Páginas

sábado, 16 de febrero de 2013

La IV República supero los embates de la insurrección Castro – Comunista Bolivariana, a costa de los Derechos Humanos de los venezolanos



Mensaje con Destino: las causas político-ideológicas ni religiosas justifican la muerte y la desolación.

Por Jesús González Briceño, 13/02/2013

Con el despunte del 58, renace la democracia venezolana el 23-E con el derrocamiento del régimen perejimenista , marcándose un nuevo hito en la historia política y de los  derechos humanos de los connacionales, al instaurarse, un año  después,  el segundo gobierno democrático elegido en votación directa y secreta, olvidándonos de la democracia progresiva y menoscabada  medinista ( 1941-1945), como la del 12 de octubre del 45 pasado, aun cuando el trienio betancuriano elimina su mácula golpista de octubre con la aprobación de la efímera Constitución del 1947 de alto contenido social reivindicativo como el sistema democrático universal para todos los venezolanos. Pero ese mismo mes y año de la asunción al poder de Betancourt, en 1959, triunfa definitivamente la guerrilla castrista contra el presidente Batista lo que constituye un reto existencial para la vida democrática nacional al empeñarse los  Hnos. Castro, el Che Guevara y la cúpula revolucionaria cubana en exportar a nuestro lar su doctrina marxista-leninista, en concertación con  los radicales comunistas vernáculos y los del Movimiento de Izquierda Revolucionario, expulsados de AD  por sus posiciones doctrinarias y políticas similares. Recordemos el entroncamiento  o breve pasantía de Betancourt con el comunismo en las luchas antigomecistas y lopecistas, más las recientes de los antecedentes del 23-E, que dieron al traste con la dictadura de Pérez Jiménez .El primer Congreso Nacional elegido par 1959-1964, estaba compuesto por una policromía ideológica y pluralista como Raúl Leóni, Jaime Lusinchi, Siso Martínez, Manzo González, Luis Herrera Campins, Rafael Caldera, Uslar Pietri ,Miguel Otero Silva, Luis Miquelena, Luis Beltrán Prieto y consabidos comunistas como Jesús Farías, Ramón Tenorio Sifones ,Gustavo Machado, Eloy Torres( entre otros ) y los liderazgos juveniles radicales adecos como Paz Galarraga, Domingo Alberto Rangel, Fabricio Ojeda, etc. de modo que la naciente democracia posperejimenista permitía una amplia y fértil  discusión de todos los factores y liderazgos políticos históricos y de las nuevas generaciones. Pero se interrumpió  la discusión,  el consenso político y la paz de la república y salió a relucir la disyuntiva entre democracia  representativa y marxismo-leninismo y, más temprano que tarde, irrumpe la insurrección guerrillera contra  el régimen democrático. Los auspicios del gobierno de Betancourt no fueron nada halagüeños con la frustrada invasión desde Colombia por territorio tachirense del Gral. Castro León, alzado en armas contra Pérez Jiménez amaneciendo el 58, ministro de Defensa de la Junta Cívico militar del 23-E y ahora contra el mandatario Betancourt, 20 de abril de 1960.Casi dos meses después el presidente sufre el atentado que casi le cuesta la vida, dirigido por el dictador dominicano el Gral. Trujillo.

La Constitución de la República de Venezuela, aprobada en 23/01/1961, contemplaba un Estado Federal y un gobierno que será siempre democrático, representativo, responsable y alternativo, en el cual se establece una gama infinita de los Deberes y Derechos, y Garantías Constitucionales (Título lll), muy avanzada respecto a la teoría constitucional moderna:

Con el goce y el ejercicio garantizados por la ley de todos los derechos esenciales de la persona humana en los que sobresalen la libertad y seguridad personales, libertad de pensamiento por cualquier medio sin censura previa; libre asociación con fines lícitos y en partidos políticos por medios democráticos; elección por votación secreta para todos los ciudadanos mayores de 18 años, alfabetos y analfabetos y a ser elegidos para las funciones públicas, mayores de 21 años y la representación proporcional de las minorías; además de los derechos al trabajo con salario justo y mínimo y todos los derechos derivados de él; los derechos a la salud, educación, gratuita en todos los ciclos, inclusive privada, protección del la mujer y el niño y los derechos económicos de la iniciativa y propiedad privadas ,con las limitaciones impuestas por su función social;  prohibición del monopolio y la reserva al estado de industrias, explotaciones y servicios  de interés público. Los derechos humanos esenciales, deberes y garantías fueron realmente muy amplios y generosos por parte de este Congreso Republicano.

La ruptura del equilibrio político desencadena la subversión radical del PCV y del MIR mediante una guerrilla  rural y urbana, en lo que se consideraba una traición del 23-E y una entrega al imperialismo norteamericano, ora con la intervención descarada o soterrada del castrismo, que establece una  intensa red de apoyo logístico insurreccional, en conjunción con sus similares nacionales, con actos puntuales de sabotaje, ataques a la infraestructura pública, ora por las asonadas militares de El Barcelonazo, ( 26/06/1961 ) con saldos de 26 muertos, heridos y apresamiento de los cabecillas del movimiento, en paralelo con otro levantamiento El Guairazo .Luego sobrevino el levantamiento del Carupanazo del Batallón de Infantería de Marinos de esta  ciudad, en mayo del 61, con seis muertos y 15 heridos y muchos escapados a las autoridades. Y el más cruel y sangriento de todos, EL PORTEÑAZO , que después de tres días de combates duros y sangrientos en la Base Naval de Puerto Cabello, concluye con saldos de 400 muertos que para otros fue superior a los  de dos mil víctimas y más de mil prisioneros (Miguel Aizpurúa, Aporrea, 10/05/ 2006). La operaciones guerrilleras también operaron en las ciudades en donde ejecutan planes terroristas  contra agentes policiales y castrenses e instalaciones emblemáticas públicas. Existía un clima de zozobra, inestabilidad e inseguridad ciudadana que ya había afectado  la paz  pública con la fracasada invasión desde Colombia por el territorio tachirense, el 20 de abril y al propio mandatario nacional con el  atentado sangriento que casi le cuesta su vida, el 24 de junio de 1960.

En el gobierno sucesivo de Raúl Leóni hubo una relativa paz sin los sobresaltos anteriores, hasta que el presidente Caldera, en su primer mandato, 1969-1974, abre las compuertas de la pacificación amnistiando los prisioneros insurreccionados para darles cabida en la vida democrática, establece relaciones con Cuba y los países comunistas y el pluralismo ideológico y político echando por tierra la obligada  Doctrina Betancourt, lo que permite la participación de los grupos subversivos en las elecciones de 1973, con resultados poco relevantes pero significativos. En posteriores mandatos constitucionales se destaca la política nacionalista y de obras públicas de Carlos A. Pérez, y en los períodos presidenciales de Luis Herrera Y Jaime Lusinchi  no exentos de  inseguridad y alteración contumaz del orden público, como los sucesos de Cantaura donde el ejercito dio muerte a 23 guerrilleros del Frente Américo Silva, de Bandera Roja, en octubre de 1982 y de El Amparo, en octubre de 1988, con saldo de 14 pescadores muertos de mano de  funcionarios policiales y militares, y de desapariciones físicas y torturas, todas ellas injustificadas pero, con los atenuantes de que   la lucha guerrillera  estaba aún vigente y reorganizándose en ciertos sectores  radicales y se evitaba a toda costa lo las insurrecciones anteriores. Las autoridades consideraban que no se debía bajar la guardia porque la pacificación calderista no fue totalmente acogida y había vástagos de resistencia. Todos estos actos constituyeron pasivos importantes para los derechos humanos.


Regresa al gobierno de la nación Carlos A. Pérez, 1989-1993, período inconcluso por  causas complejas que afectaban la democracia, los partidos políticos del status quo, la economía y la ruptura del pacto original de gobernabilidad del país, y otro relevante factor como es el nacimiento y proceso de consolidación en los cuarteles  del movimiento bolivariano de Chávez que, desde la década del setenta, precisamente en  el gobierno de Caldera, venía penetrando los cuarteles y la institución armada, con la displicencia y poca atención de las cúpulas militares ni de los propios mandatarios, con la creación del  MBR200 (1983)que origina Movimiento Quinta República, MVR, en 1998 , y las alían zas  eventuales y permanentes con la subversión comunista y castrista. Prontamente veremos los resultados de este proceso político inadvertido con los posteriores sucesos insurreccionales y populares de EL CARACAZO que, aún cuando algunos incautos no lo califican como un movimiento popular espontáneo, del 27 de febrero de 1989, a escasos dos meses de la segunda juramentación de CAP, se produjo con la participación e instigación directa de Fidel Castro, en su visita a su toma de posesión, la actividad formativa e instigadora de Bandera Roja que hacía vida en los barrios y liceos de Caracas ,  disturbios y perturbaciones del orden pública en los alrededores de la UCV por parte d los guerrilleros urbanos  encapuchados en ella enquistados, la participación activa de Freddy Bernal y del el mismo Chávez quien expresó que la Revolución Bolivariana se inició el 27F , hecho reconocido públicamente. Después se producen sucesivamente las insurrecciones militares del 4-F y de 27-N, con cientos de muertos, heridos y daños cuantiosos al país, incluyendo el propósito de magnicidio contra CAP por el odio visceral y el reconcomio heredado de luchas fracasadas anteriormente. La posterior pacificación de Caldera en su segundo mandato, 1994-1999, con el sobreseimiento de  los insurrectos, sin ninguna otra garantía de retiro de las Fuerzas Armadas, y su actitud contradictoria al resguardo democrático y a la justificación de las asonadas militares recientes, significó  una importante aporte a la consolidación del movimiento bolivariano y del castro-comunismo, asegurando sus victorias parlamentarias y presidenciales en 1998.

Lo más importante por destacar, aparte de una interpretación histórica de estos acontecimientos, es que este segundo hito de la historia patria, arrojó uno de los resultados más nefastos en materia de DERECHOS HUMANOS, con miles de muertos, heridos, desaparecidos, familias enlutadas, zozobra e inestabilidad político-social, daños materiales incalculables  y lo más relevante, la afectación del espíritu esencial de la idiosincrasia venezolana, la fragilidad del Estado y de sus instituciones y, lo más grave es que nuestros victimarios se han convertido desde 1999 en nuestros GOBERNANTES con odio, reconcomio y desprecio por sus oponentes y  por la vida. Sería una falta grave el desconocimiento de violaciones de los DERECHOS HUMANOS, durante la lV REPÚIBLICA, empero sería abominable negar que asonadas y levantamientos militares  llevados a cabo en Venezuela por nuestros comunistas, el castrismo y por el bolivarianismo causaron significativas desgracias y pesar a sus connacionales y a sus propias huestes que han sufrido los rigores de sus mismas acciones, innecesariamente.(próxima entrega: La Defraudación de la Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999, del Sistema Democrático y los Derechos Humanos).


Jesús González Briceño

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico