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jueves, 28 de julio de 2022

Los procesos de cambio, por @Rafaelvelozg


Rafael Veloz García 27 de julio de 2022

@Rafaelvelozg

La palabra cambio es una de las más repetidas por los ciudadanos en la Venezuela de la actualidad. Se le nombra en clara referencia a la imperiosa necesidad de colocar el punto final a un régimen que ha devastado a la nación durante los últimos 22 años. En consecuencia, hoy vamos a hablar del cambio pero no solo del político, porque también es menester hablar del proceso de cambio de los ciudadanos, tan importante como el primero en la construcción del país que nos merecemos y que unidos comenzaremos a hacer realidad, a partir del día siguiente de la elección presidencial que vamos a ganar. Sin olvidar que antes tendremos el compromiso de la primaria, en la cual los venezolanos elegiremos a quien llevará las banderas de la democracia y la libertad para enfrentar al candidato de la dictadura.

El cambio político que buscamos tiene que ver con el modelo de gobierno, con la necesaria transformación del Estado para que este sea más funcional y eficiente. Y tiene que ver con la gobernanza, que es lo que permite el desarrollo institucional, económico y social y que tiene su raíz precisamente en el modelo de gobierno. Por medio de la gobernanza es que los ciudadanos del país pueden crecer y tener la calidad de vida que les han negado por más de dos décadas.

El proceso de cambio de los ciudadanos no es tan complejo como el del cambio político. De hecho, hay mucho de ello en la letra de la constitución vigente de 1999, que al dictador Nicolás Maduro no le gusta y por eso la soslaya continuamente. Por lo tanto, hay que tenerla presente no solo por los derechos que nos otorga, sino también por los deberes que nos asigna, que en ambos casos son ley.

Una vez les recordé lo que dijo el presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, durante el acto de su investidura el 20 de enero de 1961. En este punto vale la pena traerlo a colación de nuevo. JFK dijo a los estadounidenses ese día: “No preguntes que puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”.

En la Venezuela actual lo expresado por Kennedy cobra singular vigencia, porque si bien nuestros derechos deben ser respetados, también debemos cumplir nuestros deberes.

Tan importante como lo anterior es la unión de todos para luchar y vencer al régimen, esa que ha pregonado tanto por los cuatro costados del país el Presidente (E) de Venezuela, Juan Guaidó, todo por el supremo objetivo o misión que tiene de conducir al país al cambio político. El valor de la unión ha tenido una gran relevancia en la historia del mundo para doblegar a las tiranías. Los ejemplos son muchos, pero no vayamos muy lejos, solo recordemos lo que dijo el Libertador Simón Bolívar al respecto: “La unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros”. Ahora, en pleno siglo XXI, nos toca a nosotros unirnos para ser fieles exponentes de las palabras del Padre de la Patria y para salvarnos.

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Tras el preámbulo que nos colocó en contexto, voy a compartir con ustedes algunas realidades. En primer término, deben conocer que el voluntariado de la Confederación de Profesionales Universitarios (Confepuv) ha celebrado múltiples reuniones familiares y vecinales en todo el país y en ellas se han dado expresiones por la búsqueda de una solución pacífica, aparte de que el cambio no solo es del mundo político sino que tiene que haber un cambio también en el ciudadano, el cual debe recuperar los valores, aportar su granito de arena en la lucha por la libertad, trabajar y ser solidario.

Esas voces también han indicado que el mayor y mejor ejercicio de protesta para lograr el cambio político en lo individual es el voto. Así lo siente el venezolano. Tenemos como ejemplo reciente la elección de la Universidad Central de Venezuela (UCV), que contó con una altísima participación de egresados de la “Casa que vence las sombras”. A la postre el chavismo perdió en todas las facultades, resultado que ratifica que a Maduro no lo quieren.
Igual sucedió en la gira que realizamos por todos los estados del país con motivo del proceso de legitimación, revisión y renovación de las autoridades de nuestro partido Voluntad Popular (VP), la cual nos permitió percibir el demoledor rechazo al régimen de Maduro.

A través de nuestro encuentro con los activistas de VP y de ciudadanos en general pudimos constatar además que “el efecto Barinas”, por el triunfo de la oposición por partida doble en las elecciones regionales de noviembre de 2021 y enero de este año, en la tierra que vio nacer al chavismo, se sembró en la mente de las personas que apuestan a replicar esa victoria en todo el país en la elección presidencial. No se imaginan como nos nutrimos de esperanza durante esa inolvidable gira.

Por otro lado, hay un sentimiento nacional de que el drama social, el drama humanitario venezolano, tiene su génesis en la corrupción de la dictadura.

Lo anterior lo corrobora un reciente trabajo de investigación de Ecoanálitica, UN Contrade, TSI, OCDE y la OEA, el cual señala que las economías ilegales en Venezuela involucran a todo el territorio nacional y generan una estimación anual de 9.444 millones de dólares, equivalente al 21.74% del Producto Interno Bruto (PIB) del país sobre la base de 2021. En esa enorme red de corrupción intervienen grupos corruptos y sus allegados, el ELN, las FARC y funcionarios y efectivos corruptos del régimen. Mientras eso sucede para beneficiar a la élite del régimen, aquellos que a ciegas aún creen en ellos y la inmensa mayoría de los venezolanos viven sumergidos en la miseria. Queda claro que los corruptos son la enfermedad de Venezuela y nosotros, anótenlo, seremos la cura. Por ello, estamos enfocados en el cambio político, en la salida de Nicolás Maduro, pero más en la construcción de una nueva democracia, que se distinga por su probidad.

Todos estamos afectados por el régimen y frente a ello, hay un trabajo silencioso de muchos actores, de muchas personas, de actores políticos de bases, líderes gremiales, vecinales, grupos religiosos, etc. Lo que los sacerdotes de la Iglesia Católica y los pastores de la Iglesia evangélica expresan domingo a domingo es precisamente esa necesidad de cambio, por el drama social en que nos encontramos.

El faro que ilumina el cambio es la primaria y hay que recordar que la Plataforma Unitaria y el país ya iniciaron el trabajo de discusión para que este proceso se haga, con las garantías necesarias, en el primer semestre del 2023.
Ese ejercicio silencioso ciudadano que hacen muchas organizaciones como los sindicalistas y gremios, así como los pensionados y jubilados, ejerciendo su derecho constitucional a la protesta, representa una sinergia para ir a la búsqueda del cambio político y potencia hoy la voluntad y la esperanza de todos.

Tengan la seguridad que nosotros iremos al encuentro de los venezolanos en ciudades, pueblos, sectores populares y urbanizaciones, donde sea, para conectarnos y conocer a fondo sus ideas y planteamientos frente a las penurias que viven. De ellos solo demandaremos compromiso, porque deben tener claro que son parte indispensable para la solución de los problemas y para alcanzar el anhelado cambio político en nuestra Venezuela.

Rafael Veloz García

@Rafaelvelozg

  

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