Francisco Fernández-Carvajal 29 de junio de 2022
@hablarcondios
— El
sacrificio de Isaac, imagen y figura del Sacrificio de Cristo en el Calvario.
Valor infinito de la Misa.
—
Adoración y acción de gracias.
—
Expiación y propiciación por nuestros pecados; impetración de todo aquello que
necesitamos.
I.
Leemos en el libro del Génesis1 cómo
Dios quiso probar la fe de Abrahán. Le había sido prometido que su descendencia
sería como las estrellas del cielo. El Patriarca ve el paso del
tiempo hasta llegar a una edad muy avanzada; y su mujer era estéril. Pero él
siguió creyendo en la palabra de Dios.
Yahvé
le había anunciado que tendría un hijo, y Abrahán lo creyó contra toda
esperanza; cuando al fin vino al mundo lo llamó Isaac, y cuando, ya
mayor, constituía el premio a su confianza, Dios, señor de la vida y de la
muerte, le mandó que lo sacrificara: Toma a tu hijo único, al que
quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en uno de los
montes que Yo te indicaré. Pero en el momento en que iba a sacrificar al
hijo amado, el Ángel del Señor le detuvo. Y oyó el Patriarca estas palabras
llenas de bendiciones sobreabundantes: Por haber hecho esto, por no
haberte reservado a tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus
descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus
descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los
pueblos del mundo serán bendecidos en tu descendencia, porque me has obedecido.