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viernes, 18 de noviembre de 2022

Simón Bolívar y El arte de la guerra de Sun Tzu, por @LOMBARDIBOSCAN


Ángel R. Lombardi Boscán 17 de noviembre de 2022

@LOMBARDIBOSCAN

Bolívar fue un exitoso militar en la guerra porqué la ganó y un pésimo político en la paz. Nos interesa lo primero. Además, su formación militar fue en la «calle» y no académica. Leyó algunos tratados militares clásicos de su tiempo más su gran perspicacia la obtuvo a través de la escuela de la adversidad. Bolívar fue mil veces derrotado y siempre se levantó desde el fango para seguir insistiendo en la victoria final, su victoria, ya que el celo propio de una ambición desmedida estaba en su genética y talló su voluntad.

No creemos que Bolívar haya leído a Sun Tzu y su tratado «El arte de la guerra» que pudo haber sido escrito en los muy remotos siglos V o VI a.c. de la ancestral civilización china. Aun así es evidente que muchas de sus sentencias y recomendaciones las puso en práctica en nuestra Guerra de Independencia entre los años 1810 y 1823.

«La victoria es el principal objetivo de la guerra. Si se pospone demasiado, las armas se embotan y la moral decae. Cuando las tropas ataquen a las ciudades estarán en el límite de sus fuerzas». Bolívar hizo de la guerra el medio para alcanzar la «liberación nacional». Ponemos esto entre comillas porqué es una afirmación nuestra anacrónica. Hoy decimos «liberación nacional» ante un poder colonizador aunque en su momento la guerra tuvo muchos significados diferentes, desde la guerra civil hasta la guerra popular; desde la guerra inter provincial hasta la guerra internacional.

«Si el ejército emprende campañas prolongadas, los recursos del Estado no alcanzarán». Bolívar y sus partidarios entre 1810 y 1819 no tenía Estado y mucho menos recursos para sostener una guerra prolongada contra las fuerzas de la Monarquía hispánica en Venezuela. Sus ejércitos y recursos fueron obtenidos principalmente a través del saqueo de las propiedades de los realistas o de la ayuda obtenida de la Nueva Granada (1813) o Haití (1816). Más que ejércitos, en ésta fase del conflicto, Bolívar fue un jefe guerrillero y de guerrillas.

«Un ataque puede carecer de ingenio, pero es necesario que se realice con la velocidad del relámpago». En esto Bolívar siempre destacó y quizás fue su principal marca de la casa. La Campaña Admirable del año 1813 fue admirable por la velocidad de sus operaciones y el gran éxito haciendo uso de la sorpresa y economía en los medios militares.

Cuando a Bolívar le tocaba perder, siempre se rehacía. Y esto desconcertó siempre a sus enemigos. La ofensiva fue su principal línea de acción militar y el fundamento de su éxito.

«El general competente busca que sus tropas se alimenten del enemigo, porque un quintal de víveres arrebatado al enemigo equivale a veinte de los suyos, medio quintal de forraje del enemigo, a diez quintales del suyo». Tanto realistas como republicanos se abastecieron del enemigo por carecer de recursos propios en abundancia. Razón por la cual el vandalismo, pillaje, secuestros y saqueos fueron la real Intendencia de unos y otros.

«Se saquea al enemigo porque se codician sus riquezas». En nuestra Independencia la guerra fue un espacio para alcanzar el ascenso social a través de la violencia. En el año 1814 hubo una rebelión popular bajo el liderazgo de José Tomás Boves acaudillando a llaneros y pardos en contra del sector dirigente colonial blanco formado por los blancos criollos pudientes. Grupo social, por cierto, al que perteneció Simón Bolívar.

Ángel R. Lombardi Boscán

@LOMBARDIBOSCAN



  

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