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jueves, 21 de diciembre de 2023

Carlos Soublette: republicano y estadista ecuánime (I Parte), por @lagranaldea

RAFAEL ARRÁIZ LUCCA | 29 AGOSTO 2021

De muy buena escritura, con notable precisión y estilo, este hombre de uniforme patriota pero de oficio administrador, ocupó diferentes cargos de confianza no solo para su pariente, Bolívar, en tiempos de batallas, pertrechos, carencias y deudas con Europa, sino que se ganó la confianza de hombres de mando y poder como Páez y Miranda. Sus informes prolíferos en exactitud numérica y detalles, hablaban de la confiabilidad y honestidad de su autor. Carlos Soublette, quien más de una vez ante la solicitud de recursos por parte del Libertador, le respondió: “No hay”; hizo de su humildad su particular forma de ser, y su proceder fue garante de su desempeño administrativo y legislativo como pocos.

Carlos Soublette y Xérez de Aristeguieta nació en La Guaira el 15 de diciembre de 1789. Era hijo de un canario llamado Antonio Soublette y Piar (1761-1813) y de Teresa Xérez de Aristeguieta y Blanco (1763-1786); una de las “nueve musas” caraqueñas. Célebres por su belleza y su gracia, hijas de Miguel Xérez de Aristeguieta y Lovera Otáñez y Josefa Blanco y Herrera. Estas doncellas eran el sueño amatorio de los muchachos de su tiempo. Antonio era hijo de Martín Soublette, quien trasladado a Tenerife desde el País Vasco francés casó con Isabel María Piar y Lottyn. Como vemos, Soublette es un apellido del País Vasco francés.

De tal modo que en Carlos Soublette desemboca una larga tradición de la élite caraqueña, y un descendiente de un vasco francés y una canaria. Una combinación típica de su tiempo. Ocho hijos tuvieron don Antonio y doña Teresa, según señala su bisnieto: Isaac J. Pardo Soublette en su libro A la caída de las hojas. De ellos, Carlos fue el tercero. Se llamaban Antonio, Miguel, Isabel, Belén, Martín, Juan y Soledad.

En el árbol genealógico de Carlos Soublette se hayan muchos apellidos significativos de su tiempo y del porvenir. Tovar; Bolívar; Piar; O’Leary; Rodríguez del Toro; Palacios; Ribas; Blanco; Dalla Costa; Guzmán Blanco; Aristeguieta; Pardo; Becerra; Uslar; Hernáiz, por solo recordar algunos.

Carlos Valentín José de la Soledad Antonio del Sacramento Soublette y Xérez de Aristeguieta tuvo una larga y accidentadísima vida. Sumó 80 años, que para su tiempo era muy superior al promedio. En eso se parecen las vidas de José Antonio Páez (82), José Tadeo Monagas (84) y la de él, pero con improntas muy distintas, naturalmente. Soublette casó con María Olaya de los Dolores Buroz y Tovar (1788-1872) el 12 de febrero de 1812 y tuvieron a María Dolores (1812), Antonia (1823), Evaristo (1827), Teresa (1830), Carlos y Margarita Soublette Buroz, de quienes me ha sido imposible hallar sus fechas de nacimiento.

Carlos Soublette (1789-1870) prócer de la Independencia, político, militar, estadista y diplomático venezolano.

“Durante muchos años Bolívar y Soublette hicieron un tándem de excelentes resultados, suerte de Quijote y Sancho, donde Bolívar volaba y Soublette lo traía a tierra”

De la infancia de Soublette no es mucho lo que se sabe, pero se intuye por hechos posteriores. Por ejemplo, es fama que hablaba perfecto francés, con un acento impecable, y eso era fruto de haberlo aprendido de niño, en casa. Lo que nos lleva a pensar que tuvo una educación familiar razonable, como la que habían tenido sus padres. No obstante, no siguió estudios formales, lo que tampoco era extraño en los adolescentes de su estrato social (Simón Bolívar tampoco los siguió), ya que se les destinaba al servicio de las armas, como fue el caso del joven Soublette.

Sobre su formación y personalidad, afirma Rondón Márquez: “Carlos Soublette recibió una educación esmerada, que unida a su talento natural, su carácter discreto y la finura de sus modales que le venía de cuna, integraron aquel varón que por dondequiera que pasó, en su larga vida, dejó siempre la impresión del caballero perfecto” (Rondón Márquez, 1983:473).

Sus primeras actuaciones (1810-1814)

El joven Soublette formó parte de la Sociedad Patriótica que crearon en Caracas, Francisco de Miranda y Simón Bolívar a finales de 1810. Entonces, ya era un muchacho alto (1,84) y callado, más tímido que elocuente, según abundantes testimonios acerca de su personalidad. Y, después del 19 de abril de este año, se incorpora a la milicia como “Portaestandarte de un batallón de caballería disciplinada” en Caracas.

Luego, cuando ya Miranda está en Venezuela, a partir de diciembre de 1810, pide que le pongan a su servicio a alguien que sepa leer y escribir bien, y le envían a Soublette, con quien se entiende de inmediato y advierte su fluido dominio del francés. El 11 de enero de 1811 es ascendido a teniente. La escritura diáfana del joven le sigue abriendo caminos. Participa en la Campaña de Valencia donde Miranda reduce a los realistas, y luego en las campañas contra Monteverde en 1812, siempre al lado del anciano veterano.

Simón Bolívar, El Libertador (1783-1830).

La noche del 31 de julio de 1812 cuando Miranda es hecho preso en La Guaira, es Soublette quien está con él en su condición de asistente. Entonces, según Isaac Pardo Soublette, quedó preso en las mazmorras de La Guaira, hasta que fue liberado a principios de 1813, y se suma a la llamada Campaña Admirable y, de hecho, combatió en Bárbula (30 septiembre) y en Las Trincheras (3 de octubre), y ya para finales de año lo hallamos como asistente de su pariente José Félix Ribas.

Luego, lo tenemos en la Batalla de La Victoria, con José Félix Ribas, el 12 de febrero de 1814, y después en la defensa de San Mateo, donde es dado de baja su hermano Juan Soublette. Estará presente en las Batallas de Carabobo, La Puerta, Las Cocuizas, Antímano y Aragua de Barcelona. Ese año trágico de 1814 está entre quienes protagonizan La Emigración a Oriente, en la que van también en la caravana desdichada sus tías Belén, María Antonia y Manuela Xérez de Aristeguieta, con hijos y consortes, algunas.

En Haití y vuelta a la Guerra (1815-1818)

Lo hallamos en Cartagena en 1815, después de haber estado en campaña en Margarita, en la secuela de la Emigración a Oriente. Por otra parte, poco tiempo después de su desembarco en Carúpano, Pablo Morillo le pone sitio a Cartagena a partir del 22 de agosto y hasta el 6 de diciembre. Allí resisten durante estos meses Manuel Castillo; José Francisco Bermúdez; Tomás Montilla; Lino de Pombo; los hermanos Gutiérrez de Piñeres; José Prudencio Padilla; Pedro León Torres; Diego Ibarra; Antonio José de Sucre, y Carlos Soublette, entre otros, hasta que abandonan la ciudad, exhaustos y derrotados. La cifra se acerca a 6.000 muertos y los que sobrevivieron lo hicieron en la inopia, azotados por las pestes. De los 2.000 que lograron evacuar por vía marítima la ciudad, sobrevivieron 600, y algunos alcanzan a llegar a Haití, donde fueron acogidos por Alexandre Pétion, entre ellos Soublette.

Llega Soublette a Haití a finales de 1815 y de inmediato se suma a las reuniones preparatorias de la célebre “Expedición de Los Cayos” que zarpó el 31 de marzo de 1816. Antes de partir, es ascendido a coronel. De la expedición forman parte Santiago Mariño; Manuel Carlos Piar; Gregor MacGregor; José Antonio Anzoátegui; Bartolomé Salom; Ambrosio Plaza; Pedro Briceño Méndez, el general franco-prusiano Ducoudray Holstein, quien provenía del sitio de Cartagena y, por supuesto, el curazoleño animador de la aventura: Luis Brión. Siete goletas se hacen a la mar, después de que Bolívar en consejo tuvo que imponer, otra vez, su primacía. Antes de recalar en Juan Griego el 3 de mayo, libran un breve combate naval frente a los islotes de Los Frailes, del que salen bien librados.

Carlos Soublette (1789-1870) prócer de la Independencia, político, militar, estadista y diplomático venezolano.

“Una vez ganada la Batalla de Carabobo, Bolívar se ausenta por seis años del Departamento de Venezuela. Soublette es designado Vicepresidente de la República con jurisdicción en Venezuela y luego Intendente”

En Margarita estuvo la expedición hasta el 31 de mayo cuando zarpan con destino a Carúpano. Desde allí Mariño es enviado a tomar Güiria; Piar es destinado a Maturín, y Bolívar envía mensajes a Monagas, Zaraza, Cedeño y Rojas notificándoles su llegada. Antes, en Margarita, Bolívar ha sido reconocido como jefe supremo el 7 de mayo, de modo que su autoridad está ratificada, una vez más.

El 1 de julio Bolívar decide moverse hacia Ocumare de la Costa, allá llega el 6 del mismo mes. Envía a Soublette a tomar los valles de Aragua y este es avistado por las tropas de Tomás Morales. Bolívar recibe información en Ocumare y advierte la precariedad de su situación y, ante la posibilidad de perder la vida, se embarca a toda prisa hacia Bonaire, el 15 de julio. Allí se reúne con Brión y deciden intentar de nuevo el desembarco y al acercarse a Choroní advierten que el puerto está ocupado y recalan al lado, en Chuao, pero no hay nadie. Alzan velas y se van a Güiria.

Los que han quedado en tierra, Carlos Soublette y Gregor MacGregor, acosados por los realistas regresan a Choroní, y luego avanzan por el centro del país con rumbo a Oriente, buscando unirse a los ejércitos patriotas de Mariño y Bermúdez. Soublette reconoce el mando de MacGregor y van avanzando con pequeñas victorias, sumando soldados hasta llegar a contar casi 2.000. Así fue como se enfrentaron a Morales y López, ya en Oriente y con el respaldo de Monagas, Anzoátegui y Zaraza. Luego, se les suma Piar con su ejército y, entre todos, les propinan una derrota a los realistas en El Juncal el 26 de septiembre de 1816, comandados por Piar.

Francisco de Miranda (1750-1816).

Bolívar regresa de su segundo exilio en Haití (expulsado del país por sus adversarios internos) y está en Margarita a finales de 1816. Entonces, Soublette es ascendido a general de Brigada por sus actuaciones en aquel difícil año de 1816. El siguiente (1817), lo tenemos en campaña a las órdenes de Bolívar, y participa en las Batallas de Unare, Casacoima y en el sitio de Angostura. En la Batalla de Unare es herido su hermano Martín y fallece pocos días después, es el segundo de sus hermanos que muere en combate.

Ahora viene la tragedia de Piar. Es hecho preso y Bolívar ordena un juicio, y designa fiscal acusador a Carlos Soublette. Un tema familiar complejo para él. Su padre, Antonio Soublette Piar, era hijo de Isabel María de Piar y Lottyn, hermana de Fernando Piar Lottyn, padre de Manuel Carlos Piar. De tal modo que Antonio Soublette y Manuel Piar eran primos hermanos. Por otra parte, Fernando Galindo es el defensor. El Consejo de Guerra que lo juzga está integrado por, Brión, Anzoátegui, Torres, Ucrós, Carreño, Piñango y Conde. Piar fue fusilado el 16 de octubre de 1817.

En 1818 Soublette está en campaña con Bolívar. Batalla en El Sombrero, El Rastro, La Puerta y en el Rincón de los Toros, donde tiene lugar el atentado contra la vida del Libertador. En febrero de 1819 Soublette está en Angostura, pero no forma parte de los diputados que conforman el Congreso y aprueban la Constitución Nacional de 1819. Es evidente que Bolívar lo quería en labores militares, y de hecho es el redactor de casi todas las órdenes castrenses que emanan desde el cuartel general de Angostura. Soublette escribía muy bien, con notable precisión y donaire. Basta leer los informes.

En Nueva Granada y vuelta a Venezuela (1819-1821)

Los días previos al comienzo de la marcha que lleva a la conquista de Nueva Granada, el 26 de mayo de 1819, Bolívar reorganiza su ejército en función de lo que se propone. Soublette continúa como jefe del estado mayor; a Páez se le ordena distraer a Morillo avanzando hacia Cúcuta, pero finalmente no lo hace y permanece dominando sus predios; Anzoátegui es jefe de la retaguardia; Bermúdez, Monagas, Cedeño y Zaraza quedan en Oriente; Torres queda en el bajo Apure; Mariño permanece en Angostura; Pedro Briceño Méndez sigue al Libertador como secretario. Santander los espera en Casanare y va a encabezar la vanguardia.

José Antonio Páez (1790-1873).

Como sabemos, el Ejército Libertador vence en la Batalla del Pantano de Vargas (25 de julio) y en Boyacá (7 de agosto) y será el Jefe del Estado Mayor, Soublette, quien escriba el texto del “Boletín del Ejército Libertador de la Nueva Granada”. Allí afirma: “Nada es comparable a la intrepidez con que el general Anzoátegui, a la cabeza de dos batallones y un escuadrón de caballería, atacó y rindió el cuerpo principal del enemigo. A él se debe en gran parte la victoria. El señor general Santander dirigió sus movimientos con acierto y firmeza. Los batallones Bravos de Páez y 1° de Barcelona, y el escuadrón del Llano Arriba combatieron con un valor asombroso. Las columnas de Tunja y el Socorro se reunieron a la derecha al decidirse la batalla. En suma, su Excelencia ha quedado altamente satisfecho de la conducta de todos los jefes, oficiales, soldados del Ejército Libertador en esta memorable jornada” (Grases-Pérez Vila, 1963: tomo 3: 89).

Entran Bolívar, Santander, Anzoátegui y Soublette triunfantes a Bogotá el 10 de agosto de 1819 y, como es sabido, cambió todo el panorama para las fuerzas libertadoras. Luego, Soublette viaja a Cúcuta, Apure y Angostura. El 1o de mayo de 1820 es ascendido a general de división por sus servicios prestados en los hechos recientes de la campaña de Nueva Granada. Tiene 31 años, y nueve prestando servicios militares, desde que el general Miranda lo escogió como su asistente en 1811.

Sin embargo, no será por sus destrezas militares por las que se destaque más el general Soublette, sino por sus habilidades administrativas. En 1828, en el Diario de Bucaramanga, Bolívar las reconoce: “Tiene un espíritu de orden y de pormenores que le impide subir hasta las altas concepciones y ser propio para grandes cosas; de él nunca podría salir un Napoleón, sino sólo un Berthier. Es un gran trabajador y tiene el talento y el gusto de la burocracia; posee facilidad y buen método para el despacho, un gran conocimiento de las ordenanzas militares y, en fin, es un buen administrador” (Bolívar, 2010: 275).

Manuel Carlos Piar (1774-1817).

Lo cierto es que Soublette en su vida llegó más alto de lo que Bolívar sospechaba. De sus palabras se desprende cierto desprecio, pero también reconocimiento de sus habilidades. De hecho, durante muchos años Bolívar y Soublette hicieron un tándem de excelentes resultados, suerte de Quijote y Sancho, donde Bolívar volaba y Soublette lo traía a tierra. Abundan comunicaciones donde Bolívar le solicita recursos al administrador militar Soublette, y este responde: “No hay”.

Además, no es posible olvidar que los manejos administrativos de Soublette fueron impolutos. Basta observar la precariedad de su vida económica para comprobarlo. Contaba con mucha prosapia familiar, pero escasísimos recursos. Quizás por ello, Bolívar lo tenía como muy tacaño. Señala: “Creo que la avaricia es la pasión dominante del general Soublette, que aquel vicio es el que lo conduce y el que dirige todos sus cálculos y acciones” (Bolívar, 2010: 275). No olvidemos que Soublette responde por una nutrida familia: esposa, hijos, tías, hermanas, todos empobrecidos hasta la inopia por la guerra.

En Caracas, Vicepresidente e Intendente (1821-1824)

Una vez ganada la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, Bolívar se ausenta por seis años del Departamento de Venezuela. Soublette es designado Vicepresidente de la República con jurisdicción en Venezuela y luego Intendente. El 30 de noviembre de 1821 escribe un informe al Secretario de Guerra y Marina en Bogotá. Afirma: “Para dar esta aptitud militar al Departamento que me está confiando se necesita de todo porque nada hay. Nuestros depósitos están agotados, nuestro tesoro no existe, el Ejército en esta provincia está reducido a cuatro batallones casi desnudos… nuestro comercio, única fuente de recursos para nuestro erario, está en decadencia y probablemente no se aumentará mientras no ofrezcan más seguridad nuestras costas y mientras en el cálculo de la política europea no aparezcan estables nuestras instituciones” (Grases-Pérez Vila, 1963: tomo 3, 328-329).

Días después, el Vicepresidente Santander expide un decreto donde centraliza el mando militar en Soublette, señalando: “El general de división Carlos Soublette, Intendente del Departamento de Venezuela, queda autorizado para ocurrir a la conservación y defensa de los tres dichos Departamentos, ejerciendo en ellos y en sus respectivos Intendentes la autoridad militar y civil competente” (Grases-Pérez Vila, 1963: tomo 3, 336).

“Carlos Soublette recibió una educación esmerada, que unida a su talento natural, su carácter discreto (…) dejó siempre la impresión del caballero perfecto”

— Afirma Rondón Márquez

Por su parte, Soublette tenía conciencia del desafío, así se lo hace saber por carta a Bolívar. Afirma: “Me deja usted en Venezuela, y usted sabe que yo no puedo conducir este mundo. Para mayor alivio quedan Páez y Mariño con grandes mandos militares, independientes uno del otro, y sujetos a Dios, porque usted nada me ha dicho” (Burguera, 2006: 64). No deja de ser muy curiosa la actitud de Soublette. Es de una humildad extrema, tanta que uno se pregunta cómo podía expresarla así y seguir recibiendo el respaldo de su superior jerárquico. Necesariamente se conocían muchísimo este par de parientes Bolívar-Soublette, y quizás por ello el Libertador sabía valorar a un hombre tan atípico, tan extraño.

En 1824 Soublette es designado comandante general del Magdalena por Santander, y allí estuvo durante este año. Luego, es requerido en Bogotá y va a estar allá durante dos años y unos meses, desempeñando tareas de la mayor importancia.

En Bogotá, Secretario de Guerra y Marina (1825-1828)

Es designado Secretario de Guerra y Marina el 3 de marzo de 1825, en sustitución de Pedro Briceño Méndez. Su superior jerárquico inmediato es el Vicepresidente Santander, Bolívar sigue en la epopeya del sur. La Memoria de la Secretaría de Guerra que presenta Soublette es prolija y pormenorizada, como suelen ser sus informes. En ella da cuenta de todas las vicisitudes castrenses de 1825 con fecha 7 de enero de 1826. Tres meses después, 18 de abril, Soublette presenta la Ley Orgánica Militar, y el 3 de mayo la Ley Orgánica de la Milicia Marinera. Su actividad administrativa y legislativa no cesa. En noviembre está presentando la Organización de las Milicias Cívicas Auxiliares. Ya el 16 de febrero de 1827 presenta la Memoria del año que concluyó: un informe extenso y meticuloso de realizaciones detalladas.

Santiago Mariño Carige (1788-1854).

Todo el año de 1827 estuvo Soublette al frente de la Secretaría. Bolívar regresa a Bogotá en julio de este año y Soublette continúa al frente del despacho hasta el 3 de marzo de 1828, cuando lo sustituye el general Rafael Urdaneta. Bolívar decide que el destino de Soublette sea Venezuela, donde ha designado al general Páez como jefe superior de Venezuela el 5 de julio de 1827, antes de regresar a Bogotá. Pero la llegada de Soublette y familia a Caracas ocurre en agosto de 1828, después de la Convención de Ocaña.

Jefe del Estado Mayor del Departamento del Norte y Diputado (1828-1830)

El regreso a Caracas supuso la reanudación de sus relaciones con el “hombre fuerte” de Venezuela: Páez. Muy pronto, Soublette entiende la situación in situ y se suma al movimiento separatista encabezado por Páez. Es electo diputado en el Congreso Constituyente de Valencia, en la Casa de La Estrella, donde se refundó la República de Venezuela. Representa a la provincia de Carabobo. Ha debido “tragar grueso” al escuchar no pocos ditirambos en contra de Bolívar, su pariente y amigo.

En Caracas, Secretario de Guerra y Marina (1830-1835)

El 13 de enero de 1830 el Jefe Civil y Militar de Venezuela, José Antonio Páez, mediante decreto forma Gobierno. El Secretario de Guerra y Marina será el general Carlos Soublette. Allí estará hasta octubre, cuando sustituya a Miguel Peña en la presidencia del Congreso Constituyente. Luego, cuando este ente concluya sus trabajos y se apruebe la Constitución Nacional de septiembre de 1830, y se elijan nuevos poderes con base en la nueva Carta Magna, Soublette regresará a la Secretaría de Guerra y Marina. Al frente de ella estuvo todo el gobierno del general Páez (1831-1835) y, cuando el doctor José María Vargas gana las elecciones a las que se presentó también Soublette y comienza a gobernar, designa a Francisco Hernáiz como Secretario de Guerra y Marina. Antes, en diciembre de 1834, Soublette había sido designado por Páez como Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario a Europa. Viaja a Londres.

Embajador en Inglaterra y España (1835-1837)

Páez quiere que Soublette avance en la redacción del tratado de reconocimiento de la Independencia de Venezuela por parte de España y, además, que enfrente el tema de la deuda con Gran Bretaña. Allá va a servirle de secretario Daniel Florencio O’Leary, quien habla perfectamente inglés y es su cuñado, ya que había casado en Bogotá con Soledad Soublette y Xérez de Aristiguieta en 1828, y estaba allá desempeñando el cargo con Mariano Montilla, a quien sustituye Soublette. El viaje lo facilita sir Robert Ker Porter a pedido de Páez, quien le ruega que detenga el barco que sale para Inglaterra durante dos días en La Guaira para que Soublette pueda embarcarse. Así fue.

Tomado de:

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