Freddy Núñez 07 de mayo de 2024
María
Corina Machado estremece a Venezuela. Hacía muchísimo tiempo que
no se veía un liderazgo capaz de establecer una conexión tan poderosa y
magnética con las grandes mayorías nacionales.
Y es
más llamativo aún, que ese estrecho vínculo se establezca sin que ella apele a
la demagogia y al populismo tan estrujado durante estos 25 años.
Machado está llamando a reconstruir un país cuyos cimientos están hoy fracturados en todos los órdenes. Por donde pasa verdaderas marejadas humanas acuden voluntariamente a escucharla, no hay autobuses, ni amenazas, ni chantajes.
Es la
encarnación de una esperanza y el grito de rebeldía de un pueblo convencido de
que ha sido víctima durante un cuarto de siglo de una colosal estafa que sólo
ha dejado destrucción, hambre, miseria y el alma venezolana bastante
destartalada.
Los
que desde el poder le hablan de socialismo, se han enriquecido desarrollando la
peor corrupción que haya conocido la patria desde la llegada de Cristóbal Colón
a estas tierras.
Todo
indica que Venezuela está decidida a derrotar cualquier nueva tropelía del
régimen de Maduro, a vencer cualquier intento de atropellar la inmensa voluntad
ciudadana de darse un nuevo gobierno.
Se
percibe en el ambiente y se aprecia en cada esquina del país una firme decisión
de elegir al embajador Edmundo González Urrutia, candidato elegido por
unanimidad por los 10 partidos que integran la Plataforma Unitaria Democrática,
y María Corina Machado.
Pero
el mandado no está hecho. Esas inmensas masas de venezolanos que acompañan el
recorrido de MCM por nuestra geografía tiene que traducirse en votos que elijan
de verdad, que se respeten, que puedan ser contados y verificados, en cada mesa
de cada centro electoral.
Maduro
y sus indignas “instituciones”, para quienes la democracia es un estorbo
incalable, hicieron lo imposible para garantizar que no se inscribieran
millones de nuevos votantes dentro del país y para impedir el voto de los
coterráneos que viven el exterior. Aún así hay que estar ciego para no apreciar
el enorme repudio y hastío que produce esta gente en el poder.
Se
impone en lo que resta de camino hasta el 28 de julio, utilizar al máximo todas
las potencialidades que ofrece la unidad nacional construida.
María
Corina está llamada como líder indiscutida de este movimiento liberador, a
actuar con grandeza, a llamar a todos los partidos, organizaciones
e individualidades a incorporarse a la campaña, a acompañarla en sus giras, a
construir juntos la maquinaria electoral que garantice los votos suficientes
para ganar por una verdadera avalancha.
Para
ganar las elecciones y para gobernar a Venezuela será indispensable la unidad
nacional.
Freddy
Núñez
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