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domingo, 4 de diciembre de 2022

La economía venezolana en 2023 “pende de una licencia”, por @CorreodelCaroni


Por TalCual

Especialistas coincidieron al proyectar un crecimiento económico para el próximo año de un máximo de 12% a partir de la licencia de Chevron, anunciada el pasado 26 de noviembre por la OFAC.

Analistas señalaron que para estimar el comportamiento de la economía venezolana en 2023 se debía esperar por una decisión de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), organismo que depende del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que involucrara una flexibilización de las sanciones petroleras a Pdvsa o por lo menos una nueva licencia a Chevron con ampliaciones para operar.

Y no es para menos. La producción petrolera ha sido el principal motor de la actividad económica del país, por lo que luego de la debacle de Petróleos de Venezuela debido a años de desinversión y desvío de recursos, se sumió al país en una recesión de ocho años, la cual se profundizó con las sanciones de EE UU hacia la industria.

Es así como el gobierno de Joe Biden aprobó a la empresa norteamericana Chevron Corporation una licencia para expandir sus operaciones en Venezuela, tan pronto como el mismo sábado 26 de noviembre cuando se inició una nueva ronda de diálogo entre la administración de Nicolás Maduro y la oposición venezolana. Este 1 de diciembre vence la Licencia General 8 de Chevron, por lo que aumentaban las expectativas sobre el tema.

Esta medida del Departamento del Tesoro decidirá la suerte de la economía venezolana para el 2023 y, no solo en lo que ha producción petrolera se refiere, sino también en inflación, devaluación y consumo.

Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera, destacó que la ampliación de las operaciones de Chevron en el país, evidentemente contribuiría a incrementar la producción, pero no espera que sea una cifra significativa. A pesar de ello, sí podría llevar a la economía venezolana a una expansión de 8,7% para el próximo año. Sostuvo que si no se aprobaba la licencia a la petrolera norteamericana pues el crecimiento sería de 3,5%. Estas cifras, no obstante, resulta aún modesta si se toma en cuenta que el país perdió el 80% de su tamaño en un periodo de ocho años.

Entre las estimaciones de la consultora destaca un resultado de 14% para el sector petrolero local tras la medida de la OFAC, una producción promedio de 785 mil barriles diarios (b/d) y una exportación petrolera de 586 mil b/d, para un monto total de ingresos de 11.400 millones de dólares a un precio de 53 dólares el barril.

Las proyecciones de Síntesis Financiera coinciden con los cálculos de Ecoanalítica que señalaban un crecimiento para 2023 de 4% sin licencia y un máximo de 12% con la aprobación de la OFAC. “Creemos que en caso de que Estados Unidos otorgue una licencia a las empresas petroleras que permita ampliar sus operaciones en el país, Venezuela puede crecer entre 10% a 12%. Una desaceleración se dará si no se toman medidas y no se llega a acuerdos sobre la situación petrolera del país”, dijo recientemente Asdrúbal Oliveros, director de la consultora local.

Tamara Herrera recordó que muy posiblemente los recursos que obtenga Chevron por sus exportaciones de crudo estarán en $3.200 millones a razón de 78 dólares el barril, aproximadamente.

De no haberse aprobado la licencia con nuevos lineamentos, las cifras cambiaban drásticamente. En este sentido, la producción continuaría el declive que ha tenido en los últimos años, hasta 677 mil b/d en promedio para todo 2023, así como una exportación de 516 mil b/d y un ingreso de $9 mil millones a un barril fuertemente castigado por el descuento en 48 dólares.

“Al ampliarse la licencia a Chevron se observará mayor transparencia y mejores precios en el volumen exportado por esta empresa, pero también posibles externalidades positivas en la industria petrolera venezolana y, en consecuencia, una recuperación de las expectativas y un secuela de licencias a otras empresas”, afirmó Herrera.

A su juicio, la industria petrolera nacional “no ha sido capaz de sacar provecho” de la actual crisis energética mundial, en donde se ha generado altos precios de los combustibles.

La economía venezolana dejó de caer a partir de finales de 2021 y en 2022 se ha mantenido en tasas positivas, no obstante, para Herrera este año ha sido un período en el cual “se agotó y se metabolizó el conjunto de factores positivos que generaron la recuperación”. Entre esos factores señala, el fin de la pandemia, la flexibilización pragmática de la política económica en términos prácticos más no jurídicos.

“El efecto positivo del proceso de dolarización, por ejemplo, se detuvo debido a que el propio gobierno a principios del segundo trimestre introdujo la reforma del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, lo que trajo un retroceso en la dolarización”, dijo.

Sin licencia para la hiperinflación

Y es que el entorno económico mundial también tendrá un efecto sobre Venezuela en 2023. La directora de Síntesis Financiera señaló que la recesión global impactará sobre las remesas, las cuales han sido un factor determinante para el ingreso de los venezolanos. Para el próximo año, este factor de las remesas junto a la persistente inflación en la economía local, generará un menor consumo en los venezolanos.

“El ritmo en el volumen de las remesas hacia Venezuela se ha ido desacelerando debido a varios aspectos: las pésimas condiciones en las que están muchos migrantes actualmente, muchas familias se ha reencontrado fuera del país y por ende las necesidades de envíos son distintas y la recesión está afectando a todo el mundo”.

Por otra parte, recalcó como otro elemento importante que está cambiando es la celeridad con la que la velocidad de los aumentos salariales del sector privado están perdiendo fuerza, y por lo tanto “el consumo que es el motor que permite dinamizar la economía también está desacelerando”.

Sostuvo que un menor ingreso en divisas para el país y un entorno político que reclama más gasto público, acentuará el financiamiento monetario del déficit, responsable en gran medida del proceso de hiperinflación que vivió la población venezolana. Considera que los ingresos petroleros continúan en declive y por ende la herramienta clave que ha sido la intervención cambiaria se ha debilitado debido a la merma de los ingresos.

Explicó que la política antiinflacionaria de la administración de Nicolás Maduro agotó su eficacia, debido a que desacelerar el gasto público “se ha hecho inviable”, mientras que la recaudación tributaria en términos reales crece, pero es insuficiente. Por otra parte, dijo que las operaciones de mercado abierto del BCV (Títulos de Cobertura Cambiaria) no han aportado resultados positivos y “la indexación crea un dilema para el propio ente emisor”.

De lo positivo de la licencia para el mercado cambiario, es que al ampliar sus operaciones en el país, Chevron deberá vender parte de sus divisas que obtiene por las exportaciones para hacer frente a sus compromisos en bolívares, lo que aliviará la presión sobre la divisa norteamericana. Sin embargo, hay que recordar que el proceso de recuperación de los campos petroleros en el cual la empresa maneja junto a Pdvsa será lento, también deberá descontar de los ingresos por exportaciones lo que le adeuda su socio y el fisco no recibirá regalías o impuestos correspondientes a la actividad petrolera.

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