XAVIER COLÁS 07 de noviembre de 2022
Ante
las amenazas a la democracia mundial, más de un centenar de activistas,
opositores y líderes de 40 países se reúnen esta semana en Lituania para
construir una alianza para la libertad
La
unión hace la fuerza. O, en palabras del líder opositor venezolano Leopoldo
López, "ante el opresor, nuestra actitud, nuestro espíritu, no
pueden ser la de una víctima". Los enemigos de las dictaduras se han
conjurado en Vilna, la capital de Lituania con
un mensaje optimista pero sobre todo combativo.
Durante este año, activistas de Hong Kong, Venezuela, Cuba, Irán, Rusia, Bielorrusia y muchos otros han organizado protestas violentas a favor de la democracia. Pero estos disidentes y los movimientos por la libertad suelen estar aislados y no pueden articular globalmente su desafío a los gobiernos autoritarios. El World Liberty Congress que se celebra en Vilna estos días se centra en la lucha contra las dictaduras y en los mayores desafíos que enfrenta la democracia hoy. "No podría ser más apropiado el lugar y el momento, la frontera física entre la democracia y el despotismo", dijo el viceministro de Lituania, Mantas Adomenas, en su discurso de bienvenida. Le escuchaban activistas de África, Asia, América, Oriente Medio y Europa. Algunos de ellos han viajado en secreto.
Los
regímenes autoritarios cooperan, cometiendo crímenes y agrediendo a estados
vecinos y sus propias sociedades. Y también alterando el orden internacional
basado en reglas. "Vilna se ha convertido en un refugio para la
gente que lucha por la libertad", constató en el discurso inaugural el
campeón de ajedrez y disidente ruso Garry Kasparov, que decidió exiliarse después de varios
choques con la policía rusa en manifestaciones. En su solapa lucía un pin con
la bandera rusa a la que le faltaba la franja inferior, la roja,
quedando blanco azul y blanco: "Es una nueva bandera, sin la sangre que
desgraciadamente están derramando mis compatriotas en Ucrania, y
espero que un día la vean como bandera oficial".
"Estamos
viviendo un momento interesante, no se trata sólo de nosotros los que venimos
de países donde hay opresión, los países democráticos también están
sufriendo esas amenazas y nos miran a nosotros en busca de
respuestas", afirmó Kasparov. "Todo país en el que la libertad está
en peligro debe ser nuestra causa común, porque ahora nos conocemos pero
estamos divididos, mientras que los dictadores trabajan entre ellos, saben que
si uno cae el otro también... y yo quiero que hagamos lo mismo".
Uno de
los principales asuntos que los participantes del foro buscarán responder
es cómo ayudar a los activistas defensores de los derechos humanos,
así como a los medios independientes que operan en países autocráticos.
"Igual que las mujeres y las jóvenes estudiantes de Irán lideran su revolución, nosotros tenemos que liderar la
nuestra, y estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros, porque
somos los buenos, luchando por librarnos de los dictadores", arengó
Masih Alinejad, la conocida activista iraní, a los presentes, que tratarán
durante tres días sobre la lucha contra los abusos de las tiranías. El foro
reúne a activistas por la democracia de todo el mundo. "La esperanza muere
con el tiempo, por eso tenemos que trabajar sobre ella aquí", añadió Omar
Alshogre, activista sirio y refugiado en Suecia.
FINANCIAR
MEJOR Y DAR VOZ A LOS PRESOS
En la
cita se han formado grupos de trabajo para mejorar el desempeño de los
opositores en todo el mundo. El venezolano Leopoldo
López, que pasó cuatro años en prisión, es uno de los impulsores de esta
ambiciosa plataforma. Una comisión explorará cómo mejorar la financiación de
plataformas opositoras. Otra buscará fórmulas para dar voz a los presos
políticos. "Los autócratas colaboran entre ellos, diplomáticamente,
tienen acuerdos internacionales para esconder el dinero de los que les
desafían, tienen acuerdos para destruir la reputación de la gente, aprenden los
unos de los otros", recordó López, que pidió hacerles frente con un
esfuerzo similar.
"Estamos
trabajando en una agenda para entrenar a millones de personas para que tomen
las calles", anunció. "La mitad de la gente que está en esta sala ha
estado detenida alguna vez. Los prisioneros políticos están muchas veces
olvidados, y nosotros queremos dar la cara por ellos y por sus familias, darles
capacidad de comunicación". En su discurso se refirió a la ley Magnitsky, aprobada inicialmente en Estados Unidos,
que persigue a extranjeros acusados de corrupción y violaciones de los
derechos humanos. Con el paso del tiempo se ha convertido en una
herramienta legal de alcance global. López pide ahora pide tejer redes de
activistas globales.
Tomado
de: https://www.elmundo.es/internacional/2022/11/07/6369283cfdddffd7a98b458a.html
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