Orlando Viera-Blanco 01 de octubre de 2024
@ovierablanco
La
Asamblea General de las Naciones Unidas [AGNU] 2024, tuvo una agenda múltiple
donde destacaron los discursos por la paz en las guerras de Gaza e Israel,
Ucrania y Rusia; el calentamiento global, la pobreza, la trascendencia de las
NNUU y de los organismos multilaterales como garantes de la seguridad, la paz
mundial, y las elecciones en Venezuela. Fuertes críticas fueron escuchadas
contra el régimen de Caracas por líderes de Europa, EEUU, Canadá y
Latinoamérica, así como la propia ONU como organismo internacional impedido de
prevenir, evitar o solucionar conflictos.
Los Gobiernos de Argentina, Australia, Austria, Bosnia y Herzegovina, Canadá, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, la República Dominicana, Estonia, Alemania, Guatemala, Guyana, Hungría, Irlanda, Italia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Panamá, Perú, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Ucrania, el Reino Unido y Estados Unidos, y la Unión Europea, esto es, 31 Países reunidos al margen de la AGNU “aplauden al pueblo venezolano por su participación en las elecciones presidenciales del 28 de julio a pesar de las importantes dificultades”, donde más de 12 millones de personas acudieron a las urnas y ejercieron su derecho al voto, por lo que “su voluntad expresada en las urnas, debe ser respetada”.
La
crisis política venezolana es un claro ejemplo de cómo la ONU no ha sido eficaz
asegurando la dignidad, la libertad y la soberanía de pueblos indefensos.
Queremos
destacar los discursos que hicieron referencia a Venezuela como expresión de
apoyo pero también de fragilidad global para combatir gobiernos ilegítimos y
transgresores del Derecho Internacional, sus propias constituciones y el
Derecho Consuetudinario.
Desde
Italia a la Patagonia.
La
Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni declaró ante la AGNU, que los
sistemas políticos democráticos están bajo una presión sin precedentes debido a
la “fragmentación económica, el resurgimiento de conflictos y la falta de
solidaridad global”. Se refirió a la necesidad de reformar los organismos
internacionales, comenzando por el Consejo de Seguridad de la ONU. La primera
Ministra Italiana instó a la comunidad internacional a “que no permanezca
impasible por la situación que se vive en Venezuela, donde se está llevando a
cabo una brutal represión” pidiendo “alzar la voz” por las víctimas de
violación de DDHH.
Santiago
Peña-Presidente de Paraguay-también hizo mención de la situación en Venezuela
expresando “que los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del
28 de julio ignoraron la voluntad del pueblo”. Señaló “que el proceso estuvo
marcado por graves actos del régimen chavista, incluyendo persecuciones a los
principales actores de la oposición y detenciones arbitrarias”. En ese sentido,
reiteró su “apoyo a las fuerzas democráticas de Venezuela que luchan contra el
autoritarismo por el retorno a un sistema verdaderamente democrático y no de
fachada”.
El
mandatario chileno Gabriel Boric, destacó la necesidad de una salida política
que reconozca el triunfo de la oposición en los comicios presidenciales del 28
de julio. “Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección,
persigue a sus opositores y es indiferente al exilio de millones de sus
ciudadanos. Se requiere una salida política que reconozca el triunfo de la
oposición en las últimas elecciones y lleve adelante una transición pacífica a
una democracia en forma.” [Una dictadura] que es indiferente al exilio, no de
miles sino de millones de sus ciudadanos. Condenó el doble estándar
internacional en la violación de los DDHH y llamó a respetarlos sin importar “el
color político”.
Bukele
presidente de El Salvador se defendió de las críticas, indicando que en su país
y bajo su mandato, no se encarcelan a los opositores, no se censuran opiniones
ni se confiscan bienes de quienes piensan diferente. “No arrestamos a las
personas por expresar sus ideas”, enfatizó.
Guatemala
representada por su presidente César Bernardo Arévalo de León, se manifestó
contra la represión y en defensa de los principios democráticos en Venezuela y
Nicaragua. “Rechazamos en el hemisferio y en todo el mundo los intentos por
reprimir las aspiraciones de libertad y justicia que expresan los pueblos del
mundo mediante procesos libres y democráticos como está sucediendo en estos
momentos en Venezuela y en Nicaragua”.
Javier
Milei no disimuló su disputa con Maduro. La canciller argentina, Diana Mondino,
indicó que “hay vientos autoritarios, que soplan en el continente y que espera
que no se conviertan en huracán”. Advirtió que la situación política en
Venezuela tiene consecuencias para muchos países. Y remató Milei: “El modelo de
Naciones Unidas, ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de
burócratas internacionales que pretenden imponer a los ciudadanos del mundo un
modo de vida determinado[…] Hemos visto cómo una organización que nació para
defender los derechos del hombre ha sido una de las principales propulsoras de
la violación sistemática de la libertad, como las cuarentenas a nivel global
durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa
humanidad”.
Según
Milei “en esta misma casa [ONU] que dice defender los DDHH, han permitido el
ingreso al Consejo de DDHH, a dictaduras sangrientas como la de Cuba y
Venezuela, sin el más mínimo reproche […] en esta misma casa que dice defender
los derechos de las mujeres, permite el ingreso al Comité para la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer, a países que castigan a sus mujeres por
mostrar la piel […] es esta misma casa donde se ha votado-sistemáticamente-en
contra del Estado de Israel, el único país de Medio Oriente que defiende la
democracia liberal, mientras se ha demostrado-en simultáneo-una incapacidad
total de responder al flagelo del terrorismo.
Estados
Unidos, Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
Joe
Biden en su despedida de las NNUU se pronunció sobre diversas problemáticas
globales, destacando especialmente el fraude electoral perpetrado por el
gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. El jefe de la diplomacia
estadounidense, Antony Blinken, dijo: ”El objetivo único es garantizar que la
voluntad y los votos del pueblo venezolano sean realmente respetados, que
puedan determinar su propio futuro y sus voces sean “escuchadas […] Venimos
aquí unidos en el compromiso de defender los DDHH del pueblo venezolano y
comprometidos a lograr un esfuerzo inclusivo liderado por Venezuela para
restaurar el futuro democrático de la nación”.
El
presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, afirmó que “no se trata de presentar
las actas, se trata de condenar el fraude”. El Gobierno uruguayo y el Gobierno
panameño han sido radicales en su postura sobre Venezuela. No reconocen la
victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio y no piden la
publicación de actas electorales oficialistas sino directamente el traspaso de
poder a Edmundo González Urrutia. El Presidente de Panamá José Raúl Mulino
Quintero, fue tajante con el accionar del régimen venezolano y condenó que se
autoproclamó vencedor en los últimos comicios. “Adjudicarse un triunfo sin
presentar las actas es cómo querer ganar un juicio sin presentar pruebas”, sentenció.
Interesante
subrayar la postura de Irfaan Ali, presidente de la República Cooperativa de
Guyana. El mandatario se refirió a las tensiones con el régimen de Nicolás
Maduro por el Esequibo y aseguró que “Guyana ha tenido que hacer frente a la
agresión de Venezuela”, pero valoró que “el derecho internacional y su
aplicación estricta han sido nuestro escudo para protegernos de dicha
agresión”. Sugiero responder urgentemente la declaración de Irfaan Alí y
recordar[le] que sus actos de disposición y explotación en territorio en
disputa-tanto a nivel continental como en la franja marítima-también son actos
de agresión y violación del Derecho Internacional.
El
presidente de República Dominicana Luis Abinader, advirtió en la AGNU sobre el
grave deterioro de la democracia en América Latina. “Tenemos el ejemplo de
Venezuela que combina la concentración del poder, la persecución de la
oposición y la censura a los medios”, afirmó el presidente dominicano. El
mandatario resaltó la necesidad de publicar todas las actas electorales y
verificar su transparencia para garantizar la legitimidad de los resultados de
las presidenciales del pasado 28 de julio, en las que Nicolás Maduro se declaró
ganador. “Sin esta publicación no puede declararse un ganador legítimo”, subrayó.
El
canciller de la República de Costa Rica, Dr. Arnoldo André, resaltó los retos
que enfrenta la humanidad, y en el rol que debe cumplir el multilateralismo, y
se refirió a los desafíos de la democracia en la región: “una democracia no
persigue ni intimida; no encarcela ni tortura por motivos políticos”.
No más
normalización.
El
canciller de Costa Rica [Arnoldo André] dio con l’état de la cuestión: ”No
permitamos que, una vez más, se normalice la represión y la dictadura en
Venezuela”…
En
consecuencia, una de las grandes conclusiones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas fue producir una gran reflexión sobre la necesidad de no vivir
en una paz aparente donde la cooperación entre las naciones-como principio
fundamental de la estabilidad mundial-aún no es capaz de superar, prevenir o
evitar guerras como la de Ucrania que ha matado a más de 300.000 hombres y
herido a más de un millón, o el conflicto en el Medio Oriente o el
resurgimiento o permanencia de dictaduras abominables.
Tenemos
naciones como Venezuela donde se ha vulnerado a más de once millones de
personas que viven en el umbral de la hambruna, millones que han muerto por
violencia y más de 8 millones que han sido desplazados impactando gravemente
todo el continente. La humanidad ha estado advertida de este deterioro
institucional y poco ha podido hacer para ponerle fin.
Cuba
-un régimen que ya suma 6 décadas de autoritarismo, anomia, censura y
paredón-aun sigue gobernando y reconocido como Estado- parte de la ONU.
Inconsistencias que merecen una revisión según lo alerta la Primera Ministra
Meloni cuando habla de “falta de solidaridad global, fragmentación e
inoperancia del Consejo de Seguridad del ente mundial.
Las
Naciones Unidas en vez de enfrentar estos conflictos “invierte tiempo y
esfuerzo en imponer a los países pobres, qué y cómo deben producir, con quién
vincularse, qué deben comer y en qué creer, cómo pretende dictar el presente
Pacto del Futuro” [Dixit Javier Milei], lo cual evidencia una extraviada misión
y objetivo del organismo.
En
conclusión, la Asamblea General de las Naciones Unidas evidenció como agenda
sus propias debilidades. Mandatarios que elevaron su voz para pasar de la
retórica y la diplomacia a la acción. De cómo hacer real la doctrina sobre el
deber de prevenir y proteger, la Justicia Penal Internacional de la Corte de La
Haya o la resolución de disputas en el Medio Oriente o Ucrania. La ADNU
cuestionó cómo la defensa de los DDHH se ven afectados por la retórica de la no
intervención y la autodeterminación de los pueblos, subyugados por regímenes
totalitarios. La capacidad de arbitraje o condena de los órganos multilaterales
y de los Tratados de defensa global o regional de DDHH, seguridad y defensa,
han sido sustituidos por la conveniencia de intereses particulares, la agresión
impune y actos de guerra unilaterales.
La
AGNU dejó una tarea en el esquisto: es tiempo de revisar la misión de la ONU,
de dar respuestas como órgano fundamental de la paz mundial, del orden público
internacional, de la defensa real de los DDHH y del desarrollo sostenible [que
es libertad] de los pueblos más vulnerables.
Al
decir de Charles De Gaulle: “Une cause celle de l’homme, un nécessité c’est les
progrès mondiale, un devoir c’est luis de la paix” (Una causa la del hombre,
una necesidad es el progreso mundial, un deber es la paz).
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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