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sábado, 19 de octubre de 2024

¿Es Venezuela víctima de una guerra híbrida? (I), por Miguel Méndez Fabbiani


Miguel Méndez Fabbiani 18 de octubre de 2024

El concepto de guerra ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia, y la noción tradicional de conflicto entre naciones ha dado paso a formas de enfrentamiento más complejas.

Este artículo intenta explorar el concepto novedoso de guerra híbrida, esta es una estrategia que difumina sistemáticamente las fronteras entre la guerra y la paz, y sus implicaciones para la seguridad internacional.

La guerra ruso-ucraniana (2014-2024) y el enfoque chino de la guerra híbrida, en particular en relación con Taiwán y el Mar de China Meridional sirven como casos de estudio, para ilustrar la aplicación práctica de este concepto bélico en la Venezuela contemporánea.

La guerra híbrida combina métodos convencionales y no convencionales, como operaciones militares, guerra cibernética, campañas de desinformación y presión económica.

La guerra no lineal, por otra parte, se refiere a una estrategia que altera el campo de batalla tradicional, dificultando la distinción entre combatientes y civiles o entre tiempos de guerra y tiempos de paz.

Estas estrategias se han vuelto cada vez más frecuentes en el siglo XXI, a medida que los actores estatales y no estatales, buscan obtener ventajas estratégicas sin recurrir a una evidente guerra convencional a gran escala.

La guerra ruso-ucraniana es un claro ejemplo de estas tácticas en acción.

El conflicto, que comenzó con la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, se ha caracterizado por una combinación de operaciones militares tradicionales, ciberataques y guerra de información en los medios de comunicación.

La guerra moderna también se ha caracterizado por su naturaleza no convencional, en la que las líneas del frente y el estado de guerra y paz, muy a menudo se difuminan y son enteramente imperceptibles.

El enfoque de China para la guerra híbrida, en particular en relación con Taiwán y el Mar de China Meridional, ofrece otra perspectiva sobre estas estrategias.

Los teóricos militares chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui, en su obra “Guerra sin restricciones”, han esbozado un amplio panorama de este conflicto, que incluye no sólo acciones militares, sino también medios económicos, informativos y otros medios no militares.

Esta visión, evidente en las acciones de China en el Mar de China Meridional hacia Taiwán, refleja un cambio geo-estratégico que nos impone una guerra híbrida y no lineal.

Este artículo dividido en varias entregas tiene como objetivo explorar estas realidades en profundidad, examinando la naturaleza de la guerra híbrida y no lineal, y sus implicaciones para el futuro de la nación venezolana.

Al hacerlo, buscamos proporcionar otro enfoque estrategico y una comprensión integral de estas formas complejas y cambiantes de guerra.

La guerra híbrida y no lineal representa dos de los avances más significativos en materia de conflictos y guerra en el siglo XXI.

Su complejidad y fluidez, caracterizan estas formas de guerra y la difuminación de las líneas tradicionales entre combatientes y civiles, y sobre todo entre dos contrasentidos inexistentes: guerra y paz.

La guerra híbrida es un tipo de conflicto que combina métodos convencionales y no convencionales, en ella pueden incluirse: operaciones militares, guerra cibernética, campañas de desinformación, y presión económica.

Esta forma de guerra postmoderna no se limita a una única forma, ruta o dimensión; y puede implicar una combinación de tácticas regulares e irregulares en todas las dimensiones de la guerra.

El término “guerra híbrida” se ha utilizado desde 2005, cuando se empleó para describir la estrategia utilizada por Hezbolá en la guerra del Líbano de 2006.

Por otra parte, la guerra no lineal altera el campo de batalla tradicional, lo que dificulta la distinción entre combatientes y civiles o entre tiempos de guerra y tiempos de paz.

Esta forma de guerra utiliza un enfoque de gran estrategia, en el que el conflicto entre fuerzas no es el objetivo principal, sino que el objetivo es crear una situación compleja y fluida que explote las debilidades del oponente.

Varios factores, entre ellos los avances tecnológicos, la creciente interconexión del mundo, y la naturaleza cambiante de las amenazas inminentes, han impulsado el auge de la guerra híbrida y no lineal.

Estas formas de acción permiten a los actores estatales y no estatales obtener ventajas estratégicas sin recurrir a una guerra convencional a gran escala.

Sin embargo, también plantean importantes desafíos para la seguridad internacional, ya que estas confrontaciones no declaradas, pueden ser difíciles de detectar y contrarrestar, ya que además tienen efectos de largo alcance en el tejido político, económico y social de las sociedades víctimas de ellas.

En las siguientes secciones, profundizaremos en estos conceptos y exploraremos sus implicaciones a través de la opacada lente de la guerra ruso-ucraniana, y el enfoque de China sobre la guerra híbrida en Taiwán y el Mar de China Meridional.

Dr. Miguel Méndez Fabbiani

Director del Centro Internacional de Derechos Humanos, Justicia y Libertad.

 


 

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