Alí Rodríguez Araque embajador por segunda vez
en su patria (Cuba), y ahora príncipe consorte en la Pdvsa del general Quevedo,
militar para quien destruir, demoler y arrasar son familiares términos
cuartelarios.
Poleo recuerda que Rodríguez
Araque trajo como asesor “a su otro yo cubano: Ramiro Valdez, ‘héroe’ de los
fusilamientos en La Cabaña, analfabeta. A la par, ante una crisis eléctrica
hechura del socialismo, Rodríguez Araque-Ramírez y la nomenclatura de gobierno
irresponsablemente asignaron $60 mil millones para comprar plantas de segundos
mercados, planticas diésel y bombillos ahorradores triangulados por la
cubanería parásita”. También para “contratar empresarios y asesores chuscos. En
fin: un shopping list en el cual de cada $2 ‘invertidos’ afirmamos que $1 fue
despilfarro y corrupción”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
El experto sigue sumando
elementos para ahondar en su tesis. “¿Intencional? Sí: allí están los Derwick y
los Villalobos, Odebrecht en Tocoma, el “blindaje de Caracas” (¿cuál?), la
central India Urquía en Los Valles del Tuy (negociado de José Luis Rodríguez
Zapatero), las indisponibles Termozulias, etc., y regalamos a Cuba la
termoeléctrica de Holguín, y por igual regalamos a Bolivia y Nicaragua…, se
trata de una geopolítica populista exportada a la comarca”.
A la par, “las empresas
privadas de Valencia, Nueva Esparta, San Felipe y Ciudad Bolívar son también
compradas por el Ejecutivo en 2007, Pdvsa mediante. En 2007 la EDC es
recomprada a la AES por Pdvsa, luego de AES no invertir un céntimo durante 7
años alegando bajas tarifas: ¿no es acaso intencionalidad permitida?”.
“En 2010 Rodríguez Araque
mete a todas las empresas públicas (Edelca, Cadafe, Enelven y Enelbar) y a las
ex-privadas, pero ahora gobiernizadas en un mismo y aberrante saco: Corpoelec.
Lo hizo aun cuando fue advertido de que el sector no tolera una ‘casa-matriz’ a
la manera de Corpoelec, que no es racional mezclar distintas escuelas de
formación hidroeléctrica y termoeléctrica”. Hoy, acusa Poleo, “los mejores
ingenieros de vieja escuela están perseguidos en Corpoelec por el general
Motta”.
Un compendio de denuncias
entre 2017 y 2018
En respuesta al ministro de
Energía Eléctrica y autoridad máxima de Corpoelec (desde el año 2015), Luis
Motta, ingenieros expertos y trabajadores, miembros de sindicatos de Corpoelec
y organizaciones como el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de
Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines, o el Comité de Afectados
de los Apagones, entre otras, han expresado que no se trata de “actos de sabotaje”
o de ataques como señaló hace unos días el Ejecutivo Nacional, sino de fallas
en la inversión, mantenimiento y planificación, del éxodo de técnicos y
especialistas, desmejoramiento de la clase trabajadora –persecución y
maltrato–, desconocimiento del funcionamiento del sistema por parte de quienes
toman las decisiones, o de la impericia, corrupción, y hasta del hurto de
bienes. Además de que la industria depende, como todo el sector industrial, de
divisas e importaciones.
De hecho, el secretario general
del Sindicato Único de la Clase Trabajadora del Distrito Capital, Miranda y
Vargas, Elio Palacios, fue detenido por el Sebin –como denunció su familia, y
sin saberse hasta la fecha de su estado y paradero–, el mismo día del apagón
del 14-F, cuando expresó (en un audio divulgado por internet) que nos
encontramos ante un “caldo de cultivo para un apagón”, y no frente a “actos de
sabotaje”, mientras convocaba a los trabajadores a reunirse en la Plaza
Caracas. Fetraelec, por su parte, ha denunciado igualmente violación de sus
derechos como clase trabajadora, fallas en la gerencia técnico-administrativa,
falta de mantenimiento preventivo, éxodo de miles de técnicos y robo de bienes
de la empresa.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
¿Cómo podría explicarse la
venta de acciones de la EDC a la AES, una empresa ubicada en el imperio, por
parte de un gobierno socialista, que se dice anti-imperialista?
—La AES compra acciones de
la EDC y unos activos. Luego le vende al Estado venezolano todos esos activos a
través de Pdvsa y hace todavía un capital de 800 millones de dólares sin
invertir absolutamente nada. Todo eso está documentado. En 2007, con la alta
renta petrolera, ya hay la intención de estatizar o “gobiernizar” las empresas
eléctricas, recompradas por Pdvsa. Con la suma de lo que le paga Pdvsa a una
empresa que nada hizo, que no invirtió, y los capitales que ellos logran
monetizar de empresas eléctricas de la corporación EDC, más los de otras
compañías como la Genevap, una generadora de electridad a vapor ubicada en la
refinería de Paraguaná, logran hacer una ganancia de millones de dólares en
siete años sin invertir. Todo esto pasó entre los años 2000 y 2007 con las
autoridades que todos conocemos.
“A manera de epílogo”,
expresa Poleo, “que, en el año 2000, estando de director en el MEM, me diría
Alí Rodríguez Araque: ‘hay que robar por si acaso la revolución fracasa’, y le
mostraba apenas un par de casos de sobre costos en Cadafe”.
Foto: Jonathan Lanza –
Contrapunto
Muchos desconocemos el funcionamiento
del sistema eléctrico para la capital. ¿De qué depende que haya electricidad en
Caracas?
—Caracas tiene un sistema
eléctrico hecho de subcircuitos interconectados de distribución. Los del
centro-oeste datan de los años 1930, los del este y sur datan de los años 1950.
Primero fueron las hidroeléctricas en el río Guaire en sus varias caídas desde
Petare. Trayecto al río Tuy: (1) El Encantado en 1895-1911, la primera en
Suramérica y presagio de los desarrollos hidroeléctricos del río Caroní durante
la segunda mitad del siglo XX (Macagua, Guri y Caruachi); (2) Los Naranjos
(1902-1957) y (3) Lira (1911-1955). Todo ello fue hechura de Ricardo Zuloaga,
fundador de la Electricidad de Caracas y con iniciativa de capitales privados.
La capacidad en las hidroeléctricas del río Guaire fue de 4.2 MW (megavatios).
Más tarde Zuloaga-EDC construirían una capacidad hidroeléctrica de 7.8 MW en el
sistema del río Mamo (cercano a Arrecife) con las centrales Mamo (1924), Caoma
(1929) y Marapa, en operación durante 1933-1970. Más tarde, en 1934, se
construyó la central Izcaragua, cercana a Guarenas y en el ahora club de igual
nombre. A la par, Zuloaga-EDC construyeron 3.2 MW hidroeléctricos en el río
Naiguatá (1944-1970) en las centrales Naiguatá y Curupao.
En el gráfico –facilitado
por Víctor Poleo–, las pequeñas flechas en azul indican distribución
residencial+comercial+industrial desde subestaciones principales en Caracas, a
su vez anillado por líneas de 230 kV desde el litoral y el Caroní. Los
circuitos urbanos centro-oeste datan de los años 1930, los del este y
sur-este/oeste de los años 1950
Desde las centrales en el
río Guaire, detalla Poleo, “EDC alimentó el pueblito de Petare a finales del
siglo XIX y luego las residencias e industrias de Caracas (cervecerías,
telares…), por líneas de transmisión. La población de Caracas era entonces de
100.000 habitantes, secuela de las guerras de independencia (José Tomás Boves),
las de Federación (década de los años 1850) y las enfermedades”.
En el tránsito de la Venezuela
agraria y rural a la Venezuela del petróleo, “ya agotados los sitios
hidroeléctricos, la EDC inició la expansión termoeléctrica para alimentar
Caracas. En 1930 se construyó Planta La Guaira con 4 MW y se amplió luego en
1933 con 5 MW. En 1944 y 1948 se añadieron sendas unidades de 8.500 MW”. Le
siguió la termoeléctrica de Arrecifes: “En 1950 la población de Caracas era de
medio millón de habitantes y en 1960 escalaría a 1.5 millones. Se dan
migraciones internas y europeas, y hay crecimiento económico. En esta fecha
inicia la termoeléctrica de Arrecifes de 26 MW, ampliada en otros 26 MW en 1951
y añadiendo 120 MW entre 1953-1959. La “plantica” de Arrecifes luce como un
bonzai al lado de Tacoa, ambas se ven aterrizando en Maiquetía”.
“Con la entrada de Macagua I
en 1960, el país experimenta un agigantado paso a la modernidad: industrias de
Guayana e interconexión progresiva de la Nación. En 1969 se construye la
primera gran línea a alto voltaje de 400 mil voltios: Guri-El Tigre-Sta.
Teresa. Cadafe electrifica el 95% de los poblados de 500 o más habitantes”,
reseña Poleo.
El 19/12/1982, la Planta de
Tacoa, vivió una tragedia por la explosión de dos tanques de combustible. Foto:
Captura de pantalla
“En 1974 se inicia la
construcción de Tacoa con 3 unidades de vapor de 400 MW (total = 1.200 MW), se
añaden otras dos unidades de 400 MW en 1982 (ocurre un accidente terrible que
tuvo bajas en periodistas que cubrían el siniestro), para totalizar 2.000 MW,
entre las plantas termoeléctricas más grandes de Suramérica. Ya en 1985
Venezuela tenía 16 millones de habitantes. La expansión hidroeléctrica del
Caroní (Guri I y II) fortalece la interconexión del Sistema Eléctrico Nacional
con líneas a 765 mil voltios (kV), se construyen las líneas Guri-Malena-San Gerónimo,
desde donde interconectan en 1978 con la SE Sur y el anillo de líneas que
alimentan Caracas desde las termoeléctricas del litoral”.
Credito: Ernesto García –
Contrapunto
Pero era predecible,
argumenta, que “sin inversiones en mantenimiento y reemplazo, sin profesionales
y trabajadores calificados, sin planificación y administración óptima de cargas
hidro-termo, sin infraestructura de expansión” Caracas “ya conozca no tener
electricidad continua y confiable”. Por eso “indigna entonces la criminalidad
intencional de Alí Rodríguez, y de los demás ejecutores que destruyeron en 15
años el magnífico Sistema Eléctrico venezolano, centenario. Por reducción al
absurdo, es una tarea criminal”, finaliza.
¿Qué divisa en medio de esta
situación, donde no existen acciones preventivas y de atención por parte del
gobierno y cuerpos de seguridad del Estado, ante cualquier accidente, daños
materiales y hasta ante la amenaza de la propia vida de los venezolanos por
causa de fallas eléctricas? ¿Qué debe hacer la población que se siente cada vez
más vulnerable?
—Sin electricidad no hay
bienestar ni bienes: hoy, en 2018, la oferta eléctrica es de 13.000 megavatios,
cuando la demanda eléctrica debe estar en 23 mil megavatios. En septiembre de
2015 murieron siete prematuritos en el Hospital Luis Razetti de Barcelona por
causa de una larga falla eléctrica y las incubadoras se enfriaron. Otro caso
sucedió ahora en febrero de 2018 en Guayana, en el Pediátrico Menca de Leoni,
donde la falla eléctrica duró un lapso de cuatro horas, no funcionó la planta
eléctrica y murieron seis recién nacidos. Existen otros casos de muertes en
clínicas y hospitales por fallas eléctricas. Son crímenes dolosos, causados por
criminales del socialismo XXI, y tengo para mí que son de infinito mayor daño
que las estafas eléctricas y blanqueo de capitales que desde Andorra nos
descubre la justicia internacional.
Estamos indefensos y solos
no podemos salir de esto –menos con esta clase política de oposición–. Hemos
llegado a un punto de asfixia. La población está cercada, castigada, azotada,
asesinada… Están muriendo prematuritos mientras nos estafan los Derwick, los
Villalobos, y se destruyen adrede las industrias, se obstruyen los pasos y se
atenta contra el bienestar y la vida de los venezolanos.
Fuente:
https://www.aporrea.org/actualidad/n322102.html
17-09-18
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