Julio Castillo Sagarzazu 14 de noviembre de 2022
Nos
dice una expresión proverbial que “Un camello es un caballo diseñado por una
comisión”. Es una manera decir que cuando no se quiere resolver un problema o
cuando da lo mismo que se resuelva de cualquier manera, el asunto “se pasa a
una comisión”.
Este,
por cierto, no ha sido el caso de la Comisión que recientemente ha designado la
Plataforma Unitaria de la Oposición, para ejercer la rectoría de las primarias.
En efecto, las primeras reacciones del mundo opositor han sido favorables, dada la calidad de las personas que se han escogido.
La
decisión ha tenido igualmente el mérito de hacer que muchos que se
manifestaban, o siguen manifestándose en contra del método de primarias, hayan
morigerado su posición. No han faltado entre estos quienes se han unido a la
felicitación y al reconocimiento de los designados. Como decía Víctor Hugo;
“Nada tiene más fuerza que una idea a la que llegó su momento” Quizás es el
momento de esta idea; quizás esta propuesta ha llenado un vacío y quizás esta
es la razón por la cual ha provocado estas reacciones.
El
nombramiento de la comisión ha producido también la sensación de que el proceso
se dinamiza y ello se convierte en un poderoso atractor de simpatías y hace
verlo como algo posible y lograble. Todo esto sube el costo político del
saboteo del proceso a todos aquellos que, diciendo que están de acuerdo con las
primarias, cruzan los dedos para que no se realicen.
Es
justamente sobre este último punto sobre el cual se debería llamar la atención.
En la política siempre es bueno escuchar a los abogados del diablo y no dar por
hecho lo que aún no está hecho.
¿Por qué?
Pues
sencillamente porque los voceros del chavismo han anunciado en numerosas
ocasiones que podrían adelantar las elecciones y porque si se produce este
adelanto, el argumento de que “no hay tiempo para las primarias” permitiría a
muchos desecharla y proponer decantarse por un acuerdo de cúpulas para resolver
un problema tan importante.
De
allí que una de las principales obligaciones de la comisión es aprovechar el aliento
y el empuje inicial para dinamizar el proceso y acelerarlo.
Habría
que crear las condiciones para que las primarias prendieran en el ánimo y en el
espíritu del mundo opositor venezolano. En esta vía, sería positivo que, al
interior de la plataforma opositora, se formasen coaliciones y acuerdos cuya
base sea la defensa irrestricta del respeto a los acuerdos de realizar el
proceso. Así, todo venezolano que se haya identificado con esta iniciativa
sabrá que hay factores apoyándola y estará dispuesto a no permitir que se burle
su conclusión.
Hay
una importante oportunidad de que este paso de designación de la comisión se
convierta en un revulsivo, en un catalizador y acelerador del sentimiento de
volver a luchar de nuestros compatriotas. Los hombres y mujeres que han sido
encargados de esta responsabilidad, todos venezolanos de bien, tienen un
compromiso grande. No podemos darnos el lujo de fallar.
Julio
Castillo Sagarzazu
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