Vladimiro Mujica 06 de diciembre
de 2023
@MujicaVladimiro
Dos importantes acontecimientos ocuparon el mismo espacio temporal. ¿Coincidencia buscada explícitamente o simple casualidad? Muchos de nosotros estábamos convencidos de que la selección de esa fecha para celebrar el Día de Venezuela, cómo fue anunciado en una nota de La Casa Blanca (whitehouse-venezuelan-day-diaspora-event/) , estaba relacionado con el hecho de que el Departamento de Estado del gobierno norteamericano había concedido hasta el 30 de noviembre para que el gobierno de Maduro produjera medidas concretas conducentes a resolver el tema fundamental de las inhabilitaciones inconstitucionales a candidatos de la oposición, que a pesar de no estar considerado explícitamente en el Acuerdo de Barbados, firmado unos días antes de la Primaria, había sido explícitamente exigido por el gobierno de los Estados Unidos.
El
Acuerdo de Barbados firmado entre los representantes de la Plataforma Unitaria
(PU) -que no incluye a María Corina Machado (MCM)-, y el gobierno de Maduro,
establece en su punto 11:
“Se promoverá la autorización a todos los
candidatos presidenciales y partidos políticos, siempre que cumplan con los
requisitos establecidos para participar en la elección presidencial,
consistentes con los procedimientos establecidos en la ley venezolana; asimismo
conforme a los principios de celeridad, eficiencia y eficacia recogidos en la
Constitución”.
La
terminología legal empleada en el Acuerdo de Barbados, el cual adecuadamente
describe Gerardo Blyde, jefe del Equipo de Negociación de la PU, como una
negociación y no como una rendición, se presta a múltiples interpretaciones
sobre el camino legal específico para corregir la conducta inconstitucional del
régimen sobre las inhabilitaciones, lo cual es especialmente relevante en el
caso de MCM, ganadora de la Primaria. Las reservas iniciales acerca de la ruta
que escogería el gobierno para dar cumplimiento en sus términos a lo exigido
por el Acuerdo, se han materializado de manera dramática con un texto que
surgió el mismo 30 al final del día en un documento sin firma alguna que fue
difundido por el propio Geraldo Blyde, de cuya integridad no tengo dudas, y
que, de acuerdo a las informaciones por él suministradas provenía del gobierno
del Reino de Noruega, facilitador del Acuerdo, indicando una ruta compleja
ofrecida por el gobierno para que los candidatos inhabilitados procesen su
reclamación ante el TSJ.
En el
caso de MCM este arduo camino propuesto por el gobierno es especialmente
relevante porque su inhabilitación no tiene carácter judicial, sino que fue
inconstitucionalmente impuesta a través de la Contraloría. La propuesta del
gobierno, al margen de que la misma debe ser considerada con la máxima
seriedad, tanto por lo que está en juego, como por el hecho de que parece haber
sido aceptada como alternativa a considerar tanto por Noruega, como país
mediador, como por los Estados Unidos, está redactada en un lenguaje insólito
de provocación, usurpando las funciones del TSJ y ofreciendo literalmente una
emboscada de “si aceptas pierdes” y “si lo rechazas pierdes” a MCM. A pesar de
ello, elijo no pronunciarme sobre lo que puede ser una jugada decisiva del liderazgo
opositor, y que inevitablemente debería generar una respuesta de la sociedad
civil y los partidos de oposición, porque lo que se pretende en el fondo es
vulnerar y ridiculizar la decisión popular que se expresó en la Primaria al
elegir a MCM como candidata y cabeza del nuevo liderazgo que debe construirse
en la oposición. Esta conclusión es extremadamente relevante, porque, en
definitiva, a pesar de que la PU nombró a la Comisión Nacional de Primaria, esa
misma plataforma se quedó en definitiva sin candidato, o bien por retiro en el
caso de Capriles y Superlano, o bien porque no se presentó, como en el caso de
Rosales, o porque su propio partido le retiró el apoyo en el caso de Prosperi.
Es decir, que estamos en presencia de una decisión de los venezolanos expresada
en la Primaria y que debe ser protegida tanto por el liderazgo emergente de la
reconciliación y la nueva alianza, propuesta por MCM, como por el resto del
liderazgo opositor que ha reconocido el resultado de la Primaria.
En
otra dirección, lo que parecía inicialmente un trapo rojo para desviar la
atención de la gente, el referendo sobre el Esequibo, se ha transformado en un
nuevo escenario de burla y desconocimiento de la decisión popular de no votar
en la consulta, algo que ahora el CNE pretende presentar como una victoria
estruendosa con más de 10 millones de participantes, a pesar de las
innumerables imágenes y testimonios sobre centros vacíos. La aviesa intención
es obvia: se pretende destruir todo vestigio de confianza en el Poder Electoral
para desanimar la participación en la elección presidencial de 2024, y, al
mismo tiempo, se intenta abrir una Caja de Pandora en el escenario
internacional con amenazas bélicas contra Guyana, al tiempo que propiciar
alianzas con China y Rusia en la explotación de petróleo en Guyana y el
Esequibo. Un cóctel extremadamente riesgoso que pone en grave peligro nuestra
reclamación territorial, algo que es un problema de todos los venezolanos,
independientemente de nuestra tendencia política.
De
vuelta a la celebración del Día de Venezuela en la Casa Blanca. Respeto a todos
los valiosos venezolanos que asistieron a este evento. Sin embargo, no puedo
dejar de pensar que alguien debió proponer un minuto de silencio, porque en
paralelo a los éxitos de la diáspora, se destruye inmisericordemente a una
nación, y muere y es perseguida su gente en condiciones ignominiosas. Una nota
de reflexión tanto para el gobierno de los Estados Unidos, que debe mantener
coherencia en sus posiciones frente al régimen de Maduro, como para nuestros
excepcionales compatriotas en la diáspora.
Vladimiro
Mujica
@MujicaVladimiro
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