Por
Susana Morffe, 06/11/2016
Mientras
se debate en el país la salida a la crisis a través de un diálogo, la población
se desespera porque observa más nudos en la cuerda para llegar a un acuerdo.
La
desesperación toca fundamentalmente a las familias, que llevan encima de sus
hombros el mayúsculo problema de la manutención de niños y adultos mayores, el
sector más vulnerable que se ha cobrado vidas a lo largo de los meses y años
anteriores.
A estas
alturas se discute la sinceridad o no del diálogo, donde intervienen
personalidades internacionales, sin que hasta el momento exista una solución
para el hambre y las condiciones graves de salud de muchos venezolanos.
El pueblo
de Venezuela merece y reclama más atención en la alimentación, salud y
seguridad, son indispensables cuando se juega el futuro del país.
Zánganos son los políticos que le
dan vueltas y rutas largas a la situación en el país. Por un lado para darse
oxigeno en lo que ellos más ambicionan, como el poder para dilapidar lo que queda
del erario público, aumentarla corrupción, mover tentáculos internacionales para
buscar un nicho donde pernoctar al momento de la liquidación de este régimen nefasto.
Se habla todos los días de una supuesta
impunidad para los que han cometido asesinatos y todo tipo de violaciones a los
derechos humanos en el país, desde el poder.
Asimismo, se comenta entre la población
el papel de los prelados de la iglesia católica, sin darse cuenta delo que pasa
al otro lado del charco. Hay serias dudas de la misericordia eclesiástica hacia
los pobres venezolanos que mueren de mengua ¿Quiere la plana mayor del
sacerdocio católico un dialogo sin vía
crucis?
En este diálogo loco son muchos
los que erosionan para tener abundancia y otros van como la serpiente buscando
la mejor presa.
Hablen claro, tomen un tiempo y
deténganse a leer en las redes sociales, perciban, -si es que no pueden
asimilar- las expresiones y planteamientos claros que tiene el vulgo. No es cuestión
de mesa es un asunto que requiere el llamado de emergencia nacional porque el
tiempo y la capacidad de aguante se agota.
Susana Morffe
@susanamorffe
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