Ángel R. Lombardi Boscán 17 de noviembre de 2022
Bolívar
fue un exitoso militar en la guerra porqué la ganó y un pésimo político en la
paz. Nos interesa lo primero. Además, su formación militar fue en la «calle» y
no académica. Leyó algunos tratados militares clásicos de su tiempo más su gran
perspicacia la obtuvo a través de la escuela de la adversidad. Bolívar fue mil
veces derrotado y siempre se levantó desde el fango para seguir insistiendo en
la victoria final, su victoria, ya que el celo propio de una ambición desmedida
estaba en su genética y talló su voluntad.
No creemos que Bolívar haya leído a Sun Tzu y su tratado «El arte de la guerra» que pudo haber sido escrito en los muy remotos siglos V o VI a.c. de la ancestral civilización china. Aun así es evidente que muchas de sus sentencias y recomendaciones las puso en práctica en nuestra Guerra de Independencia entre los años 1810 y 1823.
«La
victoria es el principal objetivo de la guerra. Si se pospone demasiado, las
armas se embotan y la moral decae. Cuando las tropas ataquen a las ciudades
estarán en el límite de sus fuerzas». Bolívar hizo de la guerra el medio para
alcanzar la «liberación nacional». Ponemos esto entre comillas porqué es una
afirmación nuestra anacrónica. Hoy decimos «liberación nacional» ante un poder
colonizador aunque en su momento la guerra tuvo muchos significados diferentes,
desde la guerra civil hasta la guerra popular; desde la guerra inter provincial
hasta la guerra internacional.
«Si el
ejército emprende campañas prolongadas, los recursos del Estado no alcanzarán».
Bolívar y sus partidarios entre 1810 y 1819 no tenía Estado y mucho menos
recursos para sostener una guerra prolongada contra las fuerzas de la Monarquía
hispánica en Venezuela. Sus ejércitos y recursos fueron obtenidos
principalmente a través del saqueo de las propiedades de los realistas o de la
ayuda obtenida de la Nueva Granada (1813) o Haití (1816). Más que ejércitos, en
ésta fase del conflicto, Bolívar fue un jefe guerrillero y de guerrillas.
«Un
ataque puede carecer de ingenio, pero es necesario que se realice con la
velocidad del relámpago». En esto Bolívar siempre destacó y quizás fue su
principal marca de la casa. La Campaña Admirable del año 1813 fue admirable por
la velocidad de sus operaciones y el gran éxito haciendo uso de la sorpresa y
economía en los medios militares.
Cuando
a Bolívar le tocaba perder, siempre se rehacía. Y esto desconcertó siempre a
sus enemigos. La ofensiva fue su principal línea de acción militar y el
fundamento de su éxito.
«El
general competente busca que sus tropas se alimenten del enemigo, porque un
quintal de víveres arrebatado al enemigo equivale a veinte de los suyos, medio
quintal de forraje del enemigo, a diez quintales del suyo». Tanto realistas
como republicanos se abastecieron del enemigo por carecer de recursos propios
en abundancia. Razón por la cual el vandalismo, pillaje, secuestros y saqueos
fueron la real Intendencia de unos y otros.
«Se
saquea al enemigo porque se codician sus riquezas». En nuestra Independencia la
guerra fue un espacio para alcanzar el ascenso social a través de la violencia.
En el año 1814 hubo una rebelión popular bajo el liderazgo de José Tomás Boves
acaudillando a llaneros y pardos en contra del sector dirigente colonial blanco
formado por los blancos criollos pudientes. Grupo social, por cierto, al que
perteneció Simón Bolívar.
Ángel
R. Lombardi Boscán
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