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domingo, 24 de febrero de 2019

El amor tiene el poder para transformarlo todo, por @Pontifex_es




Papa Francisco 23 de febrero de 2019

Evangelio del día: Marcos 9,2-13

Evangelio de hoy (La transfiguración de Jesús): "Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor. Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: "Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo". De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría "resucitar de entre los muertos". Y le hicieron esta pregunta: "¿Por qué dicen los escribas que antes debe venir Elías?". Jesús les respondió: "Sí, Elías debe venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? Les aseguro que Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba escrito" Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco
 
Jesús toma la decisión de mostrar a Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su gloria, aquella que tendrá después de la Resurrección, para confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo en el camino de la prueba, en el camino de la Cruz.

Y así sobre un monte alto, en profunda oración, se transfigura delante de ellos: su rostro y toda su persona irradian una luz resplandeciente. Los tres discípulos se asustan, mientras una nube los envuelve y de lo alto resuena – como en el bautismo del Jordán – la voz del Padre: «Este es mi Hijo, el amado: ¡escúchenlo!».

Jesús es el Hijo hecho Servidor, enviado al mundo para realizar por medio de la Cruz el plan de salvación. Para salvarnos a todos nosotros Su plena adhesión a la voluntad del Padre hace que su humanidad sea transparente a la gloria de Dios, que es el Amor.

Así Jesús se revela como el ícono perfecto del Padre, la irradiación de su gloria. Es el cumplimiento de la revelación; por ello junto a Él transfigurado aparecen Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas. Esto significa que todo termina e inicia en Jesús, en su Pasión y en su Gloria.

El mensaje para los discípulos y para nosotros es este: "!Escuchémoslo!" Escuchar a Jesús. Es Él el Salvador: síganlo.

Escuchar a Cristo, de hecho, significa asumir la lógica de su misterio pascual, ponerse en camino con Él para hacer de la propia existencia un don de amor para los demás, en dócil obediencia a la voluntad de Dios, con una actitud de desapego de las cosas mundanas y de libertad interior.

Es necesario, estar listos a perder la propia vida, donándola para que todos los hombres se salven y nos encontremos en la felicidad eterna.

El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. No lo olvidemos: ¡el camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad! Habrá siempre en medio una cruz, las pruebas, pero al final siempre nos lleva a la felicidad. ¡Jesús no nos engaña! Nos ha prometido la felicidad y nos la dará, si nosotros seguimos su camino.

Con Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros al monte de la Transfiguración y permanezcamos en contemplación del rostro de Jesús, para recibir el mensaje y traducirlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser transfigurados por el Amor.

En realidad el Amor es capaz de transfigurar todo: ¡el Amor transfigura todo! ¿Creen ustedes en esto? ¿Creen?... (Reflexión antes del rezo del Ángelus, 01 de marzo de 2015)

Oración de Sanación

Señor mío, abro los ojos cada día y no me canso de darte gracias porque, a través de todo el amor que me diste a conocer en nuestra historia personal, me has apartado de la desolación y he experimentado tu bendición

Tú me has hablado y me sigues hablando hoy en todos los momentos de mi vida, pero los ruidos del mundo intentan apartar mis oídos a tu voz llenándome de inseguridades y falsos deseos.

Te pido que me ayudes con tu gracia a saber reconocerte en las circunstancias y situaciones que vaya viviendo. Estoy seguro que tu fuerza me acompañará, me levantará y me hará vivir confiado

Quiero experimentar tu amor que sana todo los sentidos, ese amor que borra las heridas de mis faltas y fortalece la fe para vencer toda tentación que quiera apartarme de tu lado.

Quiero sentir hoy, a través de tu perdón, que transfiguras mi alma y corazón, que me haces resplandecer de alegría y me haces sentir amado y valioso, lleno de paz y de serenidad.

Te abro mi corazón, deseo estar contigo en la intimidad de la oración, quiero dejarme transformar por tu poderosa presencia, y convertirme en un luchador incansable de la paz

Tú eres el gran vencedor, el que todo lo ha vencido y a quien nadie puede destruir, por eso te confío mi vida y mis acciones.

Lléname el espíritu de esa calma que tranquiliza todas las angustias y me hace vivir de forma saludable y segura bajo tu protección y amparo. Amén

Propósito para hoy

En esta semana, realizaré una visita de al menos 15 minutos, al Jesús sacramentado y pediré por todas las necesidades de la Iglesia y por sus misioneros

Frase de reflexión

"Si el Evangelio arraiga profundamente en nuestras vidas, seremos capaces de llevarlo a los demás". Papa Francisco


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