Opus Dei 11 de marzo de 2023
@OpusDeiVE
Evangelio del 3º domingo de Cuaresma
(Ciclo A) y comentario al evangelio.
Evangelio
(Jn 4,5-42)
Llegó
entonces a una ciudad de Samaría, llamada Sicar, junto al campo que le dio
Jacob a su hijo José. Estaba allí el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del viaje,
se había sentado en el pozo. Era más o menos la hora sexta.
Vino
una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo:
—Dame
de beber —sus discípulos se habían marchado a la ciudad a comprar alimentos.
Entonces
le dijo la mujer samaritana:
—¿Cómo
tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? —porque
los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús
le respondió:
—Si
conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le
habrías pedido a él y él te habría dado agua viva.
La
mujer le dijo:
—Señor,
no tienes nada con qué sacar agua, y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el
agua viva? ¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este
pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
—Todo
el que bebe de esta agua tendrá sed de nuevo —respondió Jesús—, pero el que
beba del agua que yo le daré, no tendrá sed nunca más, sino que el agua que yo
le daré se hará en él fuente de agua que salta hasta la vida eterna.
—Señor,
dame de esa agua, para que no tenga sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla
—le dijo la mujer.
Él le
contestó:
—Anda,
llama a tu marido y vuelve aquí.
—No
tengo marido —le respondió la mujer.
Jesús
le contestó:
—Bien
has dicho: «No tengo marido», porque has tenido cinco y el que tienes ahora no
es tu marido; en esto has dicho la verdad.
—Señor,
veo que tú eres un profeta —le dijo la mujer—. Nuestros padres adoraron a Dios
en este monte, y vosotros decís que el lugar donde se debe adorar está en
Jerusalén.
Le
respondió Jesús:
—Créeme,
mujer, llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis, nosotros adoramos lo que conocemos,
porque la salvación procede de los judíos. Pero llega la hora, y es ésta, en la
que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque
así son los adoradores que el Padre busca. Dios es espíritu, y los que le
adoran deben adorar en espíritu y en verdad.
—Sé
que el Mesías, el llamado Cristo, va a venir —le dijo la mujer—. Cuando él
venga nos anunciará todas las cosas.
Le
respondió Jesús:
—Yo
soy, el que habla contigo.
A
continuación llegaron sus discípulos, y se sorprendieron de que estuviera
hablando con una mujer. Pero ninguno le preguntó: «¿Qué buscas?, o ¿de qué
hablas con ella?» La mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y le dijo a la
gente:
—Venid
a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será él el Cristo?
Salieron
de la ciudad y fueron a donde él estaba.
Entretanto
los discípulos le rogaban diciendo:
—Rabbí,
come.
Pero
él les dijo:
—Para
comer yo tengo un alimento que vosotros no conocéis.
Decían
los discípulos entre sí:
—¿Pero
es que le ha traído alguien de comer?
Jesús
les dijo:
—Mi
alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra.
¿No decís vosotros que faltan cuatro meses para la siega? Pues yo os digo:
Levantad los ojos y mirad los campos que están dorados para la siega; el
segador recibe ya su jornal y recoge el fruto para la vida eterna, para que se
gocen juntos el que siembra y el que siega. Pues en esto es verdadero el refrán
de que uno es el que siembra y otro el que siega. Yo os envié a segar lo que
vosotros no habéis trabajado; otros trabajaron y vosotros os habéis aprovechado
de su esfuerzo.
Muchos
samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer que
atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho». Así que, cuando los
samaritanos llegaron a donde él estaba, le pidieron que se quedara con ellos. Y
se quedó allí dos días. Entonces creyeron en él muchos más por su predicación.
Y le decían a la mujer:
—Ya no
creemos por tu palabra; nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es en
verdad el Salvador del mundo.
Comentario
En su
viaje hacia Galilea, Jesús se detiene al pie del monte Ebal, junto a Sicar,
donde estaba el famoso pozo del patriarca Jacob, que era el orgullo de los
samaritanos. Esta región formó parte del Reino del Norte de Israel. Tras caer
en manos de los asirios (722 a. C.), la población terminó mezclándose con los
paganos llevados allí. Tiempo después, el rey judío Juan Hircano destruyó el
templo samaritano erigido en el Monte Garizim. Por eso, a pesar de su pasado
común, la enemistad entre judíos y samaritanos era centenaria (cfr. 2 R
17,34-40).
Pero
Jesús no tiene reparo en detenerse en Sicar. Cansado del camino y a la hora de
comer, el Maestro envía a sus discípulos a buscar alimentos y se sienta junto
al pozo a esperar. Es entonces cuando llega con su cántaro una samaritana, y se
inicia un diálogo y un encuentro entre dos anhelos, simbolizados en el agua, y
que se verán colmados: el anhelo divino de salvar a los hombres y la sed de
Dios que hay en ellos.
“Recoged
los ojos del alma y revivid despacio la escena –sugería san Josemaría−: (…) Es
conmovedor observar al Maestro agotado. Además, tiene hambre: los discípulos
han ido al pueblo vecino, para buscar algo de comer. Y tiene sed. Pero más que
la fatiga del cuerpo, le consume la sed de almas. Por esto, al llegar la
samaritana, aquella mujer pecadora, el corazón sacerdotal de Cristo se vuelca,
diligente, para recuperar la oveja perdida: olvidando el cansancio, el hambre y
la sed”[1].
“Dame
de beber”: el antiguo recelo judío hacia los samaritanos, que les retraía
incluso de hablarles y emplear sus utensilios[2], es quebrado por Jesús
al pedir ayuda con modestia a la sorprendida samaritana que llega con su
cántaro. Pero en realidad, era ella quien debería romper los prejuicios
centenarios para pedir lo que Jesús da: un agua mejor que la del famoso pozo de
Jacob, aunque ésta fuera muy abundante, pues sirvió para sus hijos e incluso
sus ganados. La mujer entiende la insinuación de Jesús: que Él es mayor que
Jacob y su pozo, y el agua que ofrece es maravillosa. La samaritana queda
entonces prendada de la idea que se forja de esa agua y pasa a pedirla, para no
tener nunca sed.
En el
Antiguo Testamento, “el agua viva” simboliza la acción de Dios (cfr. Jr 2,13;
Za 14,8; Ez 47,9). Y en realidad, Jesús es “el don de Dios” que la mujer ignora
y el agua viva que se hará en ella “fuente que salta hasta la vida eterna” es
la gracia espiritual. Por eso, Jesús prepara a la mujer para recibirla,
haciendo que reconozca su situación de pecado, con cinco maridos distintos. La
samaritana se interesa entonces por su relación con Dios y dónde adorarlo; y
tras la instrucción del Maestro, intuye la auténtica sed de su alma; menciona
ya al Mesías, descubre que lo tiene delante y va a anunciarlo a los suyos.
Este
célebre pasaje del evangelio de san Juan narra un itinerario de conversión
precioso provocado por Jesús. En cierto sentido, tiene un carácter universal y
todos podemos vernos reflejados en él. El papa Francisco comenta que “Jesús
tenía necesidad de encontrar a la samaritana para abrirle el corazón: le pide
de beber para poner en evidencia la sed que había en ella misma. La mujer queda
tocada por este encuentro: dirige a Jesús esos interrogantes profundos que
todos tenemos dentro, pero que a menudo ignoramos. También nosotros tenemos
muchas preguntas que hacer, ¡pero no encontramos el valor de dirigirlas a
Jesús! La cuaresma, queridos hermanos y hermanas, es el tiempo oportuno para
mirarnos dentro, para hacer emerger nuestras necesidades espirituales más
auténticas, y pedir la ayuda del Señor en la oración. El ejemplo de la
samaritana nos invita a expresarnos así: ‘Jesús, dame de esa agua que saciará
mi sed eternamente’”[3].
[1] San
Josemaría, Amigos de Dios, n. 176.
[2] Cfr. San Agustín, In Ioannem tract.,
13.
[3] Papa Francisco, Ángelus,
23 de marzo de 2014.
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/gospel/
Invitamos
a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo
electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura
recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo
electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los
enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes,
boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos
en el Blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico