Páginas

viernes, 15 de febrero de 2013

"Vamos al control total"


ELIZABETH ARAUJO 02/02/2013

Economista, sociólogo y autor de 20 libros, Heinz Sonntag dice que, más allá del hecho anecdótico, ve en la agresión e insultos dentro de la Asamblea algo que le recuerda a las acciones de la mayoría parlamentaria hitleriana en la Alemania de los años 30. El exdirector de Cendes y del Observatorio Hannah Arendt no cree en las “universidades socialistas” porque al socialismo “le falta la comprensión de lo que significa la vida universitaria”

Economista, sociólogo y autor de 20 libros, Heinz Sonntag dice que, más allá del hecho anecdótico, ve en la agresión e insultos dentro de la Asamblea algo que le recuerda a las acciones de la mayoría parlamentaria hitleriana en la Alemania de los años 30. El exdirector de Cendes y  del Observatorio Hannah Arendt no cree en las “universidades socialistas” porque al socialismo “le falta la comprensión de lo que significa la vida universitaria”.
–Berlín y otras ciudades conmemoraron el domingo el Día Mundial de las Víctimas del Holocausto y esta semana se cumplieron 80 años del ascenso de Hitler al poder ¿Qué significado tienen esas fechas en la Venezuela actual?
–Es una pregunta  de varias horas. Lo que ocurrió con el nacionalsocialismo alemán fue muy similar a lo que pasó y está pasando con el chavismo. El líder Adolfo Hitler llegó al poder por la vía constitucional y fue designado canciller y presidente en Alemania. Su partido tuvo la mayoría relativa, realmente fue una minoría  y de inmediato fueron excluidos comunistas, conservadores y la derecha política de los años 30. Por cierto, el pintor impresionista Max Liebermann, uno de los más representativos, dijo al enterarse de la designación de Hitller que no podía comer tanto como quisiera vomitar. Claro, el nacionalsocialismo tenía una base ideológica más unificada que el chavismo. Esa ideología está condensada en el libro Mi lucha. Pero hay tres líneas principales en esa obra que guardan relación con el chavismo: el racismo o la pretensión de que la raza aria era una raza pura con derecho a dominar no solo a Alemania, y dentro de eso estaba desde luego el antisemitismo. Una segunda línea, que casualmente postuló aquí Ceresole y que incorporó Chávez en su “diario": el estado es la unidad del pueblo y de los militares, lo cual hizo la hizo realidad el Führer. La tercera es la negación de la teoría liberal de la democracia.

–¿Qué explica, por lo que le contaron quienes sufrieron las atrocidades del nazismo, que una sociedad como la alemana haya sucumbido a un hombre como Hitler?
–Esa es la pregunta de los 64 mil dólares. Hitler emprendió un programa de gobierno dentro del cual los sectores más pobres, marginados, tenían que ser  objetos de las políticas  públicas. De hecho su gobierno redujo en los primeros 3 años la tasa de desempleo, muy alta debido a la crisis económica del sistema capitalista de entonces. Además implantó políticas clientelistas que es otra similitud con el chavismo

–¿En qué consiste la teoría de la banalidad del mal, a la que se refiere Hannah Arendt?
–Hannah Arendt utilizó esa palabra en 1948 para indicar que los funcionarios del nazismo actuaron como los burócratas que eran. Esto es que tenían que exhibir absoluta lealtad con el partido y con Hitler. Los que no tenían esa lealtad, fueron excluidos, y esto no solamente se limitó a los funcionarios del Estado sino también, por ejemplo, a los profesores universitarios y a través de la creación de dos milicias como fueron la SA (fuerzas paramilitares que había creado) y poco después la SS, aparte de que tanto judíos, como comunistas y  socialdemócratas y homosexuales fueron excluidos de funciones dentro del Estado y en las universidades e instituciones públicas.

–¿Considera que esa condición tiene vigencia en el siglo XXI que ha exaltado la defensa de los derechos humanos y la defensa del planeta?
–Aparentemente sí. De hecho, se ha denominado totalitarismo a dos palabras totalmente distintas: dictaduras y regímenes autoritarios que habían existido. El totalitarismo tiene como fin último el control total de la sociedad y con ello el de los ciudadanos. Razón por la cual se montó un gigantesco sistema de espionaje en contra de los ciudadanos y en toda la sociedad alemana.

–Obviamente, en Venezuela no estamos en esa etapa…
–Estamos en esa etapa. He sostenido en mis escritos y declaraciones públicas que vamos en camino al control absoluto de toda la sociedad y de todos los ciudadanos, lo cual significa ser ciudadanos súbditos obligados a obedecer las órdenes el Estado. Es un control social absoluto, al cual no hemos llegado aún, pese a que, tanto los servicios de inteligencia venezolanos como los agentes del servicio secreto G2 cubano han construido una red muy amplia de control de los ciudadanos.

–De lo que sabe por testimonios o ha leído ¿cómo transcurrió ese proceso de aniquilación sistemática? ¿Qué pasa en la mente de alguien que acaba con determinado grupo étnico o de creencia religiosa?
–Eso quisiera saber yo. Esa mentalidad que conduce al exterminio de judíos, homosexuales, comunistas, socialdemócratas, se veía reflejada en la ideología racista del libro de Hitler. No había legitimación para vivir. No había derecho de vivir, ni mucho menos vivir en paz ni con sus propias normas o valores. Hay un elemento adicional que debemos tomar en cuenta en nuestro país: lamentablemente hay un alto grado de apatía, de indiferencia frente a lo que está pasando. Eso era así en la Alemania de Hitler. Pero, claro, estamos en pleno siglo XXI. Son hechos que no se deben repetir ni podemos dejar que se repitan.

–Hannah Arendt sostenía que el totalitarismo se sustenta en parte por el uso de la violencia, pero también en el apoyo de una mayoría de la población. ¿No le da miedo que movimientos populistas, como el que encarna hoy el chavismo, sean expresión de esa realidad?
–Eso es factible, lamentablemente, porque igual es cómplice quien participa de esos regímenes totalitarios –como pasa hoy con militares e intelectuales que sostienen a gobiernos populistas– con tendencia a la negación de sus adversarios. Si eso es así vamos perfectamente en esa dirección. Uno ve lo que está pasando en la Asamblea: los insultos a los diputados son permanentes. La democracia no es eso. Democracia entre muchos de sus conceptos es respetar al otro y eso en estos momentos en Venezuela no está sucediendo.

–En no pocas ocasiones, Chávez ha coincidido con Ahmadineyad en su percepción del “peligro judío” ¿Hay ahí una desinformación de parte del Presidente o es un concepto anclado en un sector de la izquierda mundial?
–El antisemitismo no ha desparecido. En el caso nuestro fue en diciembre 2005 cuando el Presidente dio un discurso en que repitió los más viejos clichés del antisemetismo: “que mataron a Jesucristo, que están tratando de acaparar las riquezas del mundo, que no comparten los valores del mundo civilizado…, etc. Hubo otras hechos que podemos describir como los ataque a la sinagoga y la ocupación del centro hebraica.

–¿Cree que Chávez tiene claro las categorías de socialismo, imperialismo, lo que denominan la cuestión judía?
–El presidente Chávez tiene una formación ideológica que se caracteriza más por los huecos que en ella existen que por los aciertos de sus definiciones. Por lo tanto, él no sabe qué es el imperialismo, ni mucho menos lo que significa el socialismo en la teoría crítica de Carlos Marx, y yo temo que además tenga la imagen tergiversada y falsa de la historiografía del propio Simón Bolívar, quien estuvo en muchas oportunidades bastante lejos de ser un demócrata y un humanista.
 
Ahora sin Chávez al frente de la nave, ¿hacia dónde va el país en manos de políticos que suelen improvisar más que oír al resto de la sociedad?
–Ese es el dilema en estos momentos. La primera cosa que debemos internalizar quienes estamos del lado democrático de la sociedad es que este "gobierno" no es un gobierno elegido por el pueblo. La absurda tesis de la presidenta del TSJ acerca de "continuidad administrativa" es un absurdo jurídico y una mentira política. De modo que para la alternativa democrática es imprescindible que se incluyan en todas las manifestaciones y movimientos a los partidos políticos y movimientos de la sociedad civil organizada. Es menester reconstruir una idea y concepción de la democracia, en el sentido de procurar que la ciudadanía tenga claro lo que son las características  fundamentales de la democracia. Esa es una verdad compartida por todos. Basta con recordar que durante 20 años, de 1958 a 1978 los líderes políticos se preocuparon de la enseñanza de la esencia de la ciudadanía  que es la civilidad. Por ello pienso que aparte de no volver a la democracia mal llamada cuarta república es también necesaria y urgente crear esa civilidad y hacer de la democracia realmente un modo de vida, no solamente en lo político sino también en lo social.

Tomado de: http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=81724

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico