IBÉYISE PACHECO 02 de octubre de 2024
Maduro
muestra la decisión de que en ninguna región gobierne alguien que no sea su
súbdito
Detienen
-en realidad fue un asalto de la policía política- a Rafael Ramírez Colina,
alcalde de Maracaibo,
la segunda ciudad más importante de Venezuela, y al poco rato aparece el
impresentable Didalco Bolívar con una lista de sujetos que, según él, deben
sustituir a los demás mandatarios opositores electos legítimamente en distintas
regiones del país. Didalco no se atrevió a mencionar al gobernador del Zulia,
Manuel Rosales, pero poco falta.
Maduro muestra así a través de su enviado, la decisión de que en ninguna región gobierne alguien que no sea su súbdito.
De
esta manera y luego de dos meses, el tirano continúa su plan contra los
mandatarios que gozaron del voto popular y contra quien no sucumba a su
voluntad y lo reconozca como el ganador del 28J; ese atropello inconstitucional
lo intentará revestir con una ley que, según Jorge Rodríguez, extenderá con
inhabilitaciones eternas para quien se atreva a disentir.
Sí, a
los demócratas no deja de sorprendernos el descaro.
Y aún
con toda esta evidencia, algunas voces proponen normalizar la situación,
sugiriendo que tratemos a la dictadura con la expectativa de que Maduro no es
un tirano sanguinario sino un gordito lerdo que desconoce que bajo sus órdenes
se tortura a presos políticos en mazmorras, entre ellos niños marcados
irremediablemente por el encierro, la incomunicación y el maltrato, sin
permitirles el derecho a la defensa.
Las
atrocidades ejecutadas después del 28 de julio bajo órdenes de Nicolás Maduro
superan lo que ya venía siendo documentado ante la Corte Penal Internacional.
La realidad actual es que el entorno de Maduro opera como un equipo de
mercenarios que se mantiene unido a través de sus crímenes cada vez más
cruentos con garantía de impunidad.
Así
que una cosa es creer en el diálogo y otra ser idiotas. Lo correcto es hablar
de condiciones de una transición a partir del reconocimiento del triunfo de
Edmundo González Urrutia.
Quien
pensaba que la ambición de Maduro podía tener un límite, se ha equivocado. Está
dispuesto a todo. A él solo le importa el territorio y lo que genera su
explotación. La gente le interesa, si está a su servicio. Por eso ha prohibido
el ingreso al país de los venezolanos que tengan cédulas y pasaportes vencidos,
al tiempo que condena a sufrir penurias a través de los caminos verdes a
quienes en las mismas condiciones procuren fuera una mejor vida.
La
extorsión es uno de los mecanismos favoritos de la tiranía. Activada con más
fuerza desde hace dos meses y siempre bajo supervisión cubana, procura doblegar
al liderazgo político que se mantiene en la línea de la democracia y del
respeto a la soberanía popular. La detención del alcalde de Maracaibo es parte
de una arremetida dirigida a eliminar cualquier atisbo de liderazgo legítimo
regional que sería sustituido por dóciles alacranes con aspiraciones de poder y
dinero.
Se
verán las caras.
Sin
embargo, las pruebas irrefutables que ya circulan por el mundo entero
difundidas por organismos internacionales que demuestran el triunfo de Edmundo
González Urrutia, además del reconocimiento a María Corina Machado
recientemente honrada con el premio Václav Havel del Consejo de Europa, han
alentado a millones de venezolanos que continúan retando a la tiranía y que
asumen junto al valiente liderazgo político local, plantar cara a la dictadura.
Es muy
duro para quien en Venezuela enfrenta la pobreza y lucha por la libertad. En
nuestro país es un delito haber votado contra Maduro, es un delito opinar sobre
Maduro, es un delito ser familiar de alguien que reta a la tiranía, incluso es
un delito ser decente. En Venezuela quien no se suma a la servidumbre del
tirano, es un enemigo.
Vienen
momentos aún más difíciles que exigen mucho de quienes sobreviven en el país.
Estamos en tiempo de descuento para el 10 de enero; tiempo de descuento para
Maduro también. Por eso se va radicalizando con su careta derretida y procura
mostrar control con actos desesperados. Y así va cometiendo errores. En esa
misma proporción, aunque parezca imperceptible, nuestra lucha va ganando
terreno.
Maduro
no ha logrado que un solo gobierno democrático lo reconozca como presidente
electo, mientras sus aliados tratan de ayudarlo solicitando que muestre las
actas a conciencia de que eso es imposible. ¿Qué buscan con ello? Darle tiempo.
Apuestan con ello al desgaste, a la desmoralización de nuestra lucha.
Desconocen (o aparentan desconocer) dos hechos fundamentales: que la líder
opositora María Corina Machado se mantiene en territorio venezolano dando la
pelea, y segundo, que los ciudadanos que votaron y los que no pudimos hacerlo,
estamos convencidos de que es ahora o nunca, y para ello trabajamos.
Cuando
en las elecciones primarias María Corina fue votada abrumadoramente, el
venezolano tenía la certeza de que ella daría la batalla por recuperar la
libertad hasta el final. Y lo está haciendo.
Toca a
todos, cada uno donde esté, hacer el trabajo. Desechar el desaliento y
centrarse en el objetivo.
Resistir
y mantener el foco.
IBÉYISE
PACHECO
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