Banca y Negocios 05 de noviembre de 2022
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Durante los últimos años el Arco Minero
del Orinoco se ha convertido en un catalizador que genera una pérdida de
vegetación y una intervención minera que se ha agravado de manera sustancial en
el país, lo que también afecta de manera importante a los ríos Paragua, Caura,
Caroní, Cuyuní y Ventuari.
Cristina
Vollver de Burelli, representante de la ONG SOSOrinoco, denunció que la minería
en el estado Amazonas se está expandiendo dentro de las áreas protegidas. “Van
1.500 hectáreas de zonas protegidas donde se explotan minerales”, informó.
Manifestó
la existencia de minas ilegales en el Parque Nacional Yapacana. Asimismo,
alertó sobre la presencia de garimpeiros que avanzan en el Alto Orinoco.
Por su parte, María Eugenia Guillet, profesora de la Universidad Central de Venezuela, explicó cómo impacta la minería a través de tres grandes áreas. “La primera es la deforestación, la minería que se muestra a cielo abierto implica deforestar, eliminar la capa de vegetación y luego dragar el suelo para obtener el oro; además del uso del mercurio y del cianuro para obtener el oro, y todo ese impacto social es mucho más complejo».
«A
través de estas grandes áreas se genera una cadena de eventos, y nosotros,
mediante nuestro laboratorio en la universidad, lo que hemos estado estudiando
los últimos años es el impacto que tiene la deforestación sobre la emergencia
de las enfermedades infecciosas, en particular la malaria”, dijo Guillet.
Destacó
que, de acuerdo con estudios realizados en los últimos 25 años, el incremento
de la minería en el estado Bolívar, específicamente en el municipio Sifontes
fue promoviendo el aumento de la malaria hasta llegar a un pico máximo que se
obtuvo en el año 2019, “lo que significa que somos el país de Latinoamérica que
hasta ese año produjo más malaria”, apuntó.
Durante
la pandemia debido a la complejidad económica que se vivió en el país muchas
personas iban a las áreas de explotación minera y luego se retiraban hacia
otras regiones del país y esto ha contribuido al resurgimiento de la malaria,
agregó Guillet.
Señaló
que “en todo el país tenemos malaria, y más del 50% de la población está en
riesgo; pero el problema sigue estando focalizado al sur del río Orinoco, en
especial en las áreas mineras de Bolívar y el área amazónica en el Alto
Orinoco. Existe un programa de eliminación de la malaria y Venezuela está
poniendo en peligro ese plan, debido a la migración, porque nosotros estamos
impactando la zona fronteriza de Brasil y de Colombia con casos que estamos
exportando a esos países”, destacó.
– El
oro, mercancía para negocios internacionales –
Asimismo,
Antonio D´Lisio, presidente del Instituto Venezolano de Estudios y Sociales y
Políticos, sostuvo que durante los últimos años el Arco Minero del Orinoco se
ha convertido en un catalizador que genera una pérdida de vegetación y una
intervención minera que se ha agravado de manera sustancial en el país, lo que
también afecta de manera importante a los ríos Paragua, Caura, Caroní, Cuyuní y
Ventuari.
Indicó
que para el 2018 Canaima era el parque nacional con la superficie en km2 más
afectada. Por otra parte, sostuvo que el ELN ha venido intensificando su
presencia en zonas de extractivismo.
“El
oro se convierte en una de las mercancías que más se presta para el negocio
internacional, por supuesto debe tener al ELN potenciado después de que las
FARC deciden ajustarse a las políticas de pacificación del expresidente Juan
Manuel Santos en Colombia, digo esto porque preocupa mucho cuál va a ser la
situación de las posiciones de paz del ELN con el gobierno de Gustavo Petro, y
que se van a realizar en Caracas; y cómo eso va a tener alguna incidencia en
una magnificación de lo que pudiese ser la política de control territorial que
el ELN va a seguir manteniendo”, manifestó.
Señaló
que el negocio del oro, según la firma Analítica, produce hasta 4.500 millones
de dólares anuales. Y denunció que Turquía vende el oro venezolano a través de
la bolsa del oro en Estambul, dónde participan compañías europeas.
En
esta misma línea, el exdiputado Américo de Grazia, denunció que “gente del
oficialismo viene a invertir su dinero en materia de oro, y que nada de esto
suele ingresar al fisco a través del Banco Central de Venezuela (BCV), porque
no logramos ni superar el 1% del PIB registrado en el BCV, menos en materia de
diamantes ni en materia de coltán”.
Por su
parte, Malena Roncayolo, productora del film «Oro de Sangre», señaló que “hemos
querido unificar las voces de denuncia, y nuestra intención es hacer un
largometraje acerca de la situación terrible que se vive en el Arco Minero del
Orinoco. Estamos actualmente en una etapa investigativa y tendremos la
oportunidad de comunicarnos con esas personas para unificar voces, porque así
el sonido será más fuerte».
«No es
solo mostrar lo que ocurre en el Arco Minero del Orinoco, también mostrar lo
que ocurre en el Esequibo, la situación de Canaima, la contaminación con el
mercurio y el cianuro en las poblaciones indígenas, hay que mostrar esa
realidad», puntualizó Roncayolo.
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