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sábado, 6 de junio de 2009

Medias verdades para la seguridad nacional

En política -sobre todo en la nuestra- suelen abundar las medias verdades; yo cuento lo que me conviene y que cada quien entienda lo que mejor le parezca. Que si «yo reconozco la victoria de los alcaldes y gobernadores de oposición», pero «me voy a encargar de quitarles la mayor cantidad de competencias posible», o que si «en Venezuela hay plena libertad de expresión», «mientras no hables mal del Gobierno». La lista pudiese continuar, pero le tocó el momento al plan de austeridad del Gobierno nacional: la reducción de los salarios de funcionarios públicos.

Mientras parlamentarios, ministros y gobernadores se rasgan las vestiduras alardeando de quién se ha rebajado más el sueldo, la opinión pública ha parecido olvidar que los altos cargos del sector público no son los únicos que perciben ingresos directos del presupuesto nacional. El 18,5% de los venezolanos está empleado en empresas estatales, ministerios, bancos nacionales, entre otros, y hasta ahora nadie se ha preocupado; ni siquiera se han publicado los atroces efectos las medidas de recorte que se están tomando en el interior. No queda otra que correr la voz de boca en boca, como si la realidad de nuestras empresas fuese un preciado secreto de seguridad nacional.

Corporación que tutela la industria básica venezolana
Caracas, por ser una ciudad mediática, parece ajena a esta situación, pero en Ciudad Guayana, donde la mayor fuente de empleo son las empresas básicas, el panorama se pinta distinto. La dirección ejecutiva de CVG Ferrominera Orinoco, por ejemplo, convocó a una asamblea abierta para tomar la decisión de reducir los sueldos de los altos cargos ejecutivos y gerenciales. Según la empresa, voluntariamente la nómina gerencial decidió desprenderse del 20% de su salario actual, y de la misma forma la nómina ejecutiva cedió 10% del suyo.

La inflación acumulada del 2008 en Venezuela fue del 27,9%
Evidentemente, en un país con una inflación galopante como la nuestra, nadie quiere ganar menos. Lo que sucedió fue que la propuesta fue aprobada por los escasos trabajadores -en su mayoría no pertenecientes a la nómina en cuestión- que asistieron a la asamblea, ya que la opinión de la mayoría de los ejecutivos era que «la decisión ya había sido sugerida por Radwan Sabbagh, el presidente de la compañía. La asamblea era un teatro. ¡Que nos pidan que seamos más productivos, que trabajemos mejor!, pero, ¿cómo nos van a pedir que aprobemos que nos rebajen el sueldo?, ¿porque el gasto que se ha propuesto el gobierno es inalcanzable?».

Un poco más al sur, en Bauxilum-Los Pijiguaos, no sólo les han rebajado los sueldos y aumentado las deducciones salariales, sino que han despedido al personal de limpieza y los trabajadores del personal administrativo se dedican los viernes a limpiar las oficinas. Es decir, olvidémonos del trabajo especializado, para qué distinción de cargos y todo eso, que se queme la planta mientras el ingeniero eléctrico de turno está pasándole un trapito al monitor en su escritorio. Y en CVG Edelca, además de despedir al personal de limpieza, dejaron de comprar papel higiénico para los baños. «Si quieren ese lujo, que lo compren ellos.»

El precio del barril de petróleo venezolano llegó a un máximo de 129,5 UDS por barril
Después del cuento de que Venezuela estaba blindada contra la crisis del imperio, una vez más el ciudadano paga los platos rotos. Austeridad de guerra cuando nos encontramos en tiempo de paz. Recorte de sueldos a pesar de la bonanza petrolera de julio de 2008, en la cual el precio del barril de crudo venezolano se mantuvo alrededor de los 125 dólares por barril. Pareciera que quienes manejan nuestro país no se enteraron de una cosa que llaman globalización: la interdependencia generalizada de los pueblos del mundo, economía global que demanda y surte a los de allá con lo que tenemos aquí y viceversa.

¿Y todo esto a cuenta de qué? ¿De construir el socialismo del siglo XXI? Austeridad para alimentar la demagogia, avanzando a toda revolución con políticas insuficientes e insostenibles: misiones, nociones, ranchificación de las instituciones. Qué más da, las medias verdades dan para todo.

Amanda Quintero
http://www.plantabaja.com.ve

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